La Voz de Gallaecia la ha tomado con la Ciudad con la Cultura. Y nuestro presidente, Tour, que no es lo que se dice una persona con personalidad... pues ha dicho que por favor, no más presiones, ... que para las obras. La conselleira Bugallo (alias "la Carolina Herrera del Animalario") naturalmente, también apoya la iniciativa... que le digan. Porque la chica, la verdad, lo que se dice cultura, no parece que tenga mucha.
La cuestión se resume muy fácilmente: la Ciudad de la Cultura es una obra demasiado grande para espíritus (con perdón de materialistas históricos) tan pequeños.
La Voz de Gallaecia ha "denunciado" que no tiene "contenidos"... ¡¡¡cómo si eso fuese lo importante!!! Y alguno dirá ¿pero no son importantes los "contenidos"? Y le contestaré... pues, obviamente, no.
Veamos: ¿cuanta gente sabe cuáles son los "contenidos" del Guggenheim de Bilbao o de la Ciudad de las Ciencias de Valencia? Me atrevo a responder que no llegan al 0'1% de la población. Y, sin embargo, ¿cuanta gente ha ido para ver el "continente", es decir, los edificios en sí mismos como obra de arte? Pues mucha, mucha gente.
Eso mismo es lo que ocurriría con la Ciudad de la Cultura. La mejor herencia que dejó la momia, que hizo alguna cosa mal (como su sucesión, a la vista está) pero también hizo cosas buenas. La Ciudad de la Cultura convertiría a Santiago en la primera meta de turismo arquitectónico, cuanto menos, de toda España. Pero los paletos no entienden que la arquitectura es, en sí misma, un arte, aunque los edificios no tengan dentro pinturas, libros o esculturas.
Los arquitectos "progres" (como Pedro de Llano), como no pueden atacar artísticamente el proyecto, aducen que "cuando hay tantas necesidades económicas" es un "despilfarro" esta obra. Supongo que también lo fue en su día la construcción de la catedral de Santiago... y, por cierto, ¿es un despilfarro que cuando hay tantas "necesidades" los políticos tengan los sueldos que tienen y puedan contratar en sus "gabinetes" todos los "asesores" que contratan? El argumento de la "necesidad económica" es pura demagogia. Pero da igual.
En fin, el bipartito sigue en su frenética tarea de convertir a Galicia en "unidad de destino en lo local"....
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En efecto, el Guggenheim, de contenidos, cero patatero, vamos, como ZP. Se va a ver el edificio y no la pinche exposición de turno, que suele ser una coña marinera. En Valencia, todo el tinglado que ha construido Calatrava, tiene más valor arquitectónico (gustos aparte) que otra cosa. Por venirnos más cerca, en Vigo se han construido varios museos -como el del Mar, o el de Arte Contemporáneo, o el Verbum- cuyo "contenido" produce risa floja. El del Mar ¡es que no tiene ninguno! Pero tiene una ventaja que no continúen la obra: no podrán inaugurarla.
ResponderEliminarAhí van unas cuantas sugerencias "temáticas" que seguramente serán las delicias de Tour & Quin:
ResponderEliminar- Grandes rojos de la historia y sus hazañas: de Haro Tecglen a Carrillo
- De Allariz a "Gallaecia Fulget": Historia del Gran Quin
- Antiespañoles franquistas: Aznar, Cascos y Fraga.
- Galicia y sus patrias hermanas: Portugal, Euskal Herria y los Paisos Catalonios
- Grandes nacionalistas gallegos de todos los tiempos: Castelao, Rosalía, Rivas y Quin.
Estas son sólo algunas ideas...;o)
Curioso el comentario de ayer de Carlos Luis Rodríguez sobre la Ciudad de la Cultura. Al parecer, este proyecto llega tarde a esta Galicia plagada de auditorios, museos y palacios de Congresos, y ya no es necesaria. Además, la intelectualidad del país no ha reclamado esta infraestructura, y por tanto nadie va a salir en su defensa: "Lo que ahora está sucediendo es el fracaso del PP en ese complejo mundo. Ni siquiera con semejante obra lograron tener los populares a su alrededor un corrillo adicto, o que al menos no fuese hostil. Entre las muchas construcciones, faltó un puente que conectara el fragismo con la moderna intelligentsia enxebre."
ResponderEliminarEsa intelligentsia enxebre me imagino que la deben representar los Xurxo Souto, Carlos Blanco, Toñito de Poi, Manuel Rivas y Suso de Toro. Lo que sí que está claro, es a que corrillo adicto se ha cambiado don Carlos Luis.