Mitos y tópicos de la Guerra Civil
03/07/2003
Stanley G. Payne
(Extracto. Puede leerse el artículo entero aquí):
"Cada una de las tesis de Moa aparece defendida seriamente en términos de las pruebas disponibles y se basa en la investigación directa o, más habitualmente, en una cuidadosa relectura de las fuentes y la historiografía disponibles. En cuanto que historiografía revisionista, el nuevo libro presenta sus tesis principales enérgicamente y, como es habitual en el caso de la historiografía revisionista, en ocasiones con un énfasis exagerado, en aras del efecto polémico. No se trata, sin embargo, de una práctica infrecuente en el debate histórico.
La reacción pública a la aparición de estas obras ha sido realmente notable, con ventas relativamente buenas y a veces con diversas ediciones. Entre los historiadores y los reseñistas, sin embargo, lo más destacable de la respuesta a la obra de Moa ha sido la ausencia de debate y la negación a discutir el gran número de temas serios que suscita. Con sólo unas pocas excepciones, ha sido recibida con una hostilidad gélida o furibunda. Con más frecuencia ha sido ignorada o, en caso de reseñarse, rechazada como no merecedora de consideración. Lo cierto es que los comentarios sobre su obra se han visto a menudo reducidos a observaciones ad hominem aparentemente sensacionalistas, aunque completamente irrelevantes, sobre su antigua militancia en una organización revolucionaria marxista-leninista en los años setenta.
Parece haber al menos tres razones que explican esta reacción extremadamente negativa. etc.."
[...]
"Como casi todos los mitos y tópicos habituales de la República y la Guerra Civil favorecen a la izquierda, una reacción partidista será inevitablemente que reevaluarlos o criticarlos seriamente supone favorecer a la «derecha» o el franquismo. En términos humanos, una vez más, esta reacción es enteramente comprensible, pero no tiene nada que ver con la erudición seria o con la investigación científica. En términos de indagación histórica, una actitud así es simplemente irracional y antiintelectual. Sobre una base mental de este tipo, cualquier avance significativo en la historiografía resulta imposible.
Lo más reseñable es que, aparentemente, no hay una sola de las numerosas denuncias de la obra de Moa que realice un esfuerzo intelectualmente serio por refutar cualquiera de sus interpretaciones. Los críticos adoptan una actitud hierática de custodios del fuego sagrado de los dogmas de una suerte de religión política que deben aceptarse puramente con la fe y que son inmunes a la más mínima pesquisa o crítica. Esta actitud puede reflejar un sólido dogma religioso pero, una vez más, no tiene nada que ver con la historiografía científica.
Uno de los rasgos distintivos de la historiografía contemporánea española ha sido la ausencia de una seria investigación crítica por parte de la izquierda. Ha habido excepciones —quizá, de manera especialmente notable, varias de las tempranas y excelentes monografías de Santos Juliá sobre el PSOE durante los años treinta—, pero han sido infrecuentes. El resultado ha sido una montaña de historiografía sobre la iniquidades del franquismo —muchas de ellas ciertas, pero otras a veces imaginadas o exageradas— y un vacío enorme al otro lado de la ecuación política."
[...]
"El asunto principal aquí no es que Moa sea correcto en todos los temas que aborda. Esto no puede predicarse de ningún historiador y, por lo que a mí respecta, discrepo con varias de sus tesis. Lo fundamental es más bien que su obra es crítica, innovadora e introduce un chorro de aire fresco en una zona vital de la historiografía contemporánea española anquilosada desde hace mucho tiempo por angostas monografías formulistas, vetustos estereotipos y una corrección política dominante desde hace mucho tiempo. Quienes discrepen con Moa necesitan enfrentarse a su obra seriamente y, si discrepan, demostrar su desacuerdo en términos de una investigación histórica y un análisis serio que retome los temas cruciales que afronta en vez de dedicarse a eliminar su obra por medio de una suerte de censura de silencio o de diatribas denunciatorias más propias de la Italia fascista o la Unión Soviética que de la España democrática."
lunes, 19 de diciembre de 2005
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