zetapé no trabaja. Y, claro, se aburre. ¿Cómo se divierte? Pues maquinando cómo seguir viviendo como ahora: la Moncloa, la Mareta, Doñana... y cenando siempre con la sargento de hierro, que las faltas penalizan.
En esas surgió lo del Estatuto catalán. A zetapé España le importa un bledo. A zetapé le importa el poder. Y en esas interminables horas de abulia se le ocurrió la "operación Estatut". Zetapé ("confiad en mí") es de esos individuos que se creen tan listos que no piensan que los demás puedan conocer sus intenciones. Pero más veces de las que ellos se creen se les reconoce la patita por mucha harina que le pongan.
¿En qué consiste la "operación Estatut"? Muy sencillo: en dejar al PP y a CiU fuera de juego for ever and ever (traduzco para zetapé, el políglota de Valladolid: "para siempre"). Y la estrategia para liquidar a ambos competidores está perfectamente combinada.
Primera fase: aislamiento del PP.
En el Congreso, aprovechando la demagogia pacifista y la manipulación de los atentados del 11-M, zetapé ha intentado una coalición basada en el hecho "objetivo" de que "todo el que no esté conmigo está con el PP" y "todo el que esté con el PP es malo, muy malo". Una vez satanizado el PP, a ver qué partido se atreve a votar conjuntamente con ese partido contra alguna iniciativa zetapista.
Segunda fase: trampa a CiU.
En el Parlamento de Cataluña, Maragall, ebrio (de nacionalismo), pensando en que el PP podría volver a gobernar en España, lanza su "moderno" y "europeo" chantaje: o hay nuevo Estatuto o hay "drama". Su coaligado Pérez Carod se reúne en Perpiñán con la ETA sin que nuestros "amigos" de Francia detengan esa vez a nadie (qué curioso, con la oportunidad que tenían de detener a la cúpula de ETA en pleno). La alianza ETA-ERC se fragua en el común objetivo soberanista. Maragall mira para otro lado, confiado en que ERC nunca se aliará con CiU para no volver a sufir el destino de comienzos de los '80 (vamos, el que tuvo el bng en Lugo). El PSOE gana las elecciones y el proceso se inicia con más facilidad que la prevista. CiU en manos de Mas, cae en la trampa y se suma al proceso estatuyente. El PP ya está fuera de juego.
Tercera fase: primeras amenazas a CiU
El proceso avanza y alguien en CiU alerta de que el éxito del mismo será capitalizado, lógicamente, por el Tripartito, lo cual significa dejar a CiU fuera de juego "in aeternum" (traduzco para zetapé, el Políglota que no es de León: "para siempre"). Pero CiU tiene una carta poderosa. Sin su voto sería imposible aprobar el proyecto de nuevo Estatuto en el Parlamento catalán. Es entonces cuando Maragall saca a relucir, caritativamente, el famoso "3%", modo educado de dar un primer toque de atención (en caso de resistencia se puede ir subiendo el porcentaje de la coima). CiU achanta.
Cuarta fase: CiU cree cabalgar el tigre
Una vez que CiU ha vuelto al redil, cree que puede reventar el negocio estatutario desde dentro. Su irresponsable táctica es subir la apuesta de la financiación. Maragall hace como que se alarma. Teatro. Lo que quiere es dejar el toro en suerte a zetapé. El torito Mas acude a Moncloa y allí zetapé le engaña (como hace con todos) y le dice que se incluirá la financiación. La financiación queda incluida. Mas se cree el vencedor de la jugada. Pero la partida aún no ha terminado.
Quinta fase: zetapé recuerda que en el Congreso CiU es prescindible
Una vez conseguido el objetivo de llevar el toro a su terreno, zetapé empieza el paripé de las enmiendas. zetapé descubre el juego: no se trata de aprobar la financiación... sino de dar a Cataluña un status de Nación, y establecer una confederación catalano-ibérica. La financiación no importa. El status confederal de nación será lo que ofrezca zetapé a ETA, Pérez Carod mediante. CiU constata que esto es un triunfo nacionalista y que el éxito se lo atribuirán Maragall y Pérez. Su destino será pudrirse en la oposición. CiU amenaza con retirarse del proceso, pero es demasiado tarde y empieza a darse cuenta con amargura de dos circunstancias importantes. Primera: CiU no puede ella sola conseguir que el Parlamento catalán retire el proyecto de nuevo estatuto (ahora necesita los votos de ERC y estos con mucho gusto quieren derrotar a CiU para hacerse con su electorado nacionalista). Segunda: el nuevo Estatuto se puede aprobar en el Congreso sin los votos de CiU. Con ERC e IU basta. Llamazares hará lo que sea con tal de seguir la senda de Carrillo y López Garrido.
Sexta fase: zetapé reta a CiU a votar con el PP
Una vez confeccionado un nuevo Estatuto ad maiorem gloriam (traducción para zetapé: "a mayor gloria") del Tripartito, zetapé borracho de poder reta a CiU a atreverse a votar "no" conjuntamente con el PP. Claro que CiU baraja la posibilidad de abstenerse mientras el PP vota "no". Pero la jugada no basta, porque luego viene el referéndum en Cataluña y allí no vale abstenerse para impedir el éxito del trío zetapé-maragall-pérez. El okupa de la Moncloa se frota las manos seguro de que CiU no tiene salidas: si vota que "no" como el PP quedará "contaminado" por la compañía; si aun así se arriesga y persiste en votar "no", un triunfo previsible del "sí" será una derrota; y si, a pesar de todo, CiU decide votar "sí" su humillación se interpretará como una rendición.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
rouco-antón, el final no se ha producido aún.... Y ahí veremos en qué queda la inteligencia de zetapé.
ResponderEliminarYa ves lo que le ha pasado con Batasuna...
... Y de inteligencia.
ResponderEliminarLa prueba es que hasta ahora TODAS sus propuestas políticas han fracasado. En la política exterior no ha dado ni una... y en política interior, de momento, tampoco.