Paseo por Gracia y varios meses después sigue la bandera española sin ondear en el mástil de la Consejería de Comercio, Turismo y Consumo del Señor Huguet. Está denunciado, pero les da igual. Ellos no tienen que cumplir con la ley, aunque nos obliguen a cumplir al pie de la letra las de rotulación y uso del idioma (catalán, por supuesto) en los comercios.
Bajo al supermercado y veo que, ¡oh, sorpresa!, han puesto una etiqueta junto al precio de los productos de origen catalán con la bandera cuatribarrada y el texto "Producto Catalán"
Finalmente, voy a comer al restaurante habitual junto al trabajo en la parte alta de Barcelona, donde el dueño me espera con su carta en catalán. Como hoy no entiendo el nombre de algunos de los platos, le pido la carta en castellano, que suele guardarla junto a la primera. Pero hoy, antes de sacarla, me cuestiona con cara de cierto cabreo si esto lo hago "por todo la movida política que hay".
En otras circunstancias le habría dado la vuelta a su pregunta, cuestionándole yo a él las razones por las que en un restaurante en el que abundan los castellanoparlantes sólo se muestra una carta en catalán. Tras lo cual me hubiera ido a otro restaurante.
Sin embargo, no me queda más remedio. Tengo que recurrir habitualmente a este restaurante y no estoy en condiciones de cerrarme puertas. Me arrugo y le digo que yo no utilizo el idioma para fines políticos. Que simplemente no entiendo la carta en catalán, tras lo cual me la muestra sin más problemas.
Ya está bien. No al boicot catalán hacia todo lo español. Dura ya más de 20 años.
martes, 29 de noviembre de 2005
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Gaviotero, también puedes ir al restaurante, aceptar la carta en catalán y luego preguntarle al dueño lo que no entiendes, que explique y traduzca.
ResponderEliminarYo creo que si lo haces una decena de veces, cuando te vea, te dará la carta en español.