Busco palabras que no sean demasiado duras pero no me salen. Lo que me sale es la indignación por todos los poros ante el proyecto de la consellería de iniciar la educación en gallego. Indignación ante la medida, indignación ante las reacciones.
La medida es canallesca. Para defenderla, hay que defender varias cosas:
1. La educación no es un fin en sí misma. Es más importante el adoctrinamiento en la secta patriótica
2. Los niños no son importantes. Lo esencial es la nación.
3. La competencia lingüística no es importante. Es preferible que sean incompetentes, mientras esta incompetencia sea galleguizada.
¿Y las reacciones? Lo más suave que se me ocurre es pensar que nuestro establishment educacional y político se compone de patrioteros falsos y meapilas.
El principal partido de la oposición "recuerda que hay un pacto por la normalización lingüística para que la mitad de la enseñanza sea en gallega y la otra mitad en castellano, y exige su cumplimiento". Permítanme que les responda con una cita biblíca: "Pues no eres frío ni caliente sino tibio, te vomito de mi boca". Lo curioso del PP es que luego pedirán que les votemos....
De los nacionalistas no hablaremos, sabemos a lo que juegan. Aunque es reseñable la postura de UGT, que compite aquí con la CIG para ser el más patriotero. El sindicato de profesores ANPE, que se dice "profesional" asegura que "tiene que haber un avance progresivo del gallego en la escuela, pero no a costa de arrinconar el castellano". OK, machote. Aumentaremos el gallego a costa del turco o el finés...
La CONFACA afirma esa bobada de cuantas más lenguas mejor, porque es positivo para el desarrollo del alumno. Algo que pudiera ser cierto si se tratara de dos lenguas distintas -como español e inglés- pero, cuando se trata de dos lenguas casi gemelas como las de aquí, la confusión de códigos deviene en un lío inextricable. Bastante difícil es que aprendan cultura escrita en nuestros tiempos audiovisuales, para que encima les confundamos con la enseñanza en dos idiomas casi idénticos, que no se complementan sino que se estorban.
¿Y qué dicen los pedagogos? Xoan Costa, presidente de los gallegos, afirma que no pasa nada raro: ""Se ha experimentado en otros países, y sucede con los niños inmigrantes cuando llegan a un país nuevo, y no pasa nada". El muy ...., más falso que la moneda falsa, olvida una cosa: esos inmigrantes aprenden allí la lengua que se habla en el territorio de acogida. La lengua que aprenderán aquí es una lengua minoritaria, y que apenas se habla en el entorno en el que viven los inmigrantes, casi completamente castellano-hablante.
Alguno dirá que esto representa una ventaja para los chavales gallego-hablantes. ¡Ja¡ La lengua que les enseñarán -el gallego normativo- es una lengua muy distinta de la que aprenden en casa. Aunque los nacionatas quedarán encantados: prefieren que estos chavales no lleguen a aprender español.
No, nadie gana con esto. Pierden los niños, pierden los profesores, pierde el sistema educativo. Pierde Galicia. Sobre todo Galicia.
Como liberal, creo en la libertad de los padres para elegir la lengua vehicular de la enseñanza de sus hijos. Imponer el gallego, como imponer el castellano, sería una medida de carácter totalitario, además de imprudente.
ResponderEliminarTampoco estoy de acuerdo con el argumento de la "lengua más hablada del lugar", ya que en el rural (Orense, Lugo, interior de las provincias de La Coruña o Pontevedra) este es el gallego.
Siendo cierto que no siempre será posible que se pueda elegir porque los medios no son infinitos, debería promoverse la facilidad para que en las zonas castellanohablantes pudiera aprenderse en castellano, sin dejar de lado el gallego, y en las zonas donde se impone el gallego, que esta fuera la lengua vehicular pero asegurando un conocimiento suficiente del castellano.
No caigamos en los ataques de histeria, porque entonces cualquier crítica pierde fuerza por su falta de rigor.
Anónimo liberal:
ResponderEliminarTe seré sincero, la posición tuya me irrita más que la de los nacionalistas. Es vuestra comprensión hacia este experimento llamado "normalización" la que ha hecho posible la catástrofe pedagógica que estamos viviendo.
Consideráis normal que una lengua experimental y artificiosa -tan experimental que sus normal cambian cada dos o tres años, tan artificiosa que todo su vocabulario culto y técnico ha sido recientemente inventado- sea la lengua vehicular de nuestra educación.
Y pensáis dos cosas muy curiosas: que esto no tiene consecuencias (consecuencias que sufren sobre todo las clases populares) y que esto que hacemos aquí es normal.
Dime, anónimo liberal, conoces algún país aparte de España que someta a sus muchachos a este experimento pedagógico. ¿Acaso Francia, Reino Unido, Alemania, Italia están cogiendo sus lenguas regionales para convertirlas en lenguas vehiculares de su sistema educativo?
No, no lo hacen. Y no lo hacen porque consideran que la educación está al servicio de los alumnos, y no que estos son unos peleles necesarios para construir una nación.
Rouco dixit: "na Franza o francés, en Inglaterra o inglés, en Alemaña o alemán, en Italia o italiano" y en España español, ¿no?
ResponderEliminarPorque en Bretaña, francés que no bretón, en Gales, inglés que no celta, en Baviera, alemán que no bávaro, en Cerdeña, italiano que no sardo