Es un hecho que la Ciencia no pasa por uno de sus mejores momentos. No
tanto el ejercicio de la Ciencia, que, afortunadamente, goza de buena
salud, sino su relevancia social. Carlos Elías, profesor de periodismo
y químico, se propone en su libro "La razón estrangulada: La crisis de
la ciencia en la sociedad contemporánea" (Debate, 2008, 479 páginas)
determinar las causas de este hecho. El foco de su análisis se centra
sobre la perniciosa influencia de la llamada "cultura mediática" en
la percepción social de lo científico, si bien también se analizan,
aunque con menor énfasis, otras causas del declive social de la Ciencia.
A mi juicio, el autor acierta en la presentación de los hechos,
en exponer la naturaleza de la crisis de vocaciones científicas
que padece Occidente. Es muy probable que esta crisis obedezca
a la confluencia de varios factores, y hasta cabe que uno de los
principales sea al que Elías dedica su obra, pero, para quien esto
escribe, el fundamental, prácticamente obviado en este libro, es
la destrucción de la educación secundaria, que se ha verificado en
casi todo Occidente, pero que en España ha sido especialmente intensa
(merced a la LOGSE y su desarrollo). Esta destrucción se ha cebado,
por su propia naturaleza, con la Ciencia. No hay más que asomarse
a cualquier libro de texto "científico" de la educación secundaria
española para comprobar el grado de banalización al que se ha sometido
la docencia de estas disciplinas. Esta "teletubbización" de la Ciencia,
apoyada desde los medios de comunicación con una divulgación que,
prtendidendo su popularización, la vulgariza, como bien señala Elías,
¿cómo no va a ahuyentar a los estudiantes de las facultades de ciencias,
si todo lo que tiene que ver con la actividad científica profesional
se percibe como inabordable intelectualmente y propio de "freaks"?
Sobre esta percepción se añade la reciente difusión, por parte de
los medios de comunicación, de la auténtica realidad de la actividad
científica profesional: un sistema estatalizado, fuera, por tanto,
de cualquier dinámica de mercado, en el que reinan la precariedad
laboral de los aún no funcionarios, y la absoluta impunidad de los que
ya lo son. Cualquiera con una mínima vocación científica debe saber
a lo que se arriesga, y quizás nada mejor para ello que leer el tercer
capítulo del libro: "Un sistema económico que estrangula la ciencia".
El libro, en ocasiones, peca de "apasionado", particularmente en la
consideración de quienes no pertenecen al mundo de la Ciencia, y que son
designados colectivamente como "los de letras". Para Elías, el mundo
lo rige este colectivo, desde los despachos de los directivos de los
medios de comunicación, y así nos va. Este tipo de caricaturas, junto
a su muy escaso conocimiento de cómo se organizan las investigaciones
en el área de las ciencias sociales, o de cuáles son actualmente los
ámbitos profesionales de los ingenieros, pueden ser, por su repetición,
irritantes.
Si no irritante, sí al menos sorprendente resulta leer su crítica
de la filosofía posmoderna (capítulo quinto), pues en ella demuestra
no haber entendido en absoluto a Popper, incluso cuando alguien de la
talla de John Worrall así se lo hace saber en una entrevista que Elías
realiza a éste (vid. p. 166).
Finalmente, hacia el final del libro, en el capítulo "Lo audiovisual como
peligro de salud pública", Elías no tiene ningún reparo en incurrir
en los supuestos vicios propios de las ciencias sociales, denunciados
en el libro, al extraer conclusiones del tipo "[la televisión] puede
ser considerada una amenaza real para la especie" (p. 428).
En suma, el libro constituye un encomiable intento por abordar las causas
de un problema grave en Occidente. Lamentablemente, al libro le sobran
unas doscientas páginas, pasión irrefrenable, y el vicio de elevar a
causa lo que es sólo correlación.
domingo, 12 de octubre de 2008
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El campeón de la educación a nivel mundial, Finlandia, tiene únicamente un 2% de educación privada, y prácticamente la totalidad de su enseñanza, el 98%, es pública.
ResponderEliminar¿No será el fomento de la enseñanza privada el motivo del declive de la educación en los países desarrollados, y, en particular, en España?
Igual sí.
ResponderEliminarLástima que en España no tengamos ningún tipo de fomento de la enseñanza privada para corroborar esta apreciación.
Por otra parte, hablar de España y compararla con Finlandia, para lo que sea, suena un poco a comparar churras con merinas.
Pero claro, cada cual es cada cual y hace los planteamientos que quiere, que sabe o que puede...
Fomento de la educación privada, en particular en España?
ResponderEliminarDónde. cómo, cuándo?
Que yo sepa en España ningún centro educativo tiene autoridad para tocar el currículo diseñado desde el Ministerio de Educación. La educación privada en España es cero a efectos de control sobre el currículo.
En qué país occidental existe un sistema de enseñanza liberalizado?
Pero sí es verdad que en Finlandia los centros gozan de una enorme autonomía y que el sistema está basado en el esfuerzo. Vamos, que como sistema público de enseñanza es muchísimo mejor que el español.
Espero que el autor del blog apruebe este comentario. No estoy de acuerdo con la reseña. Yo también me he leído el libro y creo que menciona suficientemente a la Logse. Aunque, obviamente, en Gran Bretaña o EEUU no hay Logse y existe un problema similar. Es decir, que el enfoque de Elías sobre los medios de comunicación es el más correcto.
ResponderEliminarLo que más me ha gustado del libro de Elías es cómo clarifica por qué en España los ingenieros tienen más prestigio que en otros países desarrollados (donde ese prestigio es de los científicos naturales) y cómo eso ha perjudicado a España.
Seguro que el autor de este comentario es ingeniero. Por eso le molesta tanto que Elías deje claro que la ciencia es superior (desde el punto de vista intelectual a la ingeniería). No puede compararse a Bill Gate con Einstein o Newton.
Tb seguro que es ingeniero de telecomunicaciones. Por eso le ha sentado tan mal el capítulo (para mi el mejor del libro) donde Elías expone investigaciones de pediatras (no de ciencias sociales) en las que demuestra que la televisión y los videojuegos (aunque le pese a los ingenieros que las han inventado) son un peligro de salud pública. Son una droga más. El libro de Elías es y será la mejor aproximación al problema del declive de la ciencia que pueda hacerse en muchos años
A Jose:
ResponderEliminar1. Si el libro analiza la LOGSE, por favor, dígame dónde.
2. El modelo LOGSE es una copia del modelo británico de las "comprehensive schools".
3. Soy ingeniero, y, partiendo de que esta es una afirmación muy genérica, creo que intelectualmente la Ciencia es superior a la Ingeniería. En mi comentario hago referencia al desconocimiento que el autor demuestra tener de lo que hacen los ingenieros hoy en el mundo. No hago el juicio del que se acusa.
4. Me rafirmo en que el capítulo "Lo audiovisual como peligro de salud pública" es un auténtico disparate, pues, incluso habiendo en la bibliografía citada evidencias de que, en determinadas condiciones, la televisión puede ser nociva para los niños, no puede afirmarse genéricamente que "[la televisión] puede ser considerada una amenaza real para la especie". Esto no es científico.
Claro que no es científico, como tampoco lo es el libro de Sartori, por el que le dieron el premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales o los libros de Popper, de Marx o de Freud. Elías escribe, como los anteriores, un ensayo, que, obviamente, jamás es una teoría científica, sino una visión argumentada del punto de vista del ensayista.
ResponderEliminarPrecisamente, para mí, el problema del libro de Elías es que da demasiados datos y el lector puede tener la impresión de que no es una opinión, sino una teoría científica. Aunque Elías probablemente lo haga para reforzar su punto de vista como "teoría científica".
Respecto a la Logse, según recuerdo, describe bastantes veces el efecto negativo que han tenido los pedagogos o los libros donde abundan las imágenes. Vamos, yo que soy profesor, me sorprendió las excesivas referencias a educación de alguien que es periodista.
No sé el papel de los ingenieros en la sociedad actual. Lo que sí sé es que en España alumnos brillantes en física o química (que ganan olimpiadas) se van a ingeniería, no porque les guste, sino por un prestigio social heredado del franquismo y reforzado por lobbies poderosos como los colegios. Eso no exite en otros países sin pasado dictatorial, pero donde hay más patentes.
Un pequeño comentario a Jose, un hombre a lo que se ve cargado de prejuicios sin fundamento.
ResponderEliminarJohn Bardeen, ingeniero eléctrico y físico, recibió en dos (DOS) ocasiones el premio nobel de física.
En una ocasión por la invención, compartida, del transitor de unión bipolar. Con la que se fabricaron luego infinidad de televisores por cierto.
http://es.wikipedia.org/wiki/Transistor
Pero esas alusiones a si tú eres ingeniero o científico-científico (quiénes lo serían entonces) no son propias de personas adultas y serias.
Creo que se puede hacer una crítica sin recurrir a esos ardides.
Y hago notar que no le indica a David esos lugares concretos del libro donde analiza la LOGSE. Claro que, si solo la menciona...
Cabezabolo.
En España sí se ha fomentado la enseñanza privada. Cuando yo era pequeño era prácticamente inexistente. ¿Alguien podría citar qué colegios concertados había en Galicia hace 3 décadas?
ResponderEliminarQue el curriculum siga siendo fijado desde el ministerio, o que la enseñanza no sea total y completamente libre y liberal no significa que no se haya avanzado en su privatización en los últimos años.
Repito: En Finlandia únicamente el 2% de la educación es privada, según el último informe PISA, el mismo en el que es la campeona mundial.
Tiene tela que tras ocho años de gobierno PP sigamos hablando de la LOGSE. Un gran ejemplo de la eficacia de la derecha, haber gobernado durante 8 años y no haber cambiado la LOGSE.
Navego por internet y qué me encuentro: otro foro abierto sobre el libro de Elías. Menos mal que a éste parece que he llegado a tiempo.
ResponderEliminarMi vision del libro es que es muy, muy bueno.
Yo soy economista y profesor asociado a tiempo parcial de universidad.
No me voy a meter con lo de los ingenieros, aunque es cierto que en España han estado muy favorecido por los poderes públicos de la dictadura y que sus colegios son un lobby en el peor sentido. Lo vemos con la actual reforma universtaria.
Sólo quería decirle a David que me ha gustado mucho la parte del libro de Elías que advierte que los alumnos que van a económicas han bajado de nivel por cursar el bachillerato de ciencias sociales. Es una verdad como un templo, pero nadie en España se ha atrevido a decirlo hasta ahora. Antes de la LOgse no existía el bachillerato de ciencias sociales. Y alguien con ese bachillerato tiene muy difícil aprobar materias de economía.
Tampoco estoy de acuerdo con David cuando señala que Elías no sabe cómo funcionan las ciencias sociales. Obviamente el curriculo de Elías desmiente que no las entienda.
Yo, que soy de ciencias sociales (Economía), aunque tb hice dos cursos de químicas que dejé, creo que lo mejor del libro de Elías es que alguien de dentro del sistema se atreva a criticarlo de esa forma.
las ciencias sociales son sólo una entelequia si las comparamos con la física o la química. De hecho, los economistas no podemos predecir qué pasará con esta crisis. Nadie tiene ni idea.
Cuando Elías critica la forma en la que se organizan (y, sobre todo, lo difícil que es contrastar -y, por tanto, lo fácil que es inventar- resultados) en las ciencias sociales está llegando al fondo de disciplinas como la pedagogía, que están en el centro de la Logse.
Aunque estoy de acuerdo con Jose en que ése no es el problema central, sino los medios de comunicación. No creo que en Corea del Sur o Japón, donde hay un problema similar de declive de la ciencia, haya Logse. Es un problema mediático como muy bien sostiene el libro de Elías
Ha sido muy listo al elegir ese enfoque.
Si me quedaba todavía algún interés por leer el libro de Carlos Elías se me ha quitado completamente después de leer la crítica de Angel.
ResponderEliminarLos colegios concertados no son colegios privados strictu sensu.
ResponderEliminarDe todos modos, colegios privados concertados en Lugo hace treinta años, los mismos que ahora. Ni más ni menos.
Que el "curriculum" siga siendo fijado por el Ministerio incide directamente en la no privatización de la educación.
Ya se te ha explicado que hablar de Finlandia y compararla con España es como comparar churras con merinas, don Erre que erre...
Una aclaración. En realidad yo no he dicho que hablar de Finlandia y compararla con España es como comparar churras con merinas sino que "como sistema público de enseñanza es muchísimo mejor que el español."
ResponderEliminarQue es muy distinto.
Yo sí he dicho que comparar Finlandia con España es como comparar churras con merinas.
ResponderEliminarPues a mi gracias a esta reseña de David y el comentario de Ángel me han entrado muchas más ganas de leer el libro de Elías.
ResponderEliminarHabía oído hablar de este libro hace unos días en el último número de la revista El Escéptico Digital, que lo ponen como tema principal. Ayer lo busqué en la biblioteca de mi universidad y aún no estaba. Hoy me lo compraré y ya os diré.
Como adelanto, ya me resulta muy curioso que en España se publique un ensayo con este tipo de temática. Pero más raro aún es que un libro genere tanta discusión como éste. Parece que en eso ya nos estamos pareciendo a los países nórdicos y anglosajones.
Ya os cuento
A Ángel:
ResponderEliminar1. Con respecto a las Ciencias Sociales, yo no cuestiono el CV del señor Elías, sino el que espere que, en ámbitos tan distintos como la Química y las Ciencias Sociales, sea posible homologar un criterio único de lo que es "científico".
2. Es cierto que en el libro Elías reconoce que está escribiendo un ensayo, no una monografía científica. Pero, honradamente, creo que el capítulo sobre la tv y la salud pública responde más al estándar del tabloide sensacionalista que al ensayo.
A David:
ResponderEliminarPrecisamente porque el señor Elías sabe que son muy diferentes, considera en su libro que las ciencias sociales no deberían de llamarse ciencias, sino tal vez estudios sociales. Al igual que las ingenierías no se llaman ciencias porque no lo son.
Son los que no saben de ambas, los que intentan mezclarlas y llamarlas de la misma manera.
Respecto al último capítulo, mi mujer, que es pediatra en un hospital, cree que es una revelación y extremadamente científico. De hecho, en su hospital, a partir de las referencias de Elías, están empezando a investigar cómo la televisión es perjudicial para la salud de los niños. Le recomiendo, entre otras muchas, la bibliografía que cita Elías en ese capítulo que usted llama sensacionalista, sobre Aric Sigman y su artículo: The visual voodoo: The biological impact of watching TV. Una entre 20 más. Más que peligro, es la TV es una verdadera droga con efectos físicos en el organismo.
Es una tragedia que en España lo novedoso y trangresor, es decir, lo que se está investigando en el mundo anglosajón, lo llamen sensacionalista. Por eso en este país, jamás sacaremos un premio Nobel en ciencia, o patentes interesantes. Lástima el dinero perdido en tanto intelectualoide que critica, pero no hace nada interesante. En esto también tiene mucha razón el señor Elías
A Ángel:
ResponderEliminarHe leído "The visual voodoo: The biological impact of watching TV", y el capítulo de Elías me parece un refrito de este artículo. Es algo menos sensacionalista que Elías, pero me sigue pareciendo sensacionalista. No obstante, creo que el tema constituye un programa de investigación interesante, que quizás debería recibir un mayor interés del área de la Salud Pública.
Nada en grandes dosis es bueno.
Bueno, pues como lo prometido es deuda, aquí va mi comentario sobre el libro de Carlos Elías. Ya lo he leído. Gracias a David, por recomendarlo en este blog.
ResponderEliminarEn primer lugar, tengo que decir que creo que es el libro más hermoso que se ha escrito sobre la defensa de la ciencia y el pensamiento racional.
El enfoque de Elías me ha parecido muy original. Está muy bien escrito –se le nota el oficio de periodista- lo que, al menos en mi caso, me permitió leerlo rápido y con interés pese a ser un ensayo y tener casi 500 páginas.
La idea de relacionar el declive de la ciencia con la hegemonía de la cultura mediática es muy atractiva. Y la exigencia que se impone Elías de atar todos los cabos posibles que relacionan ciencia y medios de comunicación es fascinante.
Se lo he recomendado a un amigo –que aún no ha terminado de leerlo- y hemos coincido en que el libro es tan bueno que no parece escrito por un español.
No es habitual que profesores universitarios españoles den tanta estopa a todo el mundo y sean tan políticamente incorrectos. Para alguien de ciencias, este libro es un auténtico regalo.
Respecto a la acusación de David de que el apartado de la "televisión como peligro de salud pública es un refrito del artículo de Sigman", no estoy nada de acuerdo.
El artículo –que me he leído tb- procede de una revista científica y Elías escribe un ensayo (que es un género literario). Por tanto, los lenguajes deben ser distintos. Ese capítulo en el libro de Elías tiene 24 páginas en las que en cinco aporta la visión de Sigman, pero tb de las fuentes originales que señala Sigman (que no es sino un complilador). Entre ellos, Elías cita hasta un comunicado de prensa de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda (que no cita Sigman), pero tb los estudios originales de Crhistakis o la cita concreta de la Academia Americana de Pediatría. Pero es que no hay más sobre este tema y, además, está todo en inglés, por lo que Elías lleva esas investigaciones (muy poco conocidas) al campo del gran público. Y, además, en ese capítulo las relaciona con el enfoque latino de Sartori (premio príncipe de Asturias sin aportar datos científicos de sus ideas) y lo relaciona tb con los últimos datos del informe PISA. En resumen: un capítulo magnifico.
No sigo, sólo quiero dar otra vez las gracias: es el mejor libro que me he leído en mucho tiempo, Claro que es muy difícil encontrar en España a alguien con dos carreras: una de letras y otra de ciencias como Elías. Y que, además, haya ejercido ambas. Tal vez eso explique que este libro tenga el alto nivel de los anglosajones y “que no parezca español”.
Y esto lo digo como traductor profesional que soy.
Mikel, me alegro de que la lectura haya sido provechosa. Gracias por tu punto de vista sobre el libro.
ResponderEliminarGracias a ti por sugerir un debate sobre esto. Ojalá en este país se discutiera más de libros, educación, cultura, industria, ciencia o pensamiento, en lugar de deporte o de política y los mediocres políticos
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