jueves, 13 de abril de 2006

Nunca pasa nada

Más allá de complejos y de incultura, más allá de su sectarismo patológico, creo que una de las claves para entender las políticas de ZP es la de que él piensa que nunca pasa nada. Es decir, las leyes se retuercen, los nombres cambian y los apocalípticos protestan. Pero la vida sigue como si nada de eso importara. La economía crece siempre (en los malos años un 1%, en los buenos un 4%), las gentes siguen comprando en las tiendas, paseando en las calles, discutiendo de política y fútbol. Y los agüeros de los apocalípticos nunca se cumplen.

Subyace en ZP y en los suyos la idea de que la historia ha terminado, que nuestros países son tan avanzados que no hay lugar para el caos y la quiebra. Que la marcha del “progreso” es imparable.

Los apocalípticos (moi même) creemos, en cambio, que la historia siempre prosigue. Nuestra imagen del hombre es la de Sísifo subiendo la piedra a la montaña a pesar de que sabe que caerá. Creemos que lo que ayer era sólido hoy se desvanece y que la civilización es una frágil tela que nos cubre malamente, sencilla de rasgar.

Pues no vivimos el final de la historia, sólo el veranillo de Sanmartín que precede al invierno. Vemos lo ocurrido en Argentina y su desplome, vimos a Polonia y a Bulgaria dejando de súbito en la intemperie a sus ancianos, vimos a Yugoeslavia despedazándose. ¿Acaso pensamos que somos mejores y más sabios? ¿Acaso nos consideramos tan, tan… que no caeremos en lo que han caído otros?

No caeremos, dice ZP, porque nunca pasa nada. Hasta que pasa

11 comentarios:

  1. Y cuando pase será por culpa de los radicales aventureros del apocalípsis más negro...
    Un saludo

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  2. No os hagáis mala sangre, amigos liberales, y coleccionad fotos de animales en pelotas. Mano de santo contra es islamoprogresismo.

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  3. Es triste pero es así.
    La subida del euribor y de la inflación va a ser un argumento más convincente contra zetapé, para mucha gente, que el Estatuto o la rendición ante ETA.

    Cato da en el clavo, una vez más. La tan criticada teoría del "fin de la historia" del infumable Fukuyama está asumida por la izquierda... no por la derecha.

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  4. ¿Por qué tanto miedo a esconder con un auténtico eufemismo ("liberales")lo que sois: aznaristas, derechistas...?
    Sí, que creéis en el poder absoluto del mercado, vale. Pero, sobre todo, en san josemari y en san fedeguico.
    Ánimo, no os avergoncéis de vuestros ídolos defensores de la guerra de Irak.

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  5. Anónimo progre que aquí vienes, sin ánimo de discutir ni argumentar. Te bastan, como a casi todos los tuyos, con las etiquetas de "aznarista".

    Lo que aquí arguyo va más allá de España, sino que atañe a todo occidente. La creencia, vista la calma chicha de nuestra región desde 1945, de que hemos superado la era de las guerras, la pobreza y la quiebra de que eran consustanciales a la historia.

    Ya sé que muchos de vosotros tenéis un nivel tal que consideráis argumentos las expectoraciones de Pepiño Blanco. Pero si no sabéis, si no podéis, lo mejor es callarse

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  6. Amigo Rodrigo:

    Duele rebatir a quien te elogia. Pero "amicus Plato, sed magis amica veritas". Así que permíteme decir que no creo que sea sólo la izquierda la que ha asimilado la idea del fin de la historia. Durante más de una década, este concepto ha sido considerado cual vera doctrina por todo el establishment, derecha incluida.

    De hecho, el mejor resumen que he visto de esta teoría lo encontré en un artículo de Condoleeza, escrito como carta de presentación poco antes de iniciarse el mandato Bush. Decía la Rice lo siguiente (Promoting the National Interest. Foreign Affairs, 2000): "As history marches towards markets and democracy..."

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  7. Acabará Zp como un arguido?

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  8. Cato,
    el mero hecho de que "Condulzura" haya dicho que "la historia marcha hacia el mercado y la democracia" prueba :
    - que quizá doña Condi cree que la historia sólo va en una dirección -- PERO que AÚN NO HA LLEGADO, luego... la historia no ha terminado.

    La izquierda, en este sentido, insisto en que tiene más asumido el asunto del fin de la historia. ¿por qué?
    Porque no se molesta en luchar por un sistema político o económico. Da por hecho que no se puede ir más allá de donde estamos ahora (cosa que no es exactamente así en doña Condi, que lo considera un "horizonte" pero no el estado actual).

    Por eso, la izquierda tiene un pensamiento CERO en cuestiones políticas o económicas y lo concentra todo en cuestiones socio-morales (revisión de la república, culimonios, etc.). Es más, en el colmo patético de su impotencia, la izquierda sólo confía en el islam para que lo que considera inevitable (democracia y mercado) pueda desaperecer.

    En fin, que aunque los neocons tenga culpa de algo (y doña condi no es muy neocon, por cierto), en esto son inocentes.

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  9. Rodrigo: Primero en lo que estoy de acuerdo; segundo, lo que discrepo

    1. Estoy de acuerdo en lo que dices sobre la izquierda. Desde el momento en que carece de alternativas "ilustradas", se convierte en pura reacción e inmovilismo. Lo único que hace la izquierda en lo político-económico es estorbar.

    Por tanto, sus propuestas se hacen en el terreno moral. Más bien, en el inmoral.

    A falta de discurso convincente, la izquierda acaba siendo una coalición de sectas ideológicas unidas sólo por sus odios comunes. La prueba es el Partido Demócrata de EUA. Es una coalición de nacionalistas negros e hispanos, profesionales blancos de la gestión pública, altersexuales, ecologistas, feministas. Entre ellos se detestan, pero todos odian a los republicanos.

    2. No menciono a los neocons en todo el texto. Por supuesto, ellos creen en el fin de la historia, pero piensan que éste se puede adelantar con la ayuda del Pentágono. En cuanto a Rice, ésta dice ser de la escuela realista, pero, sinceramente, jamás le he escuchado una idea propia ni talentosa.

    Pero hablemos de tí, amigo Rodrigo. Parece inferirse de tu texto que tú también crees que la Historia, la Muy Ilustre Señora Historia, marcha inexorable hacia la democracia y los mercados. ¿Me equivoco en mis sospechas?

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  10. Pues estimado Catocensorinus... yo no sé adonde marcha la historia... pero me gustaría que fuera en hacia la democracia y el mercado....

    No obstante, una cosa es lo que a mi me guste... y otra lo que vaya a ser... porque:
    - contra el horizonte democrático hay dos grandes fuerzas: China y el mundo islámico.
    - contra el horizonte del mercado: el mundo islámico (por interferencias religiosas, mayormente).

    En definitiva, ese horizonte yo no lo veo fácil ni mucho menos. Pero lo considero mejor que otros....
    ¡Por cierto, la señora Condulzura a mí me está decepcionando! No me extraña que digas lo que dices....

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  11. Admitamos, sólo para argumentar, que lo que tenemos aquí, democracia y seudocapitalismo, es un bien objetivo para toda época y lugar. Aún así, no durará:

    Sobre el sistema económico, recordemos la tesis de Bell ("Las contradicciones culturales del capitalismo") sobre la contradicción entre el homo faber, el trabajador serio que toda empresa necesita, y el homo emptor, el consumidor de cachivaches incapaz de reprimirse y siempre dispuesto a pagar a crédito. Por eso, los occidentales ya no ahorramos; los inversores son asiáticos.

    Nuestro régimen político -la democracia realmente existente- también está en fase de obsolescencia y lo único que lo sostiene es que a nadie se le ocurre algo mejor. Ilustres pensadores del sistema como Toureine escriben eso de "Después de la democracia", mientras que fuera del sistema Juppe escribe una influyente (su libro está de facto prohibido fuera de los States) requisitoria con el título "Democracy: The God that failed".

    Insisto: somos como Sísifo y la piedra está a punto de caer. Ya te digo, en la ya clásica distintción de Eco entre Apocalípticos e Integrados, soy miembro de los primeros

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