El otro día, nuestro favorito, Quin el Fulget, se mostraba muy animado con una idea que, si no recuerdo mal, habían lanzado desde las filas socialistas, a ver qué pasaba: cambiar la ley electoral gallega, para eliminar las ventajas relativas que ésta le da a las provincias con más peso del sector rural...y por ende, más voto al PP, que es de lo que se trata.
José Vilas Nogueira escribe un artículo sobre eso en El Correo Gallego de hoy, lunes. Entresaco el siguiente párrafo:
Se quiere reducir la representación parlamentaria de las provincias de Lugo y Orense, a favor de una mayor proporcionalidad. ¿Se aceptaría, por la misma razón, la reducción de la representación en las Cortes de las provincias gallegas? Además, nuestros gobernantes están "estudiando" rebajar el umbral para la representación parlamentaria del cinco al tres por ciento. Una lógica no partidista aconseja ir en sentido contrario, ante la catástrofe que está suponiendo el chantaje gubernamental de pequeñas minorías. ¿Por qué, pese a ello, "estudian" nuestros gobernantes la reducción? No hay que ser un lince, por mero ánimo ventajista.
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La tercera de los lunes en el correo del catedrático Vilas Nogueira sigue siendo la misma, a pesar del "cambio". A diferencia de él, Xavier Navaza y Luis Pousa siguen llorando porque en el 93 Fraga cambió la ley electoral, y subió del 3 al 5% el porcentaje para entrar en el parlamento, lo que liquidó a los pequeños partidos gallegos, en especial el PSG del bueno de don Camilo Nogueira. ¿Alguien se imaginan a un bipartito con 37 escaños, 37 para el PP, y teniendo que depender de un escaño en manos de IU o de lo que es peor, de la FPG del amigo Ferrín? Da miedo.
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