Si, señores y señoras, el Suevia era un gran bar. De él me he acordado con tanto suevo, vándalo y alano circulando por este blog. Pero antes de tomarme un cóctel de los que hacía Walter, el del Suevia, permítanme una reflexión sobre la Edad Media gallaéctica. Viene inspirada por el amor que he visto que le profesan a la nobleza gallega del medievo nuestros contertulios nacionalistas. Un cariño que aplaudo (bueno, que aplauda el loro, que para eso está) pues a mí también me parecen personajes dignos de admiración, siempre que se mantengan en el espacio literario, que es donde lucen. La realidad está hecha de sombras.
El romanticismo, padre de los nacionalismos, tiñe aquella historia de Juana la Beltraneja, Isabel la Católica y los nobles galaicos de un rosáceo tono de novela británica de castillos, héroes y damas seductoras. Pero no hay más cera que la que arde y muchos nobles gallegos perdieron sus privilegios por la sencilla razón de que se alinearon con los perdedores en un conflicto dinástico. Business is business.
Acababan de ayudarle a la Corona a sofocar la Revolución de los Irmandiños, y no se les ocurrió mejor cosa que apoyar las pretensiones de Juana, casada con Alfonso V de Portugal. El padre de Juana (Enrique IV de Castilla, de los Trastamaras) la había desheredado por entender que no era hija suya, sino de un favorito, razón por la que deja la corona a su hermana Isabel.
Pero Juana está casada con Alfonso V, rey de Portugal y éste ve la oportunidad de unir los tronos de Castilla y Portugal. Su ambición encuentra el apoyo de algunos nobles castellanos y gallegos. Se trata, pues, de un conflicto por el trono de Castilla (no de Galicia). La operación alternativa era la unión de Castilla y Aragón, que representaban Isabel y Fernando.
Isabel ganó la batalla de Toro, y ahí se hundió la ambición de Alfonso V. En Galicia hubo algunas batallas posteriores, y en ellas Fonseca (noble gallego, isabelino), derrota a Madruga (pro Beltraneja). No toda la nobleza gallega se puso del lado de la ilegítima.
Como la nobleza galaica ya les había tocado las narices a los Trastamara en otros tiempos, alineándose con los portugueses, Isabel y Fernando no se andan con chiquitas, persiguen a los rebeldes y reducen los poderes de los nobles. Así, garantizan, por ejemplo, a las "villas reales" que no serán molestadas por los señores. No destruyen ningún sistema de autogobierno ni estructura de autonomía por la sencilla razón de que no existían.
En cuanto al Reino Suevo, es cierto que fue autonómo y hasta soberano, pero siendo como fueron invasores y hablando como hablaban una lengua extraña, no parece el modelo más atinado para la futura nación gallega. A mí y al loro no nos importa, porque ambos somos políglotas y si el suevo se parece un poco al alemán, lo chapurrearemos perfectamente ambos. De todos modos, los visigodos resolvieron esa cuestión cuando Leovigildo impuso su dominio sobre toda la península.
Otro día hablaremos del Suevia, qué gran bar, aquel de Walter, en el Vigo de los años cuarenta.
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"o que está claro é que a vontade dos nobres e reis nunca contou ca vontade do pobo, e que a unión dos reinos que formaron España débese a matrimonios, herdanzas e guerras"
ResponderEliminarSí, Rouco, es una pena que en la Edad Media todavía no se hubiera inventado la ONU...
Pues queda pendiente esa historia libelista.
ResponderEliminarLa verdad es que no me suena ese bar. Y el tal Walter menos.
Rouco, sólo un apunte, y es que no sé si es porque en el gallego que usted emplea es correcto o simplemente porque se le ha colado, pero la segunda persona del plural del pretérito perfecto, al menos en gallego normativo, se hace con -tes (expulsastes, prohibistes...). Lo de "expulsachedes" y "prohibíchedes" a mi me suena a pseudotraducción directa del castellano, pero insisto en que mis conocimientos de gallego lusista son nulos y que perfectametne podría estar usted en lo cierto. Siento ser tan tiquismiquis pero es que me chirría un poco. No me lo tenga muy en cuenta y mucho ánimo para seguir discutiendo (aunque parece que no le falta).
ResponderEliminarUn cordial saludo.
galego reintegracionista!!! pero Rouco, de verdad que se cree todas esas pamplinas? me da que no pero...
ResponderEliminarel gusto de ustedes por acercarse al portugués, en mi opinión, es más bien la de alejarse del castellano, y evidentemente, va en la misma línea de lo que se comenta en el tema de los suevos: buscan justificación para su nación, y yo, I.J. Reilly, qué veo conjuras por doquier, me temo que su plan es a largo plazo (qué remedio), algo similar a lo que se ha hecho en otras comunidades. Pero no me haga mucho caso que yo veo conjuras.
PD: al nacionalismo gallego le debería de preocupar la baja natalidad más que a nadie, ahí están sus votantes, los que se dejan llevar por el romanticismo de las tablas redondas.
Ignatius ghota R.
Muchas gracias por la aclaración Rouco, acepte mis disculpas y no decaiga en su empeño.
ResponderEliminares que soy aries ascendente leo.
ResponderEliminarMe permite una pregunta, ¿cree usted en la evolución de las especies?
no respondiste a la pregunta de ignatius.
ResponderEliminar"1 saúdo aos que argumentan algo"
"Sabe vostede que nos USA están impondo o creacionismo no ensino?"
ResponderEliminarFalso.
Dígame en cuáles, y cuál es la legislación que se invoca, por favor.
ResponderEliminarTodfo lo que pone Rouco de Castelao está copiado de vieiros o similares. Ese es su manantial. O tal vez, su río Jordán.
ResponderEliminarEl texto que envié yo era, pienso, la primera vez que lo leía.