martes, 3 de enero de 2006

Lenguas propias y ajenas

Muy interesantes algunas de las afirmaciones de Irene Lozano en esta reseña de una entrevista en Abc que hacen nuestros amigos de la Asociación por la Tolerancia.

11 comentarios:

  1. Entonces no dicrepamos, zaragozano98. El castellano no es lengua propia, es lengua común.

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  2. Rouco y su bla, bla, bla geográfico-lingüístico.

    Deja de contarnos las cuatro obviedades de siempre y explícanos quién, cuándo y cómo "impuso unha lingua allea" en el territorio que actualmente designa Galicia. Es decir, muéstranos desde cuándo puede decirse, según tú, que el castellano es una "lingua allea" en Galicia.

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  3. Bien dice Irene Lozano que hay que "cuestionar «verdades» instaladas más a fuerza de reiteración e imposición que de honradez intelectual". Porque esto es lo único que saben hacer los nacionalistas como Rouco, reiterar e imponer. Pero de la simple reiteración no se desprende la verdad de las cosas. Lo mismo podría dedicarse a repetir una y otra vez, hasta superar la edad media, que dos más dos son cinco... Con eso no basta.

    Ya es la segunda vez que monseñor utiliza la expresión de que "a lingua" [galega está] "amoldada as súas xentes e ao seu paisaxe". ¿De dónde habrá salido esto? ¿Nos podrías dar la referencia? ¿Procede de algún lingüista del bloque? Me gustaría conocer el trabajo, científico espero, del que se desprende que una lengua se amolda a las gentes que lo usan y a su paisaje. La expresión puede resultar muy sugerente para un relato romántico, sin duda.

    Irene Lozano, al menos, parece que ha seguido a Chomsky y su gramática generativa para abordar su estudio. Algo es algo.
    http://www.elmundo.es/elmundo/2005/09/27/cultura/1127837122.html

    Yo también pienso que las lenguas no deberían usarse para dividir. Pero eso es lo que hacen precisamente los nacionalistas de hoy en día, aparcados sus planteamientos etnicistas de principios de siglo.

    Ninguna imposición desde el Estado. Que cada ciudadano, individualmente, sea libre para comunicarse de la forma que crea más conveniente, porque, efectivamente, "nas mentes raquíticas só cabe unha e teñen que impoñela a tod@s".

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  4. Actualmente creo que es innegable que el castellano es también la lengua propia de Galicia. Podríamos entrar en discusiones estériles sobre la definición exacta de "propia"; al fin y al cabo se trata de una lengua que surgió fuera de nuestro territorio y que logró extenderse entre la mayoría de la población hasta hace relativamente poco, y gracias sobre todo al apoyo institucional y de las clases altas, con algunos episodios incluso un tanto represivos con el gallego(que comenzaron con los Reyes Católicos y su "Doma y castración del Reino de Galicia"), pero ya puestos los romanos nos impusieron antes el latín y nadie se queja.

    Ahora bien, hay que asumir que en Galicia existen dos lenguas, y sin intención de imponer nada a nadie hay que entender que la exigencia de conocer el gallego para acceder a ciertos trabajos es tan válida como cualquier otra, y nace de la necesidad de satisfacer el derecho de una parte de la población a ser atendida en el idioma que emplea. Éste hecho puedo colocar en inferioridad de condiciones a gente de fuera de Galicia pero si existen estas necesidades, no podemos pasarlas por alto.

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  5. Otra vez eso de que "nos impusieron" una lengua. ¿Y qué se hablaba en el lugar geográfico que hoy llamamos Galicia antes de que vinieran los romanos a "imponer" el latín? El gallego actual, que deriva del latín, no, desde luego.

    Alguien debería haber arrestado al primer homo al que se le ocurrió hablar, imponiendo después esa extraña forma de comunicación a los demás. Alguien podría reclamar que regresáramos a la pureza original de los gruñidos, no? Es 'groma', claro.

    En cuanto a los exámenes para puestos en la administración de Galicia estaría bien que se pudieran realizar en cualquiera de los dos idiomas. Por mi parte no tengo ningún problema en que las pruebas se puedan realizar en gallego. Sí lo tengo en que no se puedan realizar en castellano.

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  6. no sé si se podría considerar cómo muestra de la "imposición" del castellano, yo creo que sí, qué se haya empleado en exclusiva durante muchos años ese idioma en las escuelas, independientemente de qué el idioma de los alumnos fuese otro. También estoy de acuerdo en que el empleo del castellano, de forma mayoritaria, es relativamente reciente; no tengo pruebas que aportar pero no creo que sea demasiado complicado buscar "pruebas".

    En general, estoy de acuerdo con el primer párrafo del comentario de "lord culebras"; ahora bien, el comentario de Antonio "En cuanto a los exámenes para puestos en la administración de Galicia estaría bien que se pudieran realizar en cualquiera de los dos idiomas. Por mi parte no tengo ningún problema en que las pruebas se puedan realizar en gallego. Sí lo tengo en que no se puedan realizar en castellano." apunta hacia una cuestión que a mi me interesa, ¿nos parece mal la imposición del castellano y ahora imponemos el gallego?, ¿si tenemos dos lenguas oficiales porqué no se pueden emplear indistintamente?...¿porqué no podemos elegir?

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  7. Reproduzco un muy interesante artículo de Blanco Valdés en "La Voz de Galicia" de hoy:
    http://www.lavozdegalicia.es/se_opinion/noticia.jsp?CAT=130&TEXTO=4391714

    ROBERTO L. BLANCO VALDÉS

    La constelación gallega de una postal de Navidad

    CON UNA resolución insólita, el Gobierno gallego ha decidido impedir que los candidatos a los grupos de auxiliar y subalterno de la Xunta puedan realizar la primera prueba de su oposición en castellano. Es decir, en uno de los dos idiomas oficiales y reales del país.

    La medida, justificada con explicaciones peregrinas (asegurar la confidencialidad de los exámenes) o mendaces argumentos (controlar los conocimientos de gallego de los opositores) es, en realidad, mucho más trascendental por lo que indica que por los daños que puede producir a unos opositores acostumbrados en su mayoría a estudiar en castellano.

    ¿Pues qué indica, a fin de cuentas, ese secuestro de un derecho, por virtud del cual el Gobierno, que debe tutelar el interés de todos, asume una interpretación políticamente tan sectaria y jurídicamente tan inconstitucional de nuestro texto estatutario? Es muy sencillo: indica que el bipartito ha asumido el discurso lingüístico del Bloque, ese según el cual la existencia de castellanohablantes en Galicia (monolingües o bilingües) es una anomalía a corregir.

    Así se deduce también del chusco anuncio que ahora emite TVG: un niño habla un rato en un bellísimo gallego, tras lo cual una voz en off nos urge un imposible: «É a túa lingua; pásate ao galego». Pero, se pregunta el espectador estupefacto, ¿cómo puede uno pasarse a su lengua, si es la suya? El equívoco reside, claro, en ese discurso identitarista que ahora la Xunta asume oficialmente: quienes tienen lengua, según él, son las tierras y no sus habitantes, que, o hablan su lengua (es decir, la de su tierra) o se equivocan y deben enmendarse.

    Tal teoría, que hace del sectarismo lingüístico la clave para interpretar este país, conduce directamente a mutilarlo. A mutilarlo, sí, tomando la parte por el todo, como ha hecho, en un increíble ejercicio de falta de respeto, nuestra conselleira de Cultura -la de todos, y no sólo la de los nacionalistas- con una felicitación oficial de Navidad que ofrece la foto imaginada de una constelación cultural gallega, en la que -salvo las excepciones de rigor- están sólo los que el nacionalismo considera propios o vecinos.

    El problema no son, por supuesto, los que están, muchos de ellos amigos personales por los que siento sincera admiración. El problema reside en los que faltan. ¿O es que resulta concebible un cielo cultural gallego sin la Pardo Bazán, Fernández Flórez, Camba o Valle-Inclán? De hecho, sería curioso conocer el oscuro arcano que ha llevado a la conselleira a incluir, por ejemplo, a Helena Villar, Suso de Toro o Fernán-Vello y a excluir a Susana Fortes, Luis Rei o Luisa Castro.

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  8. Muy bueno el artículo, sí.

    Efectivamente todo el mundo sabe que Emilia Pardo Bazán no es representativa de la población gallega. Era más bien excepcional.

    Y pienso que Rosalía de Castro debería estar bajo sospecha si es cierto que a su marido, Manuel Murguía, le llegó a decir lo siguiente:
    “Ni por tres, ni por seis, ni por nueve mil reales volveré a escribir nada en nuestro dialecto. Ni acaso tampoco a ocuparme de nada que a nuestro país concierna. Con lo cual él no perderá nada, pero yo perderé mucho menos todavía”.

    ¡Qué traición a sus ancestros!

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  9. Murguía era ese racista que pegaba a Rosalía y le ponía los cuernos me parece... ¿o no?

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  10. La cuestión no es dónde está escrito eso que escribió Rosalía (cosa que puedes averiguar fácilmente con cualquier buscador, sino te lo digo. No es ningún secreto).

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  11. El sectarismo lingüístico, tan caro al nacionalismo que padecemos:

    "Ti, sí; tú, no".

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