En varias ocasiones se ha discutido en esta bitácora sobre la guerra civil.
Naturalmente, no ha faltado el típico progre que, con la típica soberbia, ha llegado a decir nada más y nada menos que esto:
- "Sinceramente prefiero que los historiadores se limiten a narrar los hechos y no a venderme su moto. Le diría que el libro de Beevor sobre la Guerra Civil me parece mucho mejor (aséptico y objetivo) que cualquiera de los de Payne".
Es decir, como Payne ha ha apoyado las investigaciones de Pío Moa había que atacar a Payne... ¿cómo? Pues despreciando sus obras... en nombre de las de otro anglosajón que no haya cometido la imprudencia de valorar a Pío Moa.
¿Quien? Pues Beevor.... Y Beevor, sin quererlo ni beberlo se ha convertido en la coartada progre.
Pero... si en algún tema Beevor no merece el calificativo de historiador es precisamente en la guerra civil. Su libro tiene tantos errores que es difícil tomarlo en consideración. La denuncia del libro de Beevor la hizo un historiador gallego en las páginas de "Vox Gallaeciae" pero se ve que como nuestro coterráneo derribaba un mito progre aquel artículo no ha merecido aparecer en la edición electrónica y, menos, en la hemeroteca.
Para ilustración general, lo reproducimos aquí.
>>>>>>>>>>>>>>>>
LOS ERRORES DE BEEVOR EN SU LIBRO SOBRE LA GUERRA CIVIL
Rodolfo González de Barthelemy
[La Voz de Galicia, suplemento Culturas, 8-X-2005, p. 15]
"La Guerra Civil Española", el último ensayo de Anthony Beevior, es una de las grandes novedades literarias de la temporada. Un historiador gallego analiza el texto en el que asegura haber hallado más de cien errores.
Como librero y escritor, soy un asiduo lector, especialmente de obras de historia y biografía. Acabo de terminar La Guerra Civil española, del militar y periodista británico Antony Beevor, autor de obras tan interesantes como Stalingrado y La caída de Berlín, y me ha extrañado la serie de críticas y artículos tan favorables que ha recibido, quizás como reflejo mimético de la admiración que aquí despiertan los hispanistas ingleses.
Pues resulta que, tras leer el libro, he encontrado más de cien errores, la mayoría graves, y si lo volviese a leer otra vez encontraría seguramente otros tantos.
Dice que Azaña nombró presidente del Consejo de Ministros al galleguista Casares Quiroga (pág. 69). Casares era republicano, evidentemente, pero de galleguista tenía poco, o nada.
Dice que Juan March huyó de España para evitar la prisión, en la época republicana (pág. 65). La realidad es que fue encarcelado en Alcalá de Henares y se fugó posteriormente con un jefe al que sobornó.
Dice que Franco fue destinado en 1920 al mando de la Legión (pág. 77), cuando en 1920 el jefe era Millán Astray. Franco no fue jefe hasta junio de 1923, en que sustituyó, por fallecimiento, al teniente coronel Valenzuela.
Dice que el Dragon Rapide, que llevó a Franco de Canarias a Marruecos el 18 de julio del 36 hizo escala en Casablanca y Tetuán (pág. 91), olvidándose de Agadir, adonde llegó a las cinco de la tarde de ese día.
Dice que el general Molero, jefe de la VI División Orgánica (Burgos) fue fusilado días después del alzamiento por los fascistas (pág. 96). En realidad, Molero fue encarcelado, puesto en libertad y falleció de muerte natural en Barcelona el 11 de noviembre de 1947.
Dice que el acorazado España estaba el 18 de julio del 36 en Ferrol, en dique seco. No es cierto, estaba en el arsenal, a flote, en situación próxima al desguace (pág. 106).
Dice que "al menos treinta marineros del crucero Almirante Cervera fueron ahorcados y colgados de las vergas" tras el triunfo de los sublevados contra la República (pág. 107). Aparte de ser una fantasía, el Cervera no tenía vergas.
Dice que el gobernador militar de A Coruña era Caridad Pita Romero (pág. 107). No era gobernador, sino jefe de la 15ª Brigada de Infantería y se llamaba Rogelio Caridad Pita.
Dice que Caridad Pita fue asesinado en los primeros días de la guerra (pág. 107), cuando lo fue en el castillo de San Felipe el 9 de noviembre del 36.
Dice que el falangista Manuel Hedilla estaba en A Coruña cuando se inició el alzamiento (pág. 107). En realidad estaba en Vigo (ver Tres días de julio, de Luis Romero).
Dice que en A Coruña los defensores de la República fueron aplastados muy cerca de la tumba de Sir John Moore (pág. 107), cuando en realidad se rindieron en el Gobierno Civil, entonces en el edificio del Rosalía.
Confunde habitualmente grados militares: por ejemplo, el gobernador civil de Granada cuando asesinaron a García Lorca no era el coronel Valdés (pág. 136), sino comandante; García Escámez no era coronel el 18 de julio del 36 (pág. 174), sino teniente coronel. En esa misma fecha Varela no era general (pág. 179), sino coronel (la República le había anulado un ascenso).
Dice que la primera reunión de los generales sublevados para elegir el jefe supremo fue en Salamanca el 21 de septiembre del 36 (página 216), cuando se celebró en Burgos el día 14 del mismo mes, según puede leerse en la hemeroteca del Diario de Burgos. Asistieron los generales Cabanella, Mola, Saliquet, Dávila, Gil Yuste y Franco, con los coroneles Montaner y Moreno Calderón.
Da a entender que todlos los tripulantes del crucero Baleares perecieron (pág. 478), cuando, en realidad, hubo 435 supervivientes.
Yerra también en el número de muertos. Da 726, cuando fueron 791.
Dice que San Marcos, en León, era un campo de concentración (pág. 617), cuando en realidad era un edificio antiguo (hoy convertido en hostal).
Dice que Benigno Andrade Foucellas fue ejecutado el 26 de julio de 1952, cuando lo fue el 5 de agosto (pág. 669).
Dice que el falangista que lanzó la bomba en la basílica de Begoña contra el general Varela era Juan Domingo (pág. 654), cuando se llamaba Juan Domínguez.
Dice que entre las obras prohibidas por la censura en la provincia de Segovia figuraba En busca del Gran Khan de Pío Baroja (pág. 760), cuando la obra es de Vicente Blasco Ibáñez (trata sobre Cristóbal Colón).
Como librero y escritor, soy un asiduo lector, especialmente de obras de historia y biografía. Acabo de terminar La Guerra Civil española, del militar y periodista británico Antony Beevor, autor de obras tan interesantes como Stalingrado y La caída de Berlín, y me ha extrañado la serie de críticas y artículos tan favorables que ha recibido, quizás como reflejo mimético de la admiración que aquí despiertan los hispanistas ingleses.
Pues resulta que, tras leer el libro, he encontrado más de cien errores, la mayoría graves, y si lo volviese a leer otra vez encontraría seguramente otros tantos.
Dice que Azaña nombró presidente del Consejo de Ministros al galleguista Casares Quiroga (pág. 69). Casares era republicano, evidentemente, pero de galleguista tenía poco, o nada.
Dice que Juan March huyó de España para evitar la prisión, en la época republicana (pág. 65). La realidad es que fue encarcelado en Alcalá de Henares y se fugó posteriormente con un jefe al que sobornó.
Dice que Franco fue destinado en 1920 al mando de la Legión (pág. 77), cuando en 1920 el jefe era Millán Astray. Franco no fue jefe hasta junio de 1923, en que sustituyó, por fallecimiento, al teniente coronel Valenzuela.
Dice que el Dragon Rapide, que llevó a Franco de Canarias a Marruecos el 18 de julio del 36 hizo escala en Casablanca y Tetuán (pág. 91), olvidándose de Agadir, adonde llegó a las cinco de la tarde de ese día.
Dice que el general Molero, jefe de la VI División Orgánica (Burgos) fue fusilado días después del alzamiento por los fascistas (pág. 96). En realidad, Molero fue encarcelado, puesto en libertad y falleció de muerte natural en Barcelona el 11 de noviembre de 1947.
Dice que el acorazado España estaba el 18 de julio del 36 en Ferrol, en dique seco. No es cierto, estaba en el arsenal, a flote, en situación próxima al desguace (pág. 106).
Dice que "al menos treinta marineros del crucero Almirante Cervera fueron ahorcados y colgados de las vergas" tras el triunfo de los sublevados contra la República (pág. 107). Aparte de ser una fantasía, el Cervera no tenía vergas.
Dice que el gobernador militar de A Coruña era Caridad Pita Romero (pág. 107). No era gobernador, sino jefe de la 15ª Brigada de Infantería y se llamaba Rogelio Caridad Pita.
Dice que Caridad Pita fue asesinado en los primeros días de la guerra (pág. 107), cuando lo fue en el castillo de San Felipe el 9 de noviembre del 36.
Dice que el falangista Manuel Hedilla estaba en A Coruña cuando se inició el alzamiento (pág. 107). En realidad estaba en Vigo (ver Tres días de julio, de Luis Romero).
Dice que en A Coruña los defensores de la República fueron aplastados muy cerca de la tumba de Sir John Moore (pág. 107), cuando en realidad se rindieron en el Gobierno Civil, entonces en el edificio del Rosalía.
Confunde habitualmente grados militares: por ejemplo, el gobernador civil de Granada cuando asesinaron a García Lorca no era el coronel Valdés (pág. 136), sino comandante; García Escámez no era coronel el 18 de julio del 36 (pág. 174), sino teniente coronel. En esa misma fecha Varela no era general (pág. 179), sino coronel (la República le había anulado un ascenso).
Dice que la primera reunión de los generales sublevados para elegir el jefe supremo fue en Salamanca el 21 de septiembre del 36 (página 216), cuando se celebró en Burgos el día 14 del mismo mes, según puede leerse en la hemeroteca del Diario de Burgos. Asistieron los generales Cabanella, Mola, Saliquet, Dávila, Gil Yuste y Franco, con los coroneles Montaner y Moreno Calderón.
Da a entender que todlos los tripulantes del crucero Baleares perecieron (pág. 478), cuando, en realidad, hubo 435 supervivientes.
Yerra también en el número de muertos. Da 726, cuando fueron 791.
Dice que San Marcos, en León, era un campo de concentración (pág. 617), cuando en realidad era un edificio antiguo (hoy convertido en hostal).
Dice que Benigno Andrade Foucellas fue ejecutado el 26 de julio de 1952, cuando lo fue el 5 de agosto (pág. 669).
Dice que el falangista que lanzó la bomba en la basílica de Begoña contra el general Varela era Juan Domingo (pág. 654), cuando se llamaba Juan Domínguez.
Dice que entre las obras prohibidas por la censura en la provincia de Segovia figuraba En busca del Gran Khan de Pío Baroja (pág. 760), cuando la obra es de Vicente Blasco Ibáñez (trata sobre Cristóbal Colón).
Estimado amigo:
ResponderEliminarSan Marcos de Le�n es un edificio muy antiguo que fue utilizado como campo de concentraci�n, dato que tengo muy claro porque mi bisabuelo estuvo detenido all� un mes durante el comienzo de la insurrecci�n fascista, por el grave delito de ser concejal en su pueblo.
Luego San Marcos no es un "campo de concentración" sino en todo caso se empleó como prisión... casi nadie defiende que el golpe de estado del 36 fuera una insurreción fascista... ni siquiera la dictadura franquista resultante lo fue más que en los primeros 5-7 años, el termino fascista se emplea sin ton ni son pero la mayoría de las veces erradamente.
ResponderEliminarEs difícil que un libro de Historia no contenga algún error en los datos, en los nombres, etc. Claro que si son muchos, se desacredita el trabajo, pues qué se va a pensar de un profesional al que se le cuelan tantas equivocaciones. Dicho esto, me parece que más allá de errores de ese tipo, la calidad de un ensayo histórico estriba en su capacidad analítica. Y el de Beevor, por lo que he leído, se inscribe en el viejo formato legado por la versión propagandística que de la Guerra hizo en su día la Komintern. Es decir, fascismo versus democracia. Para ese viaje, no voy a leerme a Beevor, que ya me conozco el itinerario.
ResponderEliminarLa Falange, el partido fascista de mayor alcance, era un grupo muy minoritario que en las elecciones de 1936 obtuvo un total de 44.000 votos en toda España, aproximadamente el 0,7% del total, lo cual revelaba que el fascismo era más débil en España que en cualquiera de los demás grandes países del continente europeo (S.Payne, El fascismo, Alianza Ed.).
ResponderEliminarhttp://radikaleslibres.blogspot.com/2005/12/sobre-la-2-repblica-ii.html
Esos 44.000 votos le dieron derecho a 0 (cero) diputados en Cortes a la Falange en 1936.
Tiene razón Salustianón en lo de sorprenderse por el CASI NADIE.
ResponderEliminarLos amigos del tópico, los desesducados de la LOGSE, los aficionados a dividir el mundo en buenos y malos, las mentes perezosas, el fielato progre, todos ellos aún hablan del golpe de estado "fascista".
El bando por el que Franco proclama el estado de guerra en Tenerife el 18 de julio del 36 acaba con una referencia a la Fraternidad, la Libertad y la Igualdad, que no está precisamente vinculada a la tradición fascista.
ResponderEliminarUn periódico como el Faro de Vigo, publicaba la noticia del golpe (cuando ya se había extendido, unos días después) señalando que esa parte del ejército se había levantado a los gritos de Viva España y Viva la República.
La influencia fascista sobre el discurso ideológico vendría después. No puede hablarse propiamente de golpe fascista. A menos que en lugar de analizar las cosas, prefiramos quedarnos con las fórmulas propagandísticas. A
Salustianon, ningún historiador serio habla de insurreción fascista, digo serio porque algunos pretenden otra cosa que no tiene nada que ver con la historia, el fascismo esta lejos de lo que el grupo de militares representaba, yo mismo dije que del 1940 al 1945 la propia dictadura toma tintes parafascistas y algunos miembros del gobierno querían un regimen puramente fascista, pero el golpe no fue fascista y en esto hay consenso por parte de los historiadores, esto no lo legitima ni lo deslegitima, no lo hace bueno ni malo, simplemente es que no fue fascista, es como decir que el golpe fue nacionalsocialista porque Hitler mandara la legión condor.... hablo de historia no de política.
ResponderEliminarVaya Rouco, qué lírico te nos pones.
ResponderEliminarBueno, y si algfún lector de este blog tiene interés por saber lo que ocurrió durante a 2ª República y quienes fueron los verdaderos responsables de su degradación con intención de llevar al país a una democracia popular como esas de Europa del Este, que eche un vistazo a estos enlaces y vea lo que decían por entonces algunos destacados líderes izquierdistas:
http://radikaleslibres.blogspot.com/2005/12/sobre-la-2-repblica-i.html
http://radikaleslibres.blogspot.com/2005/12/sobre-la-2-repblica-ii.html
Lo dice la izquierda. Está probado.
Sí, nos interesa mucho la razón. Por eso procuramos leer e informarnos. No como ciertos cabezas huecas como tú que no tenéis ni idea.
ResponderEliminarAlgunos ejemplos de lo que decían los líderes de la izquierda en fechas previas al desencadenamiento de la guerra civil:
"tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos"
"la clase obrera debe adueñarse del Poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el Poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución"
"la transformación total del país no se puede hacer echando simplemente papeletas en las urnas [...] estamos ya hartos de ensayos de democracia; que se implante en el país nuestra democracia"
Largo Caballero (el demócrata también cono cido como el Lenin español)
http://radikaleslibres.blogspot.com/2005/12/sobre-la-2-repblica-i.html
http://radikaleslibres.blogspot.com/2005/12/sobre-la-2-repblica-ii.html
Perdonar el inciso, pero ¿conoceis esta plataforma?
ResponderEliminarhttp://www.e-libertad.es/
Os animo a promocionarla un poco si os parece genial como a mi.
Un besazo.
Pilar
"E en Galiza, da que tanto vos gosta falar, o réxime ese (se non vos gosta fascista chamádelle como vos pete) asasinou a milleiros de persoas, simplesmente por teren exercido algunha actividade política ou sindical"
ResponderEliminarY en España, el régimen ese que vosotros por alguna extraña razón gustáis de llamar democrático mató a miles de personas simplemente por ir a misa o llevar corbata
Quien se escude en la guerra, que recuerda que, antes de que empezara, la república "democrática" asesinó al jefe de la oposición. ¿Acaso ese crimen se lo inventó Moa? Y ya puestos, ¿acaso Moa se inventó tb que las izquierdas se levantaron intentaron un golpe de estado contra la república en 1934?
Rouco dixit: "Os anos republicanos, os primeiros de verdadeira liberdade na historia contemporánea española, tiñan que rematar axiña"
ResponderEliminarA poco de iniciarse, la república instauró la ley de defensa de la república. Con ella regresa la censura previa. El ABC salía troceado. No hubo pues libertad de prensa en la república.
Bien mirado, la libertad de prensa murió en España en 1907 con la ley de jurisdicciones, impuesta por el ejército. Quien quiera ver libertad en España ha de retornar al régimen de la restauración. Acaso no había democracia, pero sí libertad.
Una curiosidad, Rouco: ¿Hay alguna mentira políticamente correcta que no te hayas tragado?
"semella que algúns tentan xustificar" el asalto a la República y la deriva bolchevique de las izquierdas durante los años previos a la guerra civil desencadenada por ellos.
ResponderEliminarBueno, por ellos o...claro, por esa media España que, tercamente, "no se resignaba implacablemente a morir",
http://radikaleslibres.blogspot.com/2005/12/sobre-la-2-repblica-ii.html
"Volvería loitar ese avó" contra una dictadura del proletariado?
Rouco insiste en "república democrática". Nunca permitirá que la verdad le estropee una buena historia
ResponderEliminarVaya Rouco, hoy parece que estás especialmente nervioso. No te habrá molestado algo de lo que leíste por aquí hoy, verdad?
ResponderEliminarHaznos "rabear" un poco anda, que hoy no eres el mismo.
ResponderEliminar