Hablo gallego, ¡pagadme¡

Desde mi modesta atalaya, propongo un nuevo lema para los creadores culturales gallegos: El amor a la patria es un invento/ otra cosa es amar el presupuesto. Y es que parece que nuestros culturetas no dan puntada sin hilo, ni escriben palabras si no hay dinero por medio. Así, la sociedad gallega de la cosa digital acaba de anunciar el plazo para solicitar subvenciones a quienes escriban en vernáculo en la red. La dicha sociedad tiene por objeto -afirman- acabar con la brecha digital que separa a Galicia del resto del continente. Se ve, por las subvenciones, que ese no es el caso. Gastan sus recursos y esfuerzos en pagar contenidos en gallego y olvidan que esta lengua es minoritaria en la juventud gallega. Sospechamos entonces que la llamada brecha digital les importa poco; también les importa poco que los contenidos escritos por los gallegos no traspasen -a pesar de que lo digital no conoce de aduanas - las estrechas fronteras de Galicia.

La dinámica en la que nos hayamos es esa: quien usa el gallego, recibe ayudas. De ahí, que cada vez lo tenga más claro: la normalización lingüística lo corrompe todo. Las ayudas a asociaciones de todo tipo permiten a la administración sobornar y comprar a todo el tejido social de Galicia. Una mirada a las subvenciones basta para confirmarlo. Todos quieren dinero, todos lo consiguen. Y uno se pregunta dónde queda el amor desinteresado a la lengua. Me temo que eso ya no existe. Me temo que todos los que usan el galego xunteiro empiezan a ser sospechosos de haberse vendido por un plato de lentejas. Me temo, también, que la primera corrompida es la propia lengua gallega. Ha dejado de ser la lengua popular y natural de Galicia para convertirse en una fea y árida lengua burocrática y de poder. Los normalizadores la han asesinado a cambio de... a cambio, en el medio plazo, de nada.

Con ello volvemos al inicio

El amor a la patria es un invento

Otra cosa es amar el presupuesto.