jueves, 24 de mayo de 2007

Dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios (Mt 22, 21)

Creo que como punto de partida, hace dos mil años, estuvo muy bien. Y pudo servir de inspiración para la idea de la separación entre Estado y Religión (el "vaciamiento secular de lo sagrado") pero tengo para mí que la cuestión de fondo debe ser la eliminación de toda tentación de educación moral institucionalizada. No vaya a ser que ahora vengan otros a querer desempeñar en exclusiva esa función que todas las religiones pretendieron (y siguen pretendiendo) monopolizar.
Es una tarea que debemos desempeñar entre todos de manera distribuida.

¡Fuera la educación moral ("educación en valores") de todas las instituciones públicas!

La moral, en casa. Conocemos la trampa totalizadora.

7 comentarios:

  1. Asombra un poco que Fernando Savater, que se ha dedicado toda la vida a la filosofía moral y a ofrecer "invitaciones a la ética", pueda servir ahora como apoyo de un planteamiento "ácrata" de los valores. Savater se ha dedicado toda la vida a la "educación en valores".

    Cuando se exclama por la educación moral "en casa", ¿se refieren a cualquier tipo de "casa"? ¿Es que vale cualquier valor moral, con tal de que sea hogareño? ¿Hay tantas morales como "casas"?

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  2. Yo no he hecho un planteamiento ácrata de los valores. En este caso estoy defendiendo la autoridad de la familia, concretamente de los padres, que no son infalibles, ya lo sé.
    Ni soy anarquista tampoco en otros ámbitos.
    Tal vez digas eso por haber hecho referencia a un artículo de Rallo(?) Si fuera eso, aclaro que no tengo por qué compartir todo lo que dice o piensa una persona sólo porque sí lo haga en algunos planteamientos.
    Ni siquiera creo estar de acuerdo con la integridad de ese artículo en particular pero sí con el planteamiento sobre los riesgos de un modelo único de educación controlado por un gobierno.

    Más que la referencia a Savater se trataría de una referencia a Gauchet. En concreto sólo me refiero a esa idea del vaciamiento.

    Por supuesto Savater, como cualquier otro, puede ofrecernos su visión de la moral. Sólo faltaría. Pero que no me la imponga.
    Sólo discuto la institucionalización de la enseñanza de valores morales. La moral de Estado.

    No quería decir que vale cualquier valor moral con tal de que sea hogareño. Ni tampoco quiero decir que es imposible, dogmáticamente, que en algún país, en algún momento histórico, se pueda dar el caso de una enseñanza moral institucionalizada realmente ejemplar. Pero en eso no soy muy optimista. Qué se le va a hacer!

    No. No quiero que un grupo de funcionarios ilustrados, por muy buena intención que puedan tener, se ocupen de ese asunto tan delicado con el poder de imposición en las aulas de un modelo único.

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  3. El problema es que Savater nos ha ofrecido "su versión de la moral" no desde su casa, sino desde la universidad.

    Tampoco quería decir que tú personalmente defendieras una posición ácrata, aunque me parece difícil escapar de un cierto anarquismo de los valores cuando avanza la privatización de la educación.

    Refiriéndonos al artículo de Rallo, lo que me parece realmente increíble es que esa visión ácrata se acompañe con cierta defensa del catolicismo ("Los valores de la irresponsabilidad, el igualitarismo, la incultura, y el odio al capitalismo, a la cultura occidental, al catolicismo y, en definitiva, a la libertad."), que ha sido la religión pública por excelencia en España, y que siempre necesitó del estado para asegurar su monopolio -ahí está la inquisición.

    El problema es que la alternativa a los "funcionarios ilustrados" muchas veces no son personas privadas ilustradas, sino escuelas coránicas o fundamentalistas cristianos. Quizás por eso los liberales de Cádiz defendían una educación pública, frente a los "mercenarios" de la educación que se asociaban al antiguo régimen.

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  4. Es normal que el estudio de la moral forme parte de alguna disciplina en una determinada carrera universitaria.
    En ese ámbito tal vez debiera tener incluso mayor cabida sobre todo desde el punto de vista del debate y sobre todo de la investigación acerca de sus más que probables raíces evolutivas.

    Yo creo que la liberalización del sector educativo (pudiendo además seguir existiendo el modelo público) sería algo muy positivo.

    Y no creo que nuestros valores morales se diluyan en el nihilismo si desaparece una referencia estatalizada como tampoco lo creo en el caso (altamente improbable) de la desaparición de las religiones. En eso coincido con Dawkins. Tenemos un sentido moral que no proviene de ningún poder místico.

    Ya te digo que no creo estar en plena sintonía con Rallo. Respecto a su defensa del catolicismo, si acaso, si se refiriera a la versión actual del catolicismo que defiende Ratzinger, no me resulta difícil de aceptar. Pero esto es una visión muy personal y de carácter contingente. Tampoco lo tengo del todo claro.

    Tampoco te falta razón, todo lo contrario, en tu último párrafo. No obstante, y a pesar de lo que defendieran los liberales de Cádiz en sus primeros tiempos, yo prefiero liberalizar el sector. Pero no diría que totalmente, es decir, permitiendo cualquier cosa.

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  5. Tercio brevemente en el debate que tenéis aquí.

    Temo a los "funcionarios ilustrados" mucho más que a las escuelas coránicas o las fundamentalistas cristianas. Bajo el primer modelo, no hay libertad de elección y se ostenta por el Estado un mecanismo de coerción; bajo el segundo modelo, basado en la coexistencia de distintos "modelos morales", siempre que se mantenga una estructura de estado liberal, sí la hay.

    Quiero decir que la cuestión no es qué "código moral" se enseña, de forma consensuada, en las escuelas de un país. Es preferible un modelo, basado en la libertad de elección, en el que los padres opten por una enseñanza organizada en torno a distintos códigos morales, siempre que dicha "codificación" no vulnere derechos fundamentales de las personas.

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