jueves, 15 de febrero de 2007

Ea, ea, ea, Antonio Losada se cabrea

Seamos comprensivos. No es lo mismo ser Vicepresidente, título rotundo y absoluto, que Vicepresidente da Igualdade e do Benestar, con un modificador que reduce y limita bastante el ámbito de tus responsabilidades. Sin embargo, no sabíamos que el título oficial ofendiera tanto a Quim de Alarico y a su adjunto Antonio (sic) Losada que sintieran la necesidad de montar un incidente diplómatico con el gobierno coaligado del PSOE. El País nos informa hoy de lo contrario. Según parece, ha habido pelea:
(...) el primer enfrentamiento tuvo lugar el jueves, después del Consello de la Xunta, cuando -según testigos presenciales- dos personas, una de ellas Pedro Vila, subdirector general de Contratación de la Consellería de Presidencia, procedían a sustituir un cartel que da acceso al departamento del nacionalista Anxo Quintana. El rótulo en cuestión (...) se refería a esta zona de San Caetano como "Vicepresidencia", cuando su nombre oficial es el de "Vicepresidencia da Igualdade e do Benestar". Previamente ya se habían cambiado otros carteles en los diferentes edificios de la Xunta. En ese momento apareció el secretario general de Vicepresidencia, Antonio Losada y, según testigos presenciales, intentó impedir la sustitución del rótulo asegurando "de malos modos" que allí mandaba él y no se cambiaba nada sin su autorización. Losada, según las mismas fuentes, amenazó "con un expediente" al subdirector general encargado de cumplir la orden de Presidencia y le conminó a abandonar el lugar. Ante su negativa, recurrió al agente de la policía nacional que presta servicio a la entrada del despacho de Quintana y le ordenó que le echara.

Los incidentes no acabaron aquí. Esa misma tarde, según fuentes de la Consellería de Presidencia, Losada increpó a los policías y guardias de seguridad que vigilan el acceso a San Caetano porque éstos impidieron la entrada al recinto a varias personas que, siguiendo órdenes de la Vicepresidencia, trataban de entrar en el recinto para cambiar los rótulos ya colocados y recuperar la denominación anterior.
Iba a acabar con el post con algún comentario. Me doy cuenta de su inutidad. Hay cosas que se comentan solas.

7 comentarios:

  1. onde di: «Antón Losada Trabada», debe dicir: «Antonio Losada Trabada»

    http://www.xunta.es/Dog/Dog2005.nsf/FichaContenido/1F4D2?OpenDocument

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  2. "proba de que o BNG non obriga nen aos seus militantes á restauración oficial dos seus apelidos na forma orixinal galega(cando o é)."

    joooooodeeer....
    cómo está el patio si ya se plantea siquiera la posibilidad de que el BNG pudiera obligar a sus militantes a tal cosa.
    Creo que a Rouco se le ha descubierto un pelín su subconsciente.

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  3. Interesante ese BOE de 1938... Pero, ¿cúando se establece el castellano como lengua oficial para todo el estado, Sr. Rouco?

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  4. En 'Galicia Confidencial' también se hacen eco del talante autotitario de Antonio Losada
    http://galiciaconfidencial.com/?p=1626

    Y es que en el Bloque te son así, o es que ya nadie recuerda que Quintana fue condenado en sentencia firme del Tribunal Supremo por asaltar el ayuntamiento de Allariz en 1989?

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  5. Ahora ya no es solo Antón, sino también Lousada. Ese Rouco le cambia a la gente hasta el apellido. No debe de parecerle suficientemente gallego Losada. Los García, los Fernández y los Rodríguez que se preparen...para descojonarse.

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  6. Desde 1938, fecha del decreto citado arriba (todavía no había acabado la guerra civil) hasta 1963, año en que se instituye el Dia das Letras Galegas, algo debió de cambiar en la dictadura fascista que dice Rouco, en relación con el asunto del idioma. La Real Academia Gallega también se creó bajo el franquismo, como otros organismos similares, tal como la Academia de la Lengua Vasca, que hizo parte de su labor de recuperación y unificación del euskera cuando aun mandaba el general ferrolano. Y no olvidemos a los Coros y Danzas de la Sección Femenina, dedicados a la conservación de las tradiciones y folklores diversos, bailes y danzas, cantos y sones.
    No debe extrañar tal apego del franquismo a esas manifestaciones de la diversidad lingüística y de las costumbres. Se comportaba en perfecta sintonía con los sectores de los conservadurismos españoles poco amigos del liberalismo, entre los cuales destacan el nacionalismo vasco, hijo del carlismo, y al catalán, tampoco ajeno a aquella fiebre reaccionaria y antiliberal.

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  7. No digas esas cosas, amigo anómino, que le rompes los esquemas a los bienpensantes. Fíjate tú que el gallego estaba tan prohibido en el franquismo que en los 50 se fundó la editorial Galaxia, mientras durante el tardofranquismo los estudiantes leían ya a Rosalía de Castro en galego.

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