Parece que hoy estemos viviendo algo similar, sólo que en peor: Un zetapé (de zETApacto) jugando a líder de la "España serena", y un Pepiño más próximo al... vómito.
Incluso por esta vertiente de la política-purgante pepiñesca hay similitudes entre aquello y esto. Desempolvo "Conversaciones con Alfonso Guerra", de Miguel Fernández-Braso (Planeta, 1983) y me encuentro con esto (p. 66):
--¿Cuáles fueron vuestros principales contactos después de la muerte de Franco?
--Entonces lo que se dinamiza mucho es el tema de las plataformas, la famosa Platajunta aquella, Coordinación Democrática. Se establece la Comisión de los Nueve, que toma contacto ya con Suárez instalado. Todas esas conversaciones van dirigidas a que se celebren elecciones, que haya una ley mínimamente digna, primero una ley de asociaciones aceptable. Fue una gran batalla de la que yo tengo que decir que es innoble, absolutamente innoble, que Carrillo se permita declarar que los socialistas quisieron legalizarse dejando en la cuneta a los comunistas. Indica una forma de ser innoble de Santiago Carrillo porque justamente rechazamos más de un proyecto en los que no cabían los comunistas. Me provoca un poco de vómitos que haya gente así, que vuelve las cosas del revés.
Conmovedor.
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