Dos artículos interesantes en La Voz de Galicia sobre la "tregua" de ETA, de los que entresaco unos párrafos. Roberto Blanco Valdés concluye su artículo con esta reflexión:
Porque si el Gobierno lleva varios meses negociando, la cuestión se plantea en términos radicalmente diferentes: a la vista de lo que vamos conociendo, lo que habrá que verificar no es la voluntad de ETA de pasar de la tregua (pues eso es, al fin y al cabo, el alto el fuego permanente) al abandono definitivo de las armas, sino si lo que ETA exige para hacerlo es negociable.
Pero como lo que ETA exige deben saberlo ya, por activa y por pasiva, quienes llevan hablando con sus representantes muchos meses, la gran decisión que tiene que tomar el presidente es la de cuándo informará a la opinión pública de lo que sólo él y sus enviados saben de momento: qué quiere ETA para convertir el alto en fuego en abandono de las armas. Por más que se utilicen otras metáforas tranquilizadoras, tal es en verdad el crudo fondo del asunto.
Pedro Arias Veira dice por su parte en su artículo:
No es lo que esperaban Zapatero y Rubalcaba. Ahora llaman al PP y le piden que se sume y sonría, que se suicide con talante. Las televisiones entonan aleluyas de la paz y los tertulianos oficiales glosan el angelismo político. La realidad es que ETA exige además protagonismo político para Batasuna; de lo contrario no se cierra el pacto. ETA no es ERC, que no se confunda Zapatero. El asunto está duro, cumplir el trato requiere mucha propaganda y que el pueblo español trague lo que le echen, se resigne y confunda la derrota de la inteligencia, la voluntad y la dignidad con la apariencia de paz y fraternidad. Y eso es muy difícil, incluso en esta baqueteada España.
En la entrevista en El País, Zapatero dice que tiene "hoja de ruta"(y tanto, marcada por los gudaris), pero no la desvela (por la razón antedicha), aunque apunta que naturalmente habrá que tomar medidas que no serán muy populares. Léase si no, ese tercer punto de hoja de ruta que plantea:
"Tercero, tenemos un aspecto fundamental que tiene que ver con todas las personas que han estado implicadas en las acciones terroristas, terreno que será lógicamente difícil, que llevará tiempo y que exigirá, de manera esencialísima, el concurso de todas las fuerzas políticas, de la opinión pública, de la sociedad (...)"
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Repitamos, aunque sea un tópico, lo de Ubi solitudinem faciunt, apellant pacem
ResponderEliminarAñado un párrafo importante del artículo de Blanco Valdés ["El mal llamado proceso de paz y sus metáforas"]que no ha reproducido Libelista:
ResponderEliminar- "El punto de partida de tal reflexión es evidente: el presidente del Gobierno, su vicepresidenta y el secretario de organización del Partido Socialista no han dicho la verdad cada vez -y han sido muchas- que han negado la existencia de contactos entre ETA y el Gobierno."
La clave de todo es esta mentira originaria. Han mentido al negar que negociaban y, a diferencia de las demás treguas, que fueron "unilaterales" de ETA ésta ha sido NEGOCIADA. Y a cambio de la tregua es evidente que el gobierno ha ido cediendo:
- "estatuto de nación" para Cataluña
- legalización del PCTV
- apoyo del Fiscal General a las pretensiones de los abogados de los etarras....