El Delegado Provincial de Educación en Pontevedra debe dimitir

Como amigo personal de David Curty desde hace once años, y como buen conocedor de su valía personal e intelectual, quisiera llamar su atención sobre esta noticia que aparece hoy en La Voz de Galicia. Me llaman especialmente la atención las "explicaciones" que proporciona al periodista el Delegado Provincial de Educación de la Xunta en Pontevedra, don Cristóbal Fernández: "con esa discapacidade non pode ter as capacidades propias dun alumno de ESO, é case imposible que poida cursar os estudos».

Vamos a ver, señor Fernández: ¿Conoce usted a David Curty? ¿Conoce cuáles son sus "capacidades"? ¿Tiene usted la más mínima idea de su "historial" de superación de dificultades, mediante un tesón que nos admira a todos los que *sí* le conocemos? ¿Por qué se le impide el acceso a *intentar adquirir* una educación que él desea y que es *obligatoria*?

En este blog escribimos algunos que creemos firmemente en la libertad del individuo, en que el Estado se inmiscuya lo menos posible en las vidas de las personas. Precisamente justificamos la existencia del Estado en el acuerdo colectivo de que es necesario ayudar entre todos a quien, por sus limitaciones físicas o intelectuales, carece de los medios para valerse en igualdad de condiciones con los demás. Usted, señor Fernández, es funcionario de esa máquina estatal y, desde ella, con el poder asociado a su cargo, se permite excluir *en nuestro nombre* a una persona del sistema educativo porque *cree* que es "casi imposible", no que no supere los estudios de la ESO, sino que pueda siquiera *cursarlos*.

Este señor es exponente de la Galicia del siglo XXI, ese "País Novo" que nos iban a traer algunos. Un "país" en el que desde un despacho oficial, a distancia, sin mirar a los ojos, se puede decir a alguien: "Tú, no. No vas a poder. Lo digo yo". Se ha retratado: El cargo le viene grande. Vuélvase a casa. Y, de camino, pásese por Zamanes a ver trabajar a David y su familia.