La anécdota me la contaron dos amigos, pero creo que vuelve replicarse en muchas pequeñas y medianas empresas españolas. Estos amigos, al acabar la carrera, montaron con otros cuatro colegas una empresa de consultoría. Con el tiempo, y tras muchos afanes, la han colocado entre las primeras de Galicia de su sector. En el grupo fundador de socios ha habido algún cambio. Uno de ellos los dejó, mientras que un empleado ha ascendido a socio. Una mujer, precisamente, que se hizo de tal modo imprescindible en la empresa que los fundadores comprendieron que era de justicia y necesidad sumarla al grupo de socios.
El crecimiento de la empresa les coloca ahora en la tesitura de formar un consejo de administración. No les parecían demasiado complicado: lo conformarían los socios. Pero hete aquí que el gobierno redentor de mujeres ha colocado sobre ellos una espada de Damocles. El consejo ha de ser paritario, igual número de mujeres que de hombres.
Se encuentran, pues, en un dilema. ¿Qué hacer? ¿Han de colocar en él, por la cara, sin otro mérito que el del cromosoma, a un par de mujeres? Ellos conocen las consecuencias. El resto de empleados tomará a mal tan evidente injusticia. El clima laboral se resentirá inexorablemente. Las relaciones de género se seguirán deteriorando. Mis amigos -es tarde, hemos bebido algo, la amenaza es lejana- se sonríen perplejos. Pero saben que el gobierno, en nombre de una justicia abstracta y universal, les va a obligar a ser injustos con personas cercanas y conocidas. Cosas del progresismo
"Cosas del progresismo..." y de su afán por aplicarnos su ingeniería social.
ResponderEliminarEl intervencionismo de este bobierno está alcanzando límites que ni soñaba Llamazares durante sus estudios cubanos.
ResponderEliminarUna pregunta a Cato: ¿por qué te quedas en el cromosoma? Abajo la dictadura de la naturaleza: a partes iguales entre hetero-hombre, hetero-mujer, homo-hb, homo-mj, trans de un lado, trans del otro, mediopensionistas y bajitos-regordetes-que-pesen-92-kilos-tengan-los-ojos-marrones-estén-operados-de-fimosis-y-de-miopía-no-tengan-coche-calcen-un-40-se-muerdan-las-uñas-y-sean-de-derechas...
Creo que así podré al fin conseguir un puesto en un consejo de administración. O mi clon.