No veo la TVG, o telegaita, y sin embargo, veo la ETB, o televasca, con el fin de observar las variaciones que ofrece la palabra "paz" en boca de los pájaros y pajarracos, con o sin pendiente, que acuden a la tertulia de sobremesa llamada "Pásalo". Y hoy se han pasado y mucho con la manifestación de la AVT, a la que han acusado de lo habitual: que era contra la paz y que se dirigía contra los vascos y los catalanes. Hemos estado a punto de llamarlos por teléfono para darles un dato más: ¡había fumadores! Otro escándalo.
En ese tertulia que dirigen dos indocumentados, comparecen viejas caras a sueldo del PNV, como Javier Ortiz, columnista de El Mundo, Fernando López Agudín, ocasional en el mismo periódico, y Antonio Álvarez-Solís, viejas glorias como Gorka Landaburu y Cristina Almeida, nuevos valores de la camada batasuna, que reciben el título, por ejemplo, de "analista internacional", y una serie de señores y señoras que basculan entre Ibarreche e Imaz, y entre Otegui y Ternera. Vamos, una representación de los vascos y vascos del pueblo vasco digna del presidente de los vascos y vascas; en suma, un grupo de buenos vascos, de nacionalistas, pues.
Se les veía hoy lunes muy alterados, y debía de ser el efecto de la manifa. Landaburu, que suele ser el más decente de los allí parlantes, echaba pestes contra la AVT y el PP, y fue el que dijo claramente que los que se manifestaban no querían la paz. Otro menda, de apellido Baños y profesión periodista, sostuvo que es perfectamente razonable la idea de que no debe haber "vencedores ni vencidos", del mismo modo, dijo, que no los hubo cuando se hizo la Transición. Qué obsesión tienen estos tíos que lo ven todo en términos bélicos. Pero aquí la única guerra que ha habido es la civil, y en esa sí hubo, y por muchos y demasiados años, vencedores y vencidos.
Viendo la ETB uno se da cuenta de todo lo que no se ha hecho por acabar con ETA. Uno se imagina lo que ocurriría si en la ETB pusieran todos los días o todas las semanas o todos los meses, documentales sobre las víctimas del terrorismo como "Trece entre mil", y programas sobre los asesinos como el que hizo Mercedes Milá para Telecinco a las doce de la noche (claro). Si la televisión vasca se hubiera dedicado a darles voz a las víctimas y dejara de dársela a los amiguetes y a los padrinos de los verdugos, es muy probable que hoy no tuvieran que estar hablando allí de "paz" con el rictus forzado y torcido. Pero, ¿cuándo el gobierno vasco del PNV ha querido acabar verdaderamente con ETA?
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