lunes, 11 de septiembre de 2006

¿Tendrá Polanco solucionado ya lo de Plutón?

Dice el presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza, Mauricio Santos, que los libros de texto no podrán recoger este curso la exclusión de Plutón como planeta del Sistema Solar.

Bueno, no subestimemos el brazo largo de Polanco que siempre cuidó muy bien de su editorial Santillana.
¿Y si resulta que disponía de unos cuantos «Jolines» en la Unión Astronómica Internacional y contaba con el resultado favorable de la votación?
Yo hasta que no vea sus libros de ciencias de este año me quedo con la duda.
Hala!

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[Extracto de "El negocio de la libertad" de Jesús Cacho]

Muchos en Promotora de Informaciones S.A. (Prisa) le llaman «el amo», y millones de españoles están convencidos de que Jesús Polanco es uno de los hombres más poderosos de España, el único poder fáctico real que, a las puertas del siglo XXI, existe en el país. Es el principal editor de prensa; domina la radio privada; logró con el PSOE el monopolio de la televisión de pago; es el primer productor de cine español; es propietario del más próspero negocio de libros de texto tanto en España como en América Latina; directa o indirectamente controla la industria discográfica; posee cadenas de librerías, agencias de publicidad, hoteles, empresas de exportación. Y ha pretendido también quedarse con la exclusiva del fútbol televisado.

Polanco es un poder fáctico pluridimensional, equivalente a lo que en épocas pretéritas representaron, juntos o por separado, la Iglesia, la Banca o el Ejército. Habría que remontarse varios siglos en la Historia de España para encontrar en manos de una de estas instituciones un arma tan formidable sobre el control de las conciencias como la poliédrica hegemonía que este hombre ostenta sobre la industria cultural.

Cualquier españolito puede educarse con los libros de texto de Santillana, bailar en su juventud al ritmo de Los 40 Principales, estar informado en su madurez leyendo El País, invertir su dinero con la ayuda de Cinco Días, seguir los avatares de su equipo de fútbol favorito con el diario As, aficionarse a la literatura con los libros de Alfaguara, salir de viaje con las guías de El País–Aguilar, tomarse unas vacaciones en los hoteles de la Cadena Tropical, regalar discos a sus amigos comprados en las tiendas Crisol, animarse con el «porno» del viernes noche en Canal Plus o ver una película producida por Sogetec en uno de los multicines de Lusomundo. Incluso puede, si se aburre, pasear por el Retiro madrileño con la sintonía de la SER pegada a la oreja.

En realidad, a Jesús Polanco Gutiérrez sólo le falta tener en propiedad una funeraria para monitorizar la vida de cualquier ciudadano desde la cuna hasta la tumba. En «Polancolandia» es posible cruzar desde la infancia hasta la senectud sin necesidad de abandonar un solo día la senda de Jesús «del Gran Poder» Polanco. Un poder, ciertamente, formidable. Y una capacidad no menos vigorosa para moldear la conciencia y el pensamiento de millones de españoles.

Los humildes orígenes de este hombre bajito, rechoncho, con aspecto de apacible abuelo dispuesto a sacar a sus nietos de paseo, nacido en Madrid en 1929, pero santanderino de adopción, nunca hubieran permitido presagiar el poder que un día llegaría a monopolizar en la vida española. Huérfano desde muy corta edad, la hagiografía oficial asegura que se vio obligado a trabajar como vendedor de libros a domicilio para costearse sus estudios de Derecho en la Universidad Complurense de Madrid, donde se graduó, con más pena que gloria, en 1953.

«Yo conocí a Polanco de jovencito, en el Frente de Juventudes del distrito de Buenavista, en la calle Ayala 15 de Madrid –asegura el periodista Antonio Izquierdo, ex director del desaparecido diario Arriba–. Allí le vi muchas veces, en la época en que todos éramos niños del Frente de Juventudes, años cincuenta, pleno fragor del franquismo. Creo recordar que Polanco estaba integrado en la centuria García Morato de ese distrito, donde también recuerdo a otros muchos, incluido Pepe Gárate, buen amigo de Polanco.»

Enrique de Aguinaga, periodista y profesor durante muchos años de la Escuela Oficial de Periodismo, primero, y de la Facultad de Periodismo, después, preguntó un día a Polanco con cierto descaro si era cierto que había pertenecido al Frente de Juventudes:

—Sí, sí –respondió sin complejos–, y además me siento muy «flecha»...

Tiempo después, Izquierdo volvería a encontrarse con Polanco, convertido en un modesto editor que vivía en un no menos modesto piso del barrio de la Concepción de Madrid, próximo a la calle José del Hierro, cuando aún no había insertado el pretendidamente nobiliario «de» entre su nombre y apellido.

En una muestra del genio emprendedor que le haría llegar lejos, en 1958 había creado, con un solo empleado, la Editorial Santillana, en una oficina alquilada en la calle Alcalá, esquina a la Puerta del Sol, y en la que el propio Polanco desempeñaba casi todas las funciones. Durante sus primeros diecisiete años de vida, Santillana, cuya actividad se limitaba a la distribución de cuadernos de caligrafía y cartillas para alfabetización, apenas experimentó crecimiento alguno.

Todas las semanas, el librerillo valiente acudía a anunciarse en el semanario Servicio, en el número 8 de la calle Moreto de Madrid. «Invariablemente aparecía por la redacción con su carpetilla bajo el brazo, llevando personalmente la publicidad de los libros que quería insertar», asegura Izquierdo. Servicio, que editaba el Servicio Español del Magisterio, tenía una tirada cercana a los 160.000 ejemplares, lo que lo convertía en un soporte publicitario de primer orden para los libros de texto, que los propios maestros seleccionaban después de acuerdo con sus necesidades y/o preferencias.

Quien más le trataba, con todo, era el subdirector del semanario, Julio Merino, que fue, además de buen historiador, director de El Imparcial y de la Agencia Piresa, y también secretario de la Escuela Oficial de Periodismo. «Perdí el contacto con Polanco en el año 73, al hacerme cargo de la dirección del Arriba –señala Izquierdo–. Me pareció un señor emprendedor y muy trabajador, no muy comunicativo, que ganaba su dinero con su pequeño negocio y que estaba lejos de ser el amo del gran imperio mediático que llegaría a ser en los ochenta.»

***

La suerte de Jesús Polanco cambió con motivo de la crisis de Gobierno de octubre de 1969 (consecuencia del escándalo Matesa). Franco nombró ministro de Educación a José Luis Villar Palasí, un opusdeísta que llegó al Ministerio dispuesto a poner en práctica una reforma en profundidad, basada en un cambio de los programas educativos.

Villar, además de un gran administrativista, era un hombre honesto, un punto exquisito, que unía a su preocupación por la Universidad una cierta incomodidad para desenvolverse en la Política. Pero Villar cometió el error de nombrar a Ricardo Díez Hochtleiner subsecretario de Educación en sustitución de Alberto Monreal. Díez Hochtleiner, «Jolines» para los amigos, responsable de establecer las pautas por las que se iban a regir los nuevos textos escolares, duró poco en el cargo: justo lo que tardó Villar en darse cuenta de lo que estaba ocurriendo en su Ministerio, momento en que lo sustituyó por Rafael Mendizábal, todo un caballero.

Para entonces, Jesús Polanco ya había sentado las bases de su futura riqueza. A pesar de que los planes de reforma educativa fueron objeto de información pública, el editor se las ingenió para disponer por adelantado de información esencial sobre el contenido de los nuevos programas que se iban a poner en marcha en España. Con esa información, Polanco se lanzó a la redacción e impresión masiva de los nuevos textos, muchos de ellos –no había tiempo material para otra cosa– realizados siguiendo el patrón de libros utilizados en Gran Bretaña y otros países, aunque, eso sí, imitados con un espíritu de verdadera innovación (con fotografías, gráficos, dibujos), hasta el punto de constituir una verdadera novedad en el obsoleto panorama del libro de texto que existía entonces.

La nueva Ley General de Educación fue aprobada por las Cortes el 28 de julio de 1970, siendo publicada en el Boletín Oficial del Estado un mes después, el 28 de agosto. Ocho días más tarde, el 5 de septiembre, apareció en el BOE el reglamento que la desarrollaba, para, el 15 de septiembre, ponerse en marcha el proceso de su aplicación. Los editores españoles, lógicamente alarmados, se llevaron las manos a la cabeza, puesto que acababan de conocer la ley y no disponían de tiempo material para preparar los nuevos textos, de modo que comenzaron a presionar al Ministerio pidiendo que se paralizara su aplicación hasta el próximo curso 71/72, de forma que todos pudieran competir en las librerías en igualdad de condiciones.

Existe constancia expresa de reuniones celebradas por los editores en la sede del Ministerio y fuera de ella con Hochtleiner y otros altos cargos, en las que participó gente como Germán Sánchez Rupérez, Luis Vives e incluso Francisco («Pancho») Pérez González (Santillana), y en las que se pidió casi de rodillas que la ley no se aplicara hasta el curso 71/72, para dar tiempo a preparar los nuevos textos, especialmente los de Matemáticas, porque ya se empezaba a aplicar la teoría de conjuntos y había que comenzar a redactar desde cero.

No hubo nada que hacer. Merced al empeño de «Jolines»1, la ley empezó a aplicarse, efectivamente, en el 70/71. ¿Qué ocurrió? Que mientras el resto de los editores, terriblemente enfadados, perdían el tren de un curso que ya estaba encima, Jesús Polanco les daba sopas con honda porque desde abril del 70, es decir, cuatro meses antes de que se aprobara la ley, él ya tenía los libros impresos, empaquetados y listos para su distribución por toda España. En la propia carátula de los nuevos textos puede leerse la leyenda «Libro aprobado para la EGB», cuando de la EGB nadie había oído hablar antes del 28 de agosto del 70.

¿Qué editor se hubiera atrevido en aquel entonces a una operación tan arriesgada como editar 40.000 o 50.000 libros de texto cuatro meses antes de la aparición de la ley? Sólo un hombre tan bien informado como Polanco. La verdad incontestable es que el único editor español que tenía los nuevos libros de texto de EGB listos para distribuir en septiembre de 1970 era la Editorial Santillana de Jesús Polanco.

Tanto cuando era secretario general técnico como cuando era secretario, Díez Hochtleiner presidía la comisión de libros, «y los de Polanco siempre salían adelante, siempre resultaban catalogados en la selección, lo que les hacía ser después comprados por cientos de miles de niños», asegura un antiguo alto funcionario del equipo de Villar Palasí.

Pero la importancia de Díez Hochtleiner en el desarrollo futuro del imperio Polanco no resulta tanto de los libros vendidos en aquella etapa concreta como del descubrimiento de algo que iba a resultar fundamental en su vida: la constatación de que se podían hacer grandes negocios a la sombra del poder político, la certeza de que ser amigo del Gobierno de turno podía resultar muy rentable.

Antes de abandonar el Ministerio, «Jolines» consiguió hacerse con la enemistad de la práctica totalidad de sus colegas, todo un récord para un subsecretario que no era precisamente una lumbrera. Entre otras cosas porque, esgrimiendo los perjuicios salariales que le causaba ser subsecretario, había conseguido que el Ministerio le pagara y amueblara el piso que habitaba, una situación bastante excepcional en la Administración española.

Muchos recuerdan todavía una anécdota que dio la vuelta al Madrid universitario de entonces, siendo «Jolines» secretario general técnico a las órdenes de Monreal Luque. Se estaba discutiendo la Ley General de Educación y el Curso de Orientación Universitaria (COU), y en un golpe típico del madrileño castizo que era, Monreal le espetó en el ardor de la discusión:

—Pero vamos a ver, Ricardo, parece ser que tú empezaste Derecho en Salamanca y no lo terminaste. Luego te fuiste a Karlsruhe y tampoco terminaste Ingeniería. ¡Coño, ahora comprendo tu obsesión por el COU, porque tú eres un caso típico de desorientación universitaria!...

Recién aterrizado, Rafael Mendizábal llevó a cabo una poda muy fuerte en el Ministerio que comenzó en los subdirectores generales, pero «creo que no podé lo suficiente, porque Polanco siguió disponiendo de la mejor información dentro del Ministerio. Siendo subsecretario, me extrañó la sintonía que había con Santillana, hasta el punto de que parecía una editorial oficial, que inmediatamente sacaba los textos que necesitaba el sistema educativo en un momento determinado. Yo venía de Burgos, donde era juez de una sala de lo Contencioso y, acostumbrado a analizar limpiamente la realidad, no estaba preparado para ocupar un puesto por el que suspiraba tanta gente. Me chocó algo que me dijeron al llegar y que luego comprobé cuán cierto era: allí mandaba una efebocracia, una serie de muchachos, cercanos al Opus Dei, que, al amparo del Estatuto de la Función Pública, se habían hecho fuertes en el Ministerio y entre los que Polanco logró infiltrar topos de toda clase y condición».

La cosa llegó al punto de que, habiendo heredado la secretaria de «Jolines», una mujer de mucho éxito con las visitas masculinas a cuenta de su generosa pechera, se vio obligado a despedirla a petición de Villar Palasí y a causa de las sospechas que pesaban sobre ella de pasar información.

«Jolines» se demostró un lince que, después de abandonar el Ministerio, se fue a trabajar para Jesús Polanco2. Muchos se sorprendieron al verle tan campante en las primeras fiestas del diario El País. ¿Cómo había podido entablar tan estrecha relación con Polanco un hombre que no era nada, «un tipo capaz de venderle una nevera a un esquima1», según decía Pedro Aragoneses, ex secretario general técnico de Educación, que no contaba con un solo título académico?

***

Si Díez Hochtleiner fue un hombre importante en la fortuna de Jesús Polanco, no lo fue menos su genial intuición al subirse en marcha a la idea que tres hombres estaban tratando de alumbrar: el nacimiento del diario El País.


1 Ricardo Díez Hochtleiner planteó en 1989 una demanda contra los periodistas Ramón Tijeras y José Díaz Herrera (que fueron los primeros, en su libro El dinero del poder, en denunciar la importancia de «Jolines» en la fortuna de Polanco) por intromisión ilegítima contra su honor. Condenados en primera instancia Juzgado n.º 35), la Audiencia Provincial de Madrid ratificó la sentencia en marzo del 94, que en julio del 98 validó el Supremo. Hochtleiner ha usado siempre esta sentencia como pararrayos contra cualquier mera insinuación en su contra.

Con su desparpajo habitual, el diario El País afirmaba en su edición del 18 de marzo de 1994 que «Díez Hochtleiner ha anunciado que donará la indemnización a la Universidad Aurónoma de Madrid». Sin embargo, antes de que se hiciera firme, el propio Supremo ha admitido a trámite un recurso de revisión de sentencia (cosa que en muy raras ocasiones se promueve), después de que, gracias a la determinación de Tijeras, la pareja presentara una batería de pruebas documentales demoledoras contra Díez Hochtleiner, que incluyen actas de las reuniones celebradas con los libreros en el Ministerio.

«Jolines» sostenía en su demanda que jamás se había reunido con los editores. Afirmaba también que la ley no se puso en marcha realmente hasta el año 71/72, y para demostrarlo aportaba un grueso lote de libros correspondientes a ese curso, incluso textos de Polanco con facturas de Mateu Cromo, pero omitiendo los libros del cántabro que se distribuyeron ya en el otoño del 70 para el curso 70/71, que el editor tenía impresos desde abril de dicho año, y cuya prueba aportan ahora los periodistas.

2 En su demanda contra los periodistas Tijeras y Herrera, Hochtleiner aseguraba también que no había relación entre su paso por el Ministerio y su incorporación a Santillana a cuenta de supuestos favores otorgados a Polanco, porque entre ambas cosas medió un período de tres años. Ciertamente, fueron tres años en los que «Jolines» estuvo trabajando con los programas financiados por la Unesco para lberoamérica, cuyos planes educativos eran muy parecidos a los que se pusieron en marcha en España, y fueron precisamente unos años en los que Jesús Polanco se http://www.blogger.com/img/blank.gifhartó de exportar libros de texto a la América hispana, gracias, entre otras cosas, a los fondos aportados por la Unesco para tal menester.




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[Actualizado]
Fotografía: la privilegiada relación de Polanco con el franquismo
Los hombres del Grupo PRISA en el PP: Manuel Fraga Iribarne

10 comentarios:

  1. Ya puestos, esto sí que es recuperación de la memoria histórica. ¡Joder! Demoledor retrato del progre ¿antifranquista?. Y pensar que hay gente que aun se cree las diatribas supuestamente proletarias de este elemento.

    Y que conste que a mí lo que me molesta no es que se moviera para conseguir mejores condiciones empresariales, que contra eso, aunque denunciable, es muy difícil luchar en cualquier época. Lo que verdaderamente me repatea es que se invente una biografía nueva, limpia de polvo y paja, para poder alabar sin atisbo de sonrojo una ley de la Memoria Histórica como la que acaba de sacar el presidente del bobierno.

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  2. YA TENEMOS CULPABLES DE LOS INCENDIOS: EL PP

    El PP envió una carta a los alcaldes de A Coruña para retrasar los contratos de brigadas forestales

    La Xunta pide una explicación al partido de Rajoy por esta estrategia para dilatar la firma de convenios

    El PP envió un documento a los alcaldes populares de la provincia de A Coruña antes de los incendios que arrasaron Galicia el pasado agosto para que retrasaran la firma de convenios con la Xunta de Galicia, gobernada por el PSOE, para la contratación de brigadas forestales, según ha informado esta tarde la Cadena Ser. La vicepresidencia de la Xunta ha dicho que "aguarda" una explicación del presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo.

    El documento del PP, según la misma información, está fechado el 22 de junio y firmado por la secretaria de Organización del PP en A Coruña, María Dolores Faraldo. Los populares reconocen en el texto que los convenios que proponía la Consejería de Medio Rural para la contratación de brigadas no eran sustancialmente diferentes a los de la Xunta anterior. El PP recomendaba a los alcaldes una estrategia basada en el retraso, pero no en la negativa para la firma de los acuerdos con la Xunta.

    El documento precisa que con esa estrategia se pretendía "transmitir a la opinión pública que los ayuntamientos del PP están dispuestos a colaborar a tope en la lucha contra los incendios forestales". Esta estrategia, según el documento, buscaba también "denunciar que la lentitud de la Xunta y las variaciones introducidas en los convenios alargan los procedimientos y provocan retrasos de más de dos meses con respecto a otros años en el funcionamiento de las cuadrillas".

    "Politiquería de la peor calaña"

    Por su parte, María Dolores Faraldo ha admitido a la Cadena Ser ser la autora del documento y ha señalado que, con él, se pretendía conseguir más medios en la lucha contra los incendios. Al conocer la noticia, el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, ha emitido un comunicado en el que afirma que este documento es "inconcebible" en una formación democrática, por lo que supone de "uso partidista de las instituciones, menosprecio y ataque a la autonomía municipal".

    Quintana censura también la intención de hacer "politiquería de la peor calaña" en un tema tan "serio y grave" como el de los incendios forestales. Según el comunicado, la estrategia del PP tenía como objeto poder culpar al Gobierno si se producían incendios durante los meses de verano, tal y como ocurrió. Con esa política, indica el comunicado, el PP pretendió "usar a los alcaldes" para ponerlos al servicio de una estrategia partidaria.

    En el comunicado, Quintana afirma que "es el momento" de que el PP dé "cumplidas explicaciones, no sólo al Gobierno, sino a todos los gallegos", y aclare hasta donde llevó su estrategia "basada en la dilación", según figura textualmente en la carta del PP. La Xunta exige saber si este partido "hizo algo más" para conseguir el objetivo que anuncia en este documento, que es hacerle creer a la opinión pública que "la lentitud y la imprevisión" de la Xunta iba a ser una de las causas fundamentales de la crisis de los incendios. "El PP debe aclarar si puso en marcha esta estrategia de dilación para poder acusar al Gobierno y sacar rédito político del drama del fuego", concluye el comunicado.

    A VER, RADIKALES LIBRES, COMO EXPLICAIS ESTA ACTUACION DEL PP

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  3. Eh chicos. Se os nota un poco quemados. Tanta urgencia por vuestra parte revela una sed tremenda.
    Que conste que yo lo entiendo.

    Pues nada. A esperar un ratito a lo que os vaya a decir el PP. Aquí no es.

    Aparte de recordaros que esta entrada era sobre Polanco sólo me queda pensar que ahora supongo que ya estaremos todos de acuerdo en abrir una comisión de investigación, ¿verdad?

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  4. “… María Dolores Faraldo [secretaria de Organización del PP en A Coruña] ha admitido a la Cadena Ser ser la autora del documento y ha señalado que, con él, se pretendía conseguir más medios en la lucha contra los incendios … Los populares reconocen en el texto que los convenios que proponía la Consejería de Medio Rural para la contratación de brigadas no eran sustancialmente diferentes a los de la Xunta anterior. El PP recomendaba a los alcaldes una estrategia basada en el retraso”

    E que estos do PP sonche uns benditos!! Por se non houbese motivos para atacar ó bipartito, pois a fabricalo!! Está claro, xa o fixeron co Prestige, os motivos políticos están por riba de Galiza. É mellor quedar sen protección contra os incendios que non ter algo para atacar!

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  5. Es curioso que para algunas cosas la gente se tire las manos a la cabeza, (¿Cómo pueden decir esto si son liberales?), y para otras esta página parezca desarrollada por NNGG.

    En fin...

    Que comentarios al tema propuesto no.

    Sacar bilis sí

    Es lo que hay

    PD.- Acusar a otros de poner intereses políticos por encima de los intereses de los ciudadanos... ¡Tiene bemoles!

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  6. Se deeja claro como la SER manipula totalemnte la noticia

    http://www.lavozdegalicia.es/archivo...o_brigadas.pdf

    "1º) Baixo ningún concepto un Concello debe aprobar o Convenio sen ter antes o seu texto íntegro; polo tanto, mentras non o envien (xa lles foi reclamado por carta) non se debe facer nada"

    Este es el gran delicto del PP. Esperar a la carta de la Xunta con el convenio y a la decision de la FEGAMP:

    "2º)Ademáis (e isto é moi importante) a Comisión Executiva da FEGAMP acordou o 12 de Xuño solicitar unha xuntanza con Medio Rural para clarexar determiñados aspectos do Convenio; esta reunión parece ser que se vai celebrar o día 27 de Xuño, e ata entón, polo tanto, ningún concello debería tomar ningunha decisión.

    3ª) Non se poden, en ningún caso, admitir as presas e os plazos a modo de ultimatum que está dando a Consellería; hai que recordarlles que levan un mes de retarso nos trámites,"

    "haberá que ser “especialmente celosos” no cumprimento da legalidade á hora de seleccionar ó persoal"

    http://www.monclovitas.com/foro/showpost.php?p=944221&postcount=289

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  7. Filipinos,

    Sería de agradecer que alguno de tus enlaces funcionase. Dices que la ser manipula, pero lo que aparece en el texto (ver http://www.lavozdegalicia.es/archivos/pdf/convenio_brigadas.pdf)

    “ANÁLISE DO CONVENIO ACTUAL

    A verdade é que non existen grandes diferencias cos anteriores; estas se reducen a tres:
    1) A Consellería exise a presencia dun técnico de grado medio ou superior como encargado da Brigada (se “fose posible”)
    2) A Consellería participará cun representante nos Tribunais de Selección dos compoñentes da Brigada (finalmente impoñen a fórmula que levantou a suspicacia da FEGAMP)
    3) A formación do persoal seleccionado será a cargo da Consellería; se o Concello quere formalo el mesmo terá que asumir os custes do curso.”

    O sea, que el PP dijo que básicamente el convenio era el mismo que otros años, salvo los PECADOS de pedir si es posible un técnico a cargo de la Brigada, tener un representante en los Tribunales de Selección (circunstancia anecdótica, ya que esos tribunales serán de más de dos miembros y entonces el representante de la Consellería no podría decidir, salvo en un caso muy ajustado, a quien se selecciona, y su presencia sería casi meramente informativa, garantizando la transparencia del proceso) y es la Consellería quien formaría al personal (cosa mucho más práctica y razonable que el que cada ayuntamiento forme a su personal). O sea, los PECADOS que diferenciaban este convenio era pedir, si fuera posible, un técnico y los puntos 2) y 3) garantizan transparencia y homogeneidad… vale, es el mismo convenio pero mejorado.

    A pesar de eso, y en un tema tan importante como la lucha contra los incendios, el PP sí considera necesario actuar, de la siguiente manera:

    “PROPOSTA DE ACTUACIÓN

    Non parece que estas diferencias teñan a suficiente entidade para xustificar unha decisión xeral dos Concellos do PP de non asinar os Convenios, sobre todo pensando en que, se houbera, como o ano pasado, moitos lumes, a Xunta intentaría responsabilizar ó PP ante a opinión pública por esta decisión. “

    Vaya, no hay diferencias de entidad, y EL PP RECONOCE QUE EL MOTIVO PRINCIPAL PARA FIRMAR LOS CONVENIOS ES EVITAR QUE LA XUNTA RESPONSABILICE AL PP… o sea, pura política.

    “Polo tanto, se propón a seguinte estratexia, baseada na dilación pero non na negativa:”

    Ahora viene lo bonito, resulta que reconociendo que los convenios son básicamente los mismos, en vez de firmar y punto, EL PP DECIDE PONER EN MARCHA UNA ESTRATEGIA PARA RETRASAR LA FIRMA DE LOS CONVENIOS. Ni que decir tiene que firmar tarde los convenios implica que el personal se incorpore más tarde, cosa de la que el PP acusó a la Xunta, bonita panda está echa el partido de la oposición.


    “1º) Baixo ningún concepto un Concello debe aprobar o Convenio sen ter antes o seu texto íntegro; polo tanto, mentras non o envien (xa lles foi reclamado por carta) non se debe facer nada
    2º)Ademáis (e isto é moi importante) a Comisión Executiva da FEGAMP acordou o 12 de Xuño solicitar unha xuntanza con Medio Rural para clarexar determiñados aspectos do Convenio; esta reunión parece ser que se vai celebrar o día 27 de Xuño, e ata entón, polo tanto, ningún concello debería tomar ningunha decisión.
    3ª) Non se poden, en ningún caso, admitir as presas e os plazos a modo de ultimatum que está dando a Consellería; hai que recordarlles que levan un mes de retarso nos trámites, e que un Concello ten os seus procedementos e tamén está sometido ó cumprimento dunha serie de fases antes de tomar calquer acordo.
    4º)Por último, unha vez que se aprobe o Convenio no Concello, haberá que ser “especialmente celosos” no cumprimento da legalidade á hora de seleccionar ó persoal:. Hai que recordarlles que foron eles os que impuxeron a súa presencia nos Tribunais, e polo tanto deben ser os primeiros en apoiar que se cumpla estrictamente a legalidade; polo tanto, o Concello seguirá o seguinte procedemento:
    - Se aprobarán unhas Bases, que se remitirán ó BOP, dando un prazo para a presentación de instancias, e despois se realizarán as corrrespondentes probas selectivas.
    - Posteriormente, haberá que realizar os correspondentes cursos de formación, e finalmente se asinarán os contratos. “
    El punto 1º) es razonable. El punto 2º) es parte de la estrategia, la FEGAMP no pinta nada en este tema, hay que recordar que la Xunta del PP firmaba los convenios con cada ayuntamiento, como reconoce en este documento. El 4º) es parte de la estrategia, porque eso de “haberá que ser “especialmente celosos” ” es un modo poco encubierto de pedir que se retrase el asunto con toda la burocracia posible. Sería lógico que si reconocen que va a haber retrasos intenten agilizar el proceso lo máximo posible, en vez de retrasarlo.

    “Se trata, en definitiva, de transmitirlle á opinión pública o que non deixa, polo demáis, de ser unha realidade palpable: os Concellos do PP están dispostos, como non podía ser menos, a colaborar a tope na loita contra os lumes forestais, pero a lentitude da Xunta e as variacións introducidas nos Convenios, alargan os procedementos e provocan retrasos de maís de dous meses con respecto a outros anos no funcionamento das cuadrillas”

    Se trata, en definitiva, de una vez más hacer política a costa de Galicia y los gallegos. Este párrafo final sería para morirse de risa, si no fuera por la gravedad de lo sucedido. Bonito el PP:

    1. Primero el PP reconoce que el convenio es básicamente el mismo.
    2. Después dice que hay que intentar retrasarlo.
    3. Concluye diciendo que hay que “transmitirlle á opinión pública” que “a lentitude da Xunta” (recordemos que este texto trata de cómo ralentizar dicho proceso) “e as variacións introducidas nos Convenios” (que reconoce que son básicamente los mismos convenios que hacía el PP y que las diferencias son de poca entidad) “provocan retrasos de máis de dous meses”. Sin embargo, en Marzo ya se comenzaron los contactos para firmar los convenios, y el PP en este documento ya establece el retraso que A POSTERIORI tendría que haber…

    Más de lo mismo, la misma mierda que siempre escupe el PP. Es lícito poner en juego la lucha contra los incendios si eso produce una mínima, ínfima, ventaja política… pero hay que ser muy estúpido para dejarlo por escrito!!!

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  8. Di que sí

    El PP KK

    Los demás gloria

    Y se terminaron los razonamientos al respecto

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  9. Si, hombre, sí

    O que ti queiras estará ben, oh

    O que ti queiras

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