Ciertos problemas en el ordenador han impedido que actualice mis entradas. Entro hoy, sin embargo, para mostrar mi Schadenfreude (maravillosa palabra alemana de la que carecemos, y que significa "alegría por el mal ajeno") ante el cabreo monumental de la Mesa por la a-normalización lingüística. Su presidente, el infumable y deplorable Carlos Callón, enemigo acérrimo de la libertad de los gallegos, ha acusado a los populares de traicionar a sus votantes al retirar su apoyo al decretazo tras un telefonazo de Madriz.
Es precisamente el apoyo de la Mesa al decreto lo que hubiera debido de avisar al partido popular de la senda que seguían. Un decreto que cuenta con el favor de la Mesa no puede recibir también el apoyo popular. Uno de los dos se equivoca. Leído el siniestro decreto, que rezuma totalitarismo, esencialismo lingüístico, odio a la libertad de docentes y alumnos, es claro quien se equivocaba.. (¡Ay, Manolita, Manolita¡)
"Ruptura del consenso" se lamentan los beatos. Lamento que muestra su enemiga hacia la democracia y la discusión. En el fondo, lo mejor de todo esto, lo mejor de la retirada del apoyo popular, así como de la exitosa campaña "Tan gallego como el gallego" es que, por fin, los nacionalistas han tenido que defender y justificar sus políticas. El resultado era previsible: los defensores del decreto son unos fachas de cuidado (aunque su bandera ya no sea rojigualda sino blanquiazul) y unos reaccionarios que resienten la apertura de las mentes y las fronteras. No nos engañemos, si convencían era porque los disidentes eran silenciados ante el temor a ser llamados "antigallegos". Los disidentes, sin embargo, empiezan -ya era hora- a hablar.
Que manía la de la Mesa para la Falsificación Lingüística en achacar a Madrid la voluntad de la gran mayoría de los gallegos...
ResponderEliminarQue no, que somos los gallegos los que no queremos sufrir a liberticidas como ellos.
Soy afiliado al PP en Vigo y a mí nadie de Madrid me ha sugerido, coaccionado ni animado para expresar mi opinión al respecto, que se puede resumir en lo siguiente: "No al totalitarismo educativo ni a la imposición liberticida en la educación del actual gobierno bipartito y de organizaciones como la Mesa".
Hala, a cascarla...
PD: Y al señor Feijóo, que se deje de leches armónicas y cordiales y que proponga un modelo de educación en el que los padres puedan elegir LIBREMENTE la educación de sus hijos en gallego o en castellano, adquiriendo un nivel adecuado y suficiente en la otra lengua oficial, así como en una tercera lengua extranjera.