martes, 12 de febrero de 2008

"Lógica" zapateril, "lógica" difusa, lógica satánica

Los teólogos subrayan que uno de los rasgos distintivos del diablo es el generar CONFUSIÓN.
- "La serpiente miente y calumnia lo mismo que Satanás. Infunde desconfianza y siembra confusión"
- "Hasta qué punto el diablo puede engendrar confusión en los espíritus, hasta qué punto está amenazado por el peligro do escandalizarse de Cristo el que no vive en el amor sino que se halla dominado por el diablo, lo pone de manifiesto el hecho de que los judíos, sin negar las expulsiones de diablos ejecutadas por Cristo, las atribuyen a una alianza con los diablos"
- "El Dios de la Biblia no es Dios de confusión (1 Corintios 14:33). El efecto de tanta división y confusión religiosa es exactamente lo que uno esperaría de este ser que en la Biblia se menciona como aquel que “engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9)."
- "el influjo nefasto del demonio y de sus secuaces se ejerce habitualmente a través del engaño, la mentira y la confusión. Si Jesús es la Verdad, el diablo es el mentiroso por excelencia. Desde siempre, desde el principio, la mentira ha sido su estrategia preferida" (...) "La Iglesia, ..., es consciente de la acción del Maligno, que trata de desanimarnos y de sembrar la confusión" (cardenal Jorge Arturo Medina Estévez, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos)"
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Supongo que como le ocurre a cualquiera por eso que algunos llaman deformación profesional, le presto especial atención a las noticias jurídicas y a la dimensión jurídica de las noticias, como me ha ocurrido, hace unas fechas, con las declaraciones del presidente del Gobierno en la edición nacional de este periódico.
Las leyes y, en general, las normas jurídicas escritas, son el pilar del Estado de Derecho, porque explicitan y formalizan los compromisos de los poderes públicos con los ciudadanos, compromisos a los que se someten incluso quienes tienen la legítima potestad de dictar esas normas. No parece, sin embargo, por las referidas declaraciones, que el presidente tenga una idea tan estricta y sublime del papel de nuestro Derecho escrito.
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Así, al comentarle los efectos de la Ley de Igualdad, que ha impedido, en un pueblo canario, que se presente una lista electoral integrada solamente por mujeres, responde que es un caso absolutamente excepcional y que «las leyes se hacen para regular situaciones generales»;
si bien, un poco antes, al interrogarle sobre lo sorprendente que resultaba que se ilegalizara la mitad de las listas de ANV y se aceptara la otra mitad, respondía que «como siempre pasa en el Derecho había que dar una respuesta, caso por caso, dentro de la Ley de Partidos».
Y, un poco después, declaraba también que cambió la Ley de Radio «porque había que solucionar un problema».
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Incluso su concepción de nuestra norma suprema, la Constitución, tampoco parece demasiado sólida y coherente.
Por un lado, proclama que «los grandes consensos están en la Constitución y, afortunadamente, intactos»;
pero después considera que el término nación, con que describe a España, es algo discutido y discutible.
Sí muestra, en cambio, aprecio por la intangibilidad del texto constitucional –aunque en poco más parece apreciarlo–, cuando dice que la propuesta de blindar en la Constitución las competencias del Estado «es algo banal». Y tampoco le impelen a modificarla los privilegios fiscales de las comunidades de régimen foral «porque son casi (?) elementos constitutivos de la formación de España». Aquí ¡lástima! no hace falta reparar la historia.
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Pero, tal vez, el pasaje más expresivo de una concepción meramente utilitarista del Derecho sea en el que, a propósito del asunto De Juana Chaos, manifiesta que «lo hemos hecho bien… porque no se ha muerto y va a cumplir su condena», a la vez que «mantuvimos los principios».
Pues, por lo que se refiere a los jurídicos, me recuerda la cínica recomendación de que «mejor que sean pocos y, sobre todo, muy flexibles»
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1 comentario:

  1. Sobre otro que, seguramente, miente aún más que el susodicho:

    "El gran político disfrazado (I): El tambor"

    http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/posts
    El Blog de Cordura

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