Nuncamáis: Pocos y mal avenidos

La manifa de Nuncamáis ha sido una manifa del Bloque máis. El recorrido habitual de las manis nacionalistas. Su rutinario lugar de encuentro, la plaza de la Quintana. Y las banderolas de la estrella roja del Kremlin de rigor. Nada nuevo bajo el sol. Esta vez tocaba ir contra el fuego y de forma poco disimulada, también contra el muñegote preferido de estos lamelibranquios, o sease, el PP, que siempre aparece en los guiñoles, venga o no a cuento, trátese del chapapote, del fuego, de la emigración, del paro, de la guerra o de la paz de los cementerios.

Bueno, dicen que fueron 40.000. Qué más quisieran. Y la municipal compostelana, al mando del observador alcalde que denunció el cerco de fuego al palacio de Touriño, que era el auténtico objetivo de toda la estrategia pirómana, dice que fueron 20.000. Ay, qué más quisieran. En esa plaza, según quienes allí se manifestaban en los tiempos del franquismo, caben unas cinco mil personas bien apretaditas, y eso sin contar el espacio que le quita el escenario. Pero esto ya lo veré luego en un mapa, que ahora no puedo, por estar yo en estos momentos, como siempre que tengo un poco de asueto, a la caza del percebe tóxico, una especie anunciada por los ecologistas gallegos desde lo del Prestige y que me he propuesto encontrar, aunque tenga que revolver todos los acantilados de esta rocosa costa.

En la TVE-1 le dieron a los nuncamaiseros más bola que en Antena 3. Ambas sacaron el atrezzo preparado para la ocasión: dos tíos jóvenes, muy hieráticos, con monos amarillos, al estilo de los de las brigadas antiincendios, aunque estos tenían pinta de no haber visto un incendio en su corta y plácida vida. Y una niña con la cara manchada, que suponemos de ceniza, pero que también podía ser de un chocolate tomado a la manera infantil, descuidada.

En la Primera tuvieron el detalle de suprimir las imágenes y referencias a lo más interesante de la ocasión: la aparición de unos enormes retratos de políticos, entre ellos, también los del BNG y del PSOE, también Quintana y Zapatero, subrayados por la palabra: Responsaveis. O sea, en el castrapo lusista de los independentistas de AMI y cía., "responsables". De los incendios, claro. También ellos.

Los retratos se vieron sólo unos segundos, pero eran bien grandes, y en blanco y negro, lo que daba un toque retro y siniestro, de procesos de Moscú, al instante aquel. Suponemos que el paseo del retrato de Quintana y posiblemente también el de Suárez Canal, habrá herido en sus corazoncitos a los bloqueiros. Imaginamos incluso un intercambio de palabritas, cada uno en su jerga, por supuesto. Pero no lo sabemos, pues nuestros topos no han regresado de Compostela, siendo como es costumbre suya volver de esa estática y húmeda urbe a los arrabales del puerto vigués, parando en todos los bares de carretera.

Será porque han de ahogar en vino la pena que les produjo la lectura de una carta de Suso de Toro al director del diario ABC ayer, sábado. En otro momento, más propicio, la comentaremos.