El reciente decreto de "galleguización" de la enseñanza no les basta a los socialistas galaicos. La consejería de Educación acaba de dirigirse a los centros privados o concertados para que superen el mínimo del 50 por ciento de materias a impartir en gallego establecido por el decreto en cuestión. Ya se veía venir, y de hecho, ya lo venían haciendo. La policía lingüística se ha dirigido con particular empeño a la vigilancia y la coacción en los colegios que no forman parte del sector público.
La impagable tesis de la consejera Sánchez Piñón es que el conocimiento del idioma español ya está asegurado en las nuevas generaciones, y que por tanto, bien pueden dejar de aprenderlo y utilizarlo en la escuela. En definitiva, que lo aprendan viendo la tele. Es decir, que se les privará de conocer verdaderamente y en su registro culto, el español.
Como ya se percibe en algunas zonas, los peor parados van a ser los niños de las zonas rurales gallegoparlantes. Ellos, especialmente, verán reducidas sus oportunidades de trabajo y de vida al no disponer del dominio del idioma común a los españoles e hispanoamericanos. Poco les importa esta desfeita a los pijos socialistas. A los nacionalistas, por supuesto, no les importa nada, pero son coherentes con su proyecto político, que se traduce en una sociedad cerrada, homogénea y endogámica: una Galicia con candado, de la que no salga nadie.
Con esta "solicitud" de la consejera Laura Sánchez Piñón, quedan advertidos los colegios citados que será mejor para ellos que no dispongan a su criterio del pequeño margen de libertad que establecía el decreto para impartir el restante 50 por ciento de asignaturas en el otro idioma cooficial, que es también el materno y el habitual de numerosos ciudadanos de Galicia. Si la libertad nunca ha sido el fuerte del socialismo español -y gallego-, la libertad de idioma es un concepto totalmente extraño para sus dirigentes.
Se ve así en qué consistía realmente el decreto: no en un reparto equitativo entre los dos idiomas, como anunciaron para engañar al público, sino en la vía para conseguir erradicar el español completamente de las aulas.
Bajo la presión de sus socios nacionalistas, que les permiten estar en el gobierno, los socialistas galaicos agachan la testa, que para eso Touriño se llama como se llama, y hacen lo que manden las huestes de Quintana. No obstante, no se puede atribuir esta conducta servil y acomplejada ante el nacionalismo sólo a la necesidad. Hay un sector verdaderamente infectado de nacionalismo en el PSdG.
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Evidentemente, la pija esta no ha salido del despacho o del yate en Sangenjo, porque salvo en las ciudades de Vigo, Pontevedra y La Coruña, el gallego está muy, pero que muy presente entre los ciudadanos gallegos, siendo la lengua habitual de buena parte de ellos.
ResponderEliminarBueno, vale, el castrapo, porque el gallego de la RAG no lo hablan bien ni sus señorías académicas...
Cuanta más imposición, más reacción. Yo le daré indicaciones a mis hijos explícitamente para que no hable gallego en clase.
Una lástima que una lengua tan bella e interesante la conviertan en pura mierda por apropiación los amigos del nacionalsocialismo.
¡¿Cómo que Emilio Pérez Pouquiño "agacha la testa" ante los nacionalistas?!
ResponderEliminar¿Es que no habéis visto la autoridad con que ha llevado el asunto de la indisciplina de Anxela Bugallo? ¡Menudo es Touriño! A él no le tose nadie. Ya ha advertido que, como otra conselleira del BNG vuelva a desobedecerle, quitará el retrato de Anxo Quintana de su mesilla de noche... Se pongan como se pongan.
¡Para que luego digan que la gente del PSOE se pone a cuatro patas con tal de no perder el coche oficial!
No tenéis ni puta idea. Viva Galiza ceibe!
ResponderEliminarGalicia beibe
ResponderEliminarpoder copular