Otra vez, la juez valiente

Ha tenido que ser de nuevo María Sanahuja, la juez decana de Barcelona, la que proteste la obvia injusticia de la ley de violencia de género. Ha denunciado "las detenciones masivas" "sin apenas indicios" de miles de hombres. A ellos no les protege ni la presunción de inocencia, ni la igualdad ante la ley ni la adecuación entre culpa y condena. Esta ley, en fin, parece nacida de las pesadillas distópicas de Orwell.

La reacción de la prensa no se ha hecho esperar. Veo, al buscar un link donde no haya que pagar, que sus declaraciones han sido silenciadas. Sin embargo, el infame lobby feminista ya ha iniciado sus censuras en su intento de proteger lo que para ellas es un floreciente negocio. Un negocio, además, con portentoso futuro si consideramos que en su opinión hay en España dos millones de maltratadores.

¿Cuándo pararemos con este sinsentido, me pregunto? Lo veo difícil. Muchos son los que opinan como yo, hombres y mujeres, pero nadie se atreve a alzar la voz, no vayan a pensar otros que apoyamos la agresión a los cónyuges. Yo mismo, al escribir esto, sé que me expongo a que algún idiota me acuse de aceptar que alguien pegue a su mujer. Pero, en fin, no serán ni los idiotas ni los censores de la corrección políticas los que me hagan callar ante la injusticia.