La Xunta ladrona

La asociación viguesa Amigos de los Pazos ha iniciado una campaña para que la Xunta devuelva a Vigo el ungüentario bizantino aparecido durante unas excavaciones en la ciudad. Les recuerdo la historia: Hace unos años, mientras se horadaba el Arenal para hacer un túnel, se descubrió un ungüentario bizantino, es decir un recipiente para guardar perfumes. Dicho ungüentario fue prestado a la Xunta para una exposición temporal. La sorpresa llegó al terminar esa exposición. La Consellería de Cultura decidió que el sitio ideal para el ungüentario era el Museo de las Peregrinaciones. Cito su justificación:

"Cultura reconoce que, inicialmente, la pieza se trajo para una exposición temporal, pero después se decidió dejarla "de forma definitiva" en el museo compostelano. Patrimonio no tiene dudas sobre la resolución que adoptarán los tribunales sobre el recurso presentado por el Ayuntamiento de Vigo -que aspira a recuperar la pieza para exponerla en el Museo de Castrelos-, ya que "la competencia" para adoptar decisiones en este terreno "pertenece única y exclusivamente" a la administración gallega."

El centralismo, pues, ataca de nuevo. Y como repetimos en muchas ocasiones, nos trataba mejor el estado centralista cuando este tenía sede en Madrid. Ahora, en cambio, cuando reside en Santiago, la cuarta ciudad de Galicia recibe la cultura y los museos, los funcionarios y las contratas, las Ciudades de la Cultura y además, una compensación por los gastos de capitalidad (¡manda güe..¡). Y nosotros, vigueses curritos, a pagar los impuestos y a contribuir con nuestros dineros al esplendor capitalino.

Déjenme añadir otra cosa: la alcaldesa Porro ha hecho alguna que otra declaración protestando el robo, pero no ha montado una guerra. Ello demuestra la poca audacia, el poco olfato político del Partido Popular de Vigo. Nada funciona mejor en política que los símbolos. Pueden ser cosas de poca importancia, pero permiten resumir gráficamente todos los males de una situación. El ungüentario es el símbolo perfecto de lo que sufre la ciudad de Vigo: el centralismo santiagués, el desprecio capitalino, la legislación injusta, la postergación de una ciudad ninguneada ante al ascenso autonómico. En fin, una bandera perfecta con la que hacer visible una injusticia ... y arrancar unos apreciados votos.