La Opinión, 11 de febrero de 2005.
Zapatero obliga a Vázquez a irse de la Alcaldía tras revelarse sus negocios
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha forzado una salida honrosa de Francisco Vázquez de la Alcaldía de A Coruña tras descubrirse su vinculación empresarial y económica con el constructor coruñés y presidente de la patronal gallega, Antonio Fontenla, y apenas un año después de que se desvelara la operación inmobiliaria por la que adquirió un inmueble histórico en O Parrote por 110.000 pesetas el metro cuadrado.
Las informaciones publicadas por este periódico sobre los negocios y las operaciones inmobiliarias del alcalde le provocaron una progresiva pérdida de apoyo electoral y un grave coste social durante el último año. Zapatero le ha encontrado una salida elegante en la embajada del Vaticano. “Servir a España y al interés de los españoles ha constituido siempre la única meta de actividad pública (...)y solamente son estos motivos los que me han llevado a dejar mi cargo de alcalde”, explicó ayer Vázquez en una declaración institucional tras la que no permitió que se le hicieran preguntas y sin aclarar sus negocios con el presidente de la patronal de Galicia.
Francisco Vázquez que fue un símbolo de alcalde socialista pragmático, capaz de cosechar seis victorias consecutivas, todas ellas por mayoría absoluta, se había convertido en los últimos años y, sobre todo, en los últimos meses, en un dirigente incómodo para la dirección de su partido.
Las continuas discrepancias con la estrategia marcada por la dirección gallega del PSOE y las constantes muestras de indisciplina incluso llevaron al secretario general Emilio Pérez Touriño a proponer apenas hace cinco años la apertura de un expediente disciplinario para pedir su expulsión del partido.
El respaldo electoral con el que Vázquez contaba le salvó hasta los últimos comicios locales en los que logró repetir la mayoría absoluta aunque por sólo 142 votos. Fue el principio de su declive en el partido.
La dirección del PSOE tenía datos de la progresiva pérdida de respaldo electoral del alcalde, en especial desde hace un año cuando LA OPINIÓN publicó la espectacular operación por la que Vázquez compró la sede de la ONCE en A Coruña, a 110.000 pesetas el metro cuadrado -por debajo del coste de una vivienda social- en la zona más cara de la ciudad, tras romper el acuerdo pactado para la compra venta del inmueble, catalogado como monumento nacional, entre la organización de los ciegos y la SGAE.
El Ayuntamiento recalificó el inmueble para rebajarle la protección urbanística y así permitir obras en una vivienda por la que Vázquez pagó diez veces menos que el precio de mercado. La información de LA OPINIÓN obligó al alcalde a convocar un insólito pleno extraordinario durante el cual ofreció unas peculiares explicaciones y del que salió muy tocado.
Tan sólo unos meses después este diario ha desvelado la red de intereses empresariales entre el jefe de la patronal y la esposa y los dos hijos del alcalde, que a través de la sociedad instrumental Iglevaz, han logrado controlar una hidroeléctrica que ha recibido licencias de la Xunta para ubicar minicentrales en los ríos gallegos. La actual dirección del PSOE ya era consciente de que el alcalde estaba tocado, y más tras las últimas noticias. Por eso le han preparado una hábil salida, que, en parte, culmina, aunque no de la forma deseada, un anhelo de Vázquez: ser embajador en el Vaticano.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer su confianza en que el nombramiento de Vázquez sirva para “mejorar” las relaciones diplomáticas con el Vaticano porque, “por su personalidad puede facilitar la relación y la comunicación con el Vaticano”.
lunes, 13 de febrero de 2006
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La corrupción es seguramente el rasgo más distintivo del PSOE.
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