Galicia: la finca del benegá

La Razón (22 de marzo de 2006), página 37

El BNG utiliza dependencias públicas para realizar reuniones de partido con altos cargos

Los nacionalistas se congregaron el pasado domingo en el Centro Comarcal de Chantada sin contar con el alcalde

Marcos S. González
Madrid-

El Bloque Nacionalista Galego utiliza locales públicos para realizar reuniones que únicamente incluyen a miembros de su partido y además lo hacen aprovechando actos públicos de municipios de Galicia en los que, por regla general, marginan al mismo alcalde del pueblo a no ser que milite en su mismo partido.

El último caso, se dio el domingo pasado. En el municipio lucense de Chantada se celebraba la Feria del Vino, un acto de vital importancia para la economía local. Por ello, la Xunta decidió arropar el acto con la presencia del director general de Desenvolvimiento Rural. Cuál no sería la sorpresa del equipo de la Alcaldía cuando una de las diputadas del PP, Susana López Abella, observó a una «nómina extensa de responsables municipales y comarcales del BNG» acudir a una reunión con el alto cargo de la Xunta de Galicia en el Centro Comarcal, una dependencia de carácter público.

Según relató la representante del Partido Popular a este periódico, para dicha reunión no «había habido convocatoria ninguna, ni al alcalde de Chantada ni a ningún concejal de PP ni de los socialistas».

Explicaciones parlamentarias. Por ello, la oposición ha solicitado, «a través de los mecanismos de control que ofrece el reglamento del Parlamento de Galicia, que la Xunta informe por escrito» del contenido del encuentro en un local público en el que no fue convocado ningún representante de otra formación».

«Queremos que el Gobierno Gallego explique y concrete qué temas se trataron en dicha reunión, porque si en realidad es como parece un acto de partido, se trataría de un uso fraudulento», denunció la popular en declaraciones a este periódico.

Según dijo López Abella, no es la primera vez que sucede un hecho de estas características. Reuniones de partido en locales públicos se han dado en numerosas «visitas de conselleiros y visitas de altos cargos a Ayuntamientos». En este caso, entre los asistentes a la reunión «había militantes, pero también concejales nacionalistas de diferentes corporaciones de la Comarca de Chantada y del Valle de Lemos». Por ello, la diputada ha exigido que el Gobierno de Touriño explique, por escrito, si la reunión tuvo o no un carácter institucional y cuáles eran los asistentes y cuál fue el orden del día y los acuerdos a los que se llegó en la misma.

Este ha sido el último caso, pero no el único que ha dado muestra de lo que en el Grupo Popular denominan un «comportamiento sectario». El pasado mes de enero, la consejera de Vivienda, Teresa Táboas, y el consejero de Innovación e Industria visitaron el municipio lucense de Barreiros. En esta ocasión, ambos dirigentes, junto con un «cargos locales y comarcales del BNG», decidieron llegar a reunirse con colectivos vecinales sin siquiera dar aviso al alcalde, del PP.

La formación que dirige Alberto Núñez-Feijoo acusó de «ningunear» e «ignorar» al regidor que, recordó, es el representante del municipio, «saltándose así las más elementales normas de cortesía y respeto institucional». «Es una afrenta en toda regla al conjunto de los vecinos de Barreiros», afirmó José Manuel Balseiro, quien vio el único motivo en que «molesta intensamente al BNG» que el alcalde fuese del PP.

Afrentas a alcaldes. La «afrenta» a la formación de Feijoo se vio agravada además porque antes de llegar a dicho municipio, los dos consejeros, del Bloque estuvieron en Ribadeo, gobernado por una coalición de PSOE e BNG, donde sí visitaron la Casa Consistorial y recorrieron la villa acompañados por diferentes responsables de la Corporación.

Suma y sigue. Visita a los municipios de Barbanza y Puebla. La consejera de Vivienda y Suelo, fue, vio y recibio... pero sólo a los concejales de su propio partido, el Bloque Nacionalista Galego. No termina ahí el desprecio institucional, ya que dichas ediles propusieron a Táboas un estudio de viabilidad urbanística para un polígono. Cuál no sería la sorpresa del Partido Popular cuando, pasado el tiempo, una diputada del BNG anuncia dicho plan sin haber consultado siquiera al regidor del municipio, del PP. Lo más curioso del plazo es que la Alcaldía ya había trazado dos planes de actuación en Ribeira, con lo que dicho Ayuntamiento podía llegar a convertirse en el único «con 3 zonas industriales». En Ribeira, además, acudió un responsable del Departamento de Vivienda para solucionar un asunto que afectaba a los polígonos industriales. Solo trató con concejales del BNG y empresarios.