La Voz de Gallaecia es uno más de los medios que este domingo se lanzan a la más idiota falsificación de la historia reciente, a cuenta del treinta aniversario de la muerte de Franco. Quieren hacer creer a sus lectores y espectadores que la muerte del dictador fue recibida con alborozo por la mayoría de los españoles. O sea, que había una masa ingente de antifranquistas de tapadillo. Y bien ocultos que estaban, pues no se les veía por ninguna parte.
Como pequeña y significativa muestra de la falsificación, un reportaje del corresponsal de La Voz en Madrid, Enrique Clemente, que empieza así:
Unos lo celebraron con champán. Otros lloraron amargamente. Algunos estaban en la cárcel por oponerse a la dictadura. La Voz consultó ayer, un día antes de que se cumpliera el 30 aniversario de la muerte de Franco, a representantes cualificados de esas tres formas de encarar el acontecimiento que cambió España, que relatan sus reacciones de aquel día. También al periodista que anticipó la noticia.
Pues bien, esas tres formas están representadas por Fernando Fernán-Gómez, que lo celebró con champán; el actor, por cierto, trabajó sin problemas (de conciencia) bajo la dictadura. Por Juan Marsé, que también lo celebró con champán. Y ¿quién es el tercero, el que no se alegró, el representante de los españoles que lamentaron la muerte de Franco? Pues Blas Piñar, naturalmente.
Y, sin embargo, hubo cientos de miles de personas que fueron a dar su último adios a Franco, a la capilla ardiente o lo que fuera aquello. Eso sólo en Madrid, claro. Si hubiera habido actos parecidos en el resto de España, la respuesta habría sido similar. Porque lo cierto es que el régimen y Franco, en particular, tenían apoyo y seguidores, y que su número era muy superior a la minoría ultra de Piñar.
El problema de estas falsificaciones es que no permiten explicar nada de lo ocurrido. Y no permiten explicar, en particular, por qué duró tanto tiempo el franquismo. Tienen que recurrir al efecto de la represión, al miedo. Pero, ¿fueron a la capilla ardiente de Franco tantas personas por miedo? Amos, anda.
Los que estábamos entonces en la "oposición" clandestina, sabemos muy bien: uno, que éramos cuatro gatos; dos, que la gente huía de nosotros como de la peste, cuando no llamaban a la policía si nos veían poniendo carteles o tratando de manifestarnos; y tres, que los que sí estábamos en esa cuadrilla, no celebramos la muerte de Franco con champán. Estábamos más en la clandestinidad que nunca, por la que pudiera caer, y además, partíamos de la base de que la muerte de Franco no era tan importante. No personalizábamos al régimen en la figura del dictador.
La celebración fue más un desahogo de los que entonces calificábamos despectivamente de "progres" ( tontos útiles desde nuestro punto de vista), gente que no adquiría un compromiso de verdad, y que no quería arriesgarse del todo. Un género muy abundante en el mundillo cultural, artístico e intelectual.
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El Sr. Rouco (como su tocayo el Arzobispo) parece que habla 'ex-catedra', o casi:
ResponderEliminar"A maioría dos galegos recibiron a nova con expectación e esperanza"
¿A "maioría"? ¿Cuánta? ¿Un 90%? ¿77,13%? ¿81%?
¿Y tiene algún dato que sustente semejante afirmación? Porque a mí (que tenía 13 años y vivía en un ambiente familiar antifranquista, siéndolo yo mismo) me "pareció" que a 'la mayoría' de los españoles les importaba un bledo la democracia. Ya ve, con 13 años al menos ya sabía distinguir los deseos de las realidades..
Por cierto, ¿qué es eso de "a dictadura na que estaba sumida a súa Galiza"? ¿Aragón vivía en una democracia, entonces? ¿O es que ya se estaba gestando el País Novo de Quin?
Rouco parece que no ha entendido el post. Muchos de los que estábamos en el fregado de la lucha antifranquista, ni nos alegramos ni nos dejamos de alegrar. Pues no creíamos que la supervivencia del régimen estuviera ligada a la de Franco. Nos equivocamos por seguir el "análisis" marxista, que menosprecia el papel de los individuos.
ResponderEliminarNo conozco ningún grupo de "nacións" que reciba o nome de "España". Sí conozco un grupo de Naciones que recibe los nombres de "Hispanoamérica" o "Iberoamérica"... e incluso "Latinoamérica".
ResponderEliminarEn cuanto a las afirmaciones dogmáticas de Rouco (que empiezo a creer que es Antón Losada por los modos empleados...) aquí se le reta a DEMOSTRAR:
1º. Que la "mayoría" de los gallegos recibieron la noticia con "esperanza".
2º. Que los gallegos "emigrantes" estaban "avergonzados" de la dictadura... ¡¡cómo si no hubiera habido gallegos emigrantes durante la II República y durante la Monarquía!!
Ha dicho Libelista: "El problema de estas falsificaciones es que no permiten explicar nada de lo ocurrido. Y no permiten explicar, en particular, por qué duró tanto tiempo el franquismo. Tienen que recurrir al efecto de la represión, al miedo. Pero, ¿fueron a la capilla ardiente de Franco tantas personas por miedo? Amos, anda."
ResponderEliminarA mi modesto entender, es jaque mate.
ROUCO: << Ao "el zapatero loco", Galiza estaba sumida na mesma dictadura co resto de nacións e rexións que reciben o nome de España.>>
ResponderEliminarY yo repito: A los 13 años al menos yo ya sabía distinguir entre la realidad y los sueños (o delirios).
Así, por ejemplo, jugaba con mis amigos a que yo era el Emperador de la Confederación Comarcal del Bierzo y ellos guerrilleros galácticos llegados del Planeta Júpiter para ayudar a mis súbditos a emanciparse... Pero no nos lo creíamos.
Rouco-Antón... que no me has contestado... no te vayas por las ramas...
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