La vena islamofílica de la progresía española se desata. Lo primero que hizo zetapé fue dejar a los musulmanes moderados iraquíes a merced de los terroristas islámicos (retirada española y llamamiento en Túnez a los demás Estados a abandonar Iraq). Ahora, siguiendo el juego de los extremistas, condena la publicación de unas viñetas sobre Mahoma que, si se hicieran sobre cualquier otra persona, viva o muerta, no hubiesen suscitado la mínima protesta.
En una de las viñetas se representa, fielmente, a Mahoma, cimitarra en mano. Y es que Mahoma no fue un "profeta" pacífico ni pacifista. Aunque en la etapa de La Meca se dedicó a la predicación, a partir de la Hégira se dedicó a hacer guerras de agresión contra los vecinos. En Medina se convirtió en un gobernante implacable.
Pero la progresía, castrada espiritualmente, tiene que justificarse. ¿Último recurso? Pues acudir ¡a Santiago Matamoros! El recurso es significativo porque demuestra a la vez, la ignorancia, el sectarismo y el odio a las propias raíces de la progresía del solar hispano.
Aunque finalmente se consiguió abortar la operación de retirada de la escultura, es muy esclarecedor este artículo de Minuto Digital (aconsejo ver la foto):
Santiago Matamoros, retirado de la catedral de Santiago
Santiago Matamoros
Minuto Digital: 30.01.2006
No, no era una inocentada. El cabildo catedralicio ordenó la retirada de una de las capillas de la Catedral de una imagen de Santiago “Matamoros”, en la que aparece combatiendo a tres individuos armados moros (del latín mauri, pero, claro, los romanos aún no conocían la corrección política). Esta noticia, publicada el viernes 30 de abril [de 2004] por El Correo Gallego, hubiese sido una perfecta inocentada si se hubiese publicado el día 28 de diciembre. Pero no, no lo era. Sin embargo, lo peor estaba por venir. Al día siguiente (El Correo Gallego de 1 de mayo) el cabildo hace públicas las razones de la retirada y, atención, un miembro de una asociación de estudiantes marroquíes en Santiago emite su dictamen sobre el particular.
Vayamos por partes.
Lo primero, siempre, es “contextualizar” el hecho: el “contexto”, siempre el “contexto” es esencial. La retirada de la imagen del apóstol se produce mes y medio después de que cometiera el más grave atentado de la historia de España un grupo de terroristas marroquíes (lamento que este adjetivo sea más preciso que el de “internacionales”, preferido por los muy correctos Pte. y su discípulo Zetapé). Y es que no deja de ser extraño que sean marroquíes, con lo mucho que nos quieren, o eso dice Mojamé. Ya antes, Osama Bin Laden (Ussama Ben Laden, para los puristas) el líder más carismático de los grupos terroristas islamistas (parece que no eran budistas) en varias ocasiones había anunciado como uno de los objetivos de sus actividades la “recuperación” de Al Andalus (nombre que dan los árabes a toda España y no a Andalucía, por cierto). Y, como por sus obras los conoceréis, parece que el Sr. Laden se propone conseguir esa “recuperación” por las buenas o por las malas. Las malas, ya sabemos cuáles son. Las buenas, deben de consistir en el “diálogo”. Preguntaremos a Zetapé. Este es el famoso “contexto”, y es en este “contexto” cuando el Cabildo dice que tomó la decisión “hace meses” (no parece que fuese antes del 11-S y de que el Sr. Laden hubiese declarado sus propósitos hacia Al Andalus). Puede ser cierto, cómo vamos a dudar de la honestidad de los miembros del cabildo, pero qué curioso que la decisión se conozca ahora, después de los atentados del 11-M. Entre las explicaciones de los clérigos (que viven de, dicen, implorar la protección del Apóstol Santiago) se encuentran estas palabras: “quitamos algo que puede herir”. ¿“Herir” a quien? Vaya usted a saber. Sea lo que sea, lo peor no es lo del cabildo, sino lo que se encuentra a vuelta de página de la misma edición del periódico. Así nos encontramos con que un miembro de una asociación de estudiantes marroquíes (sería bueno saber si becado por la patria de la que es patrón Santiago Matamoros) considera que Santiago Matamoros es “una provocación para la comunidad árabe”.
Fijado el contexto, constatada la exquisita sensibilidad del cabildo y advertida la irritación del estudiante marroquí, quizá habría que dejar a la razón discurrir, con perdón. Veamos, Santiago Matamoros aparece, sí, en una actitud belicosa, pero en ninguna imagen (que yo sepa, y, en todo caso, no en la de Gambino cuya retirada se ha dispuesto por el Cabildo) atacando a personas pacíficas o desarmadas (como, por cierto, eran las que viajaban en los trenes del 11-M o trabajaban en la torres gemelas el 11-S). El Matamoros ataca a individuos armados. Esos individuos, armados, a mayor abundancia, eran sujetos que habían invadido un territorio que no era suyo (Hispania). Siendo esto así, Santiago Matamoros es una figura que defiende a un pueblo frente a unos invasores armados que pretenden someter por la violencia a un pueblo. Y llega el momento de las preguntas: ¿a quien puede “herir” que un santo defienda a una población invadida y atacada por las armas (aparte, claro de a los atacantes y a quienes se identifiquen con ellos)? ¿desde cuando la legítima defensa es una “provocación” (excepto naturalmente para los atacantes y quienes se identifiquen con ellos)? Claro, que cabría otra posibilidad: los moros armados en realidad estaban en su país y Santiago quería invadirlo por la fuerza (pues no había conocido en aquella época la doctrina del “diálogo” de Zetapé). Porque, ¿cómo iba a defender Santiago a Hispania si Hispania es un invento de Aznar y entonces éste no había nacido todavía?
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Aparte de que Santiago Matamoros no es más que una imagen, dado que no existió más que en la imaginación de los cristianos de la época, mientras que Mahoma el asaltacaravanas fue un personaje muy pero que muy real.
ResponderEliminareu xa non entendo nada.¿Prohibir para ser máis ceibes? Seica pareces un ferry destino á Meca.
ResponderEliminarNa época de Santiago Matamoros toda Hispania tiña un enemigo común, que eran os mouros. Recordemos que o señor Almanzor chegou ata Santiago e levouse as campás da catedral. E iso foi considerado un ultraxe, non só no país dos suevos, senón en toda a península. E o noso patrón non só era o patrón dos nobres suevos, senón que era o patrón de toda Hispania e dos seus habitantes.
Advierto, en voz bajita, que en una de las capillas de la Catedral de Granada hay otra estatua de Santiago Matamoros. O había, porque igual la han retirado ya. No creo, porque el obispo anterior era Antonio Cañizares, que no creo que sea un maricomplejines.
ResponderEliminarLa próxima que vaya a Granada lo confirmaré.
Saludos
Rouco dice: se estiveran tódalas relixións prohibidas non seríamos todos máis libres?
ResponderEliminarY, ya puestos, si aboliéramos todas las naciones, si lo único relevante fuera la condición de ser humano, ¿no seríamos todos más libres, Rouco?