jueves, 26 de enero de 2006

Sobre el deber de conocer el catalán

Hay entre nosotros quien opina que, a raíz de que el estatut obligue a conocer el catalán, el castellano corre peligro en Cataluña. Permítanme discrepar. Los datos sociolingüísticos y estadísticos son claros. El uso del castellano es cada vez más mayoritario en Cataluña. Los chavales de barrio lo conocen por la escuela, pero no lo hablan. Por tanto, el castellano no corre peligro alguno allí.

El problema de esa obligación es otro, es que permitirá al fin alcanzar el sueño de los nacionalistas catalanes: dividir a los que allí viven en catalanes de verdad (de cuna) y los otros, simplemente residentes. Gracias a esa legislación, los reglamentos podrán segregar a ambos grupos. Ejemplos: no podrá trabajar en la función pública quien no domine el catalán, las empresas que reciban subvenciones tendrán que contratar a catalano-hablantes, quienes atiendan al público han de dominar el idioma, y todo el largo etcétera que la fértil y obsesa imaginación esquerreica pueda perpetrar. El mecanismo será el acendramiento de la clasificación lingüística de los ciudadanos (ya están clasificados de la A a la D según su nivel de catalán).
No estamos, por consiguiente, ante una cuestión de idioma sino de derechos ciudadanos. Estamos, además, ante un sistema fantásticos por el cual una reducida clase dirigente perpetúa su dominio social. Los datos sobre fracaso escolar lo refrendan. Entre los catalanohablantes, éste es de un 18%, entre los castellano-hablantes un (43%). Que políticos que se dicen de izquierdas acepten esta realidad sin inmutarse dice mucho de sus esquemas morales.
De los convergentes y de la élite socialista, no me sorprende. Siguen siendo unos clasistas que sólo aceptan a los Gómez y a los García como camareros y oficinistas. Lo de Esquerra se entiende cuando, libres de prejuicios, observamos que en el fondo son un partido de ortodoxia fascista. Y lo peor es que encima se atreven a dar lecciones de democracia.
Una apuesta final. Si consiguen al fin la independencia y repartir carnets de identidad, harán como los letones: condicionar la nacionalitat al dominio del català.

3 comentarios:

  1. Discrepo: el castellano en Cataluña está desapareciendo en todos los ámbitos.

    Y la gente joven, incluyendo hijos de inmigrantes castellanoparlantes (ecuatorianos, etc.), al ser formados en la inmersión lingüística en catalán, obliga a estos padres a aprender catalán.

    Obviamente, en el comercio privado donde antes cada empresa hacía lo que le daba la gana, ahora se atiende mayoritariamente o preferentemente en catalán por obligación legal.

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  2. A ver cuando te enteras, amigo Rouco:

    Aquí, en este blog, entendemos y admitimos gustosos cualquier referencia a los derechos individuales y privados. Pero cuando mencionas cosas como "o dereito cultural natural do pobo galego" meas fuera de tiesto. Nos hemos definido como liberales; id est, esas declaraciones nos parecen (al menos, a mí me lo parecen), bobaliconadas. Degradaciones posmodernas, quasi parodias, de las antiguas teorías volkish de los románticos alemanes.

    Qué cosa más ridícula esa de "o dereito cultural natural". Unir esas dos últimas palabras, sin hilación ni cópula, sería considerado por un lógico, contradictio in terminis o in adjecto; por un filólogo oxymoron.

    Así que, por favor, ahórramos nuevas citas de esa declaración majadera (aunque la firmasen al consuno Papa y Rey seguiría siendo una majadería) que utilizas cual si fuese Verdad revelada por el Altísimo

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