Así me definen a ZP. Lo peor de todo, o lo mejor, según se mire, es que esta definición proviene de una militante de Juventudes Socialistas (JS) completamente desencantada. Tanto, que ha llegado a esta definición tras indicarme su deseo de darse de baja de JS porque no comparte en absoluto la deriva que ha tomado este "iluminado peligroso".
Y no le falta razón en calificarlo así. Con su ascenso meteórico en el que, siendo un diputado de provincias y gracias a unos apoyos que ahora se están cobrando sus deudas, consiguió imponerse por escaso margen a un peligroso Bono. Peligroso para el aparato. Pero se impuso el que todavía era conocido como "José-Luis-Rodríguez-Zapatero".
Su liderazgo como secretario general del partido hacía aguas con un enfrentamiento territorial interno en el PSOE como hacía tiempo que no se recordaba, merced al pacto entre los socialistas catalanes con un líder independentista que hacía del compadreo con ETA su principal línea de acción. Una derrota en las elecciones, y una posible mayoría absoluta para el PP, podía ser la puntilla definitiva para este "líder", cuya fugacidad y prescindibilidad en el socialismo español sería comparable a la del locuaz Borrell.
Y entonces llegó el 11-M. El gran empujón para su carrera política. "José-Luis-Rodríguez-Zapatero", convertido ya en ZP, merced a una intensa y efectiva campaña de comunicación que nos vendió un líder donde había un vulgar diputado de provincias, supo darle la vuelta a la situación haciendo uso de todas las armas legales e ilegales que consideró oportunas, con la ayuda del gran "Rasputín", tan brillante como peligroso para una democracia.
Y así, con esa ayuda odiosa, de la que probablemente nunca sea capaz de librarse, se vio este vulgar diputado de provincias como Presidente del Gobierno de España. ¿De qué? De España. Bueno, eso sería lo de menos, debió pensar él. Y vaya que sí.
Pero es peligroso tener a un "iluminado" ahí arriba, especialmente cuando se lo cree. Se convierte en el ser más peligroso para todos los que de él dependen: los españoles y, muy especialmente, los socialistas españoles. Se cree capaz de mantener en equilibrio una situación política de inequilibrio permanente. Una situación que lo está engullendo día a día. A él y al socialismo español.
Cuando este mal sueño acabe, ZP, de nuevo "José-Luis-Rodríguez-Zapatero", desaparecerá con la misma vertiginosidad con la que apareció. Mucho me temo que no se va a saber nada de él. Ni en su propia casa. Confiemos que no se nos lleve por delante a todos.
domingo, 4 de diciembre de 2005
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