martes, 28 de agosto de 2007

Elefantes, mensajes simples y propaganda

Decíamos ayer que el PSOE ha recomendado a sus dirigentes que no piensen en elefantes y se dediquen al mensaje simple, aunque mejor diríamos: simplificador. En el blog del periodista Santiago González se puede encontrar una lista muy axeitada de mensajes simplistas de los dirigentes de la pesoe (gracias a adanero y sofie por indicarlo en los comentarios). Resulta un ejercicio matinal muy interesante leerla. Incluso enervante. Luego, uno puede gritar bajo la ducha, que es discreto. O salir al balcón y desternillarse, como hemos hecho el Loro y yo.

Pero además de esas perlas, los elefantes han traído sobre sus encantadores lomos una polémica sobre la propaganda, visible en algunos comentarios al post citado. Parece que hay una opinión "realista" que cree que la propaganda es indispensable o necesaria si se quiere llegar a la gente (a los votantes, en una democracia); que vendría a considerarla como un instrumento neutro que puede utilizarse tanto para el bien como para el mal; que contemplaría que puesto que los ciudadanos, los individuos, son manipulables por los mensajes simples o simplificadores de los demagogos que abrigan propósitos inconfesables, quienes deseen contrarrestarlos tendrán que hacer uso de la misma técnica, pero con fines "buenos".

Hay mucha tela que cortar ahí. De entrada, decimos aquí que los fines no justifican los medios. Los partidarios de utilizar "bien" la propaganda han de probar que esa "técnica" no desvirtúa, por su propia naturaleza, la realidad y que no es siempre engañosa. Puede que haya que ponerse de acuerdo, en primer lugar, sobre qué es la propaganda. Pero si es lo que nosotros pensamos, creemos (y aquí convocamos en nuestro apoyo a Revel) que es una "técnica activa" que consiste en reconstruir o inventar totalmente la actualidad para hacerla acorde con la imagen deseada; que se construye sobre la falsificación y a su vez la construye; y que pertenece al campo contrario al de la información y el conocimiento. Campo este último que es en el que nosotros, modestamente, incluso en mañanas de final de agosto tan brumosas como ésta, nos gustaría jugar.

Propaganda no es igual a mensajes simples. La propaganda utiliza mensajes simples y simplificadores, pero para poder calificarlos de propagandísticos será preciso que tengan otras características. Que pueda decirse que falsifican (deliberadamente, claro) la realidad o la verdad.

6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Y además, publicidad no es lo mismo que propaganda. Lo malo no es la simplificación ni las técnicas del marketing; lo malo es lo que hay detrás y sobre qué se construye esa propaganda en un régimen político: datos falsos, engaño. Me gusta la definición de Revel.

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  2. ¿Cómo diría la verdad un propagandista? Creo que, en vez de escribir un ensayo, proclamaría un decálogo:

    1) Un conocimiento que no cabe en un decálogo sólo puede ser una mentira. Desconfía de la política de los matices y las soluciones complejas. En política, no hay problemas complejos y, por lo tanto, las soluciones honradas tampoco pueden serlo.

    2) En la política del mundo real, no hay fines, sólo medios.

    3) Quien piense que, en política, el bien sólo produce bien y el mal sólo produce mal, es un niño, políticamente hablando. (La idea no es mía. Qué más quisiera. Cito de memoria, y fatal aunque respetando su esencia, a M. Webber, vía M. Vargas Llosa en "El pez en el agua").

    4) Un liberal platónico antepone la verdad a la realidad, algo así como poner el carro delante de los bueyes. En cambio, un liberal realista o hobbesiano (conservador, neoconservador o mediopensionista) sabe que sólo lo real forja lo verdadero y prefiere manejar el código, a que lo haga el Estado.

    5) En la sociedad-red de Internet, una mentira repetida cien veces sigue siendo una mentira, pero una verdad repetida cien veces es un coñazo. Aprende a decir la verdad y a desenmascarar la mentira de cien maneras distintas. Puedes empezar siguiendo a Raymond Queneau.

    6) Nunca acudas a una polémica pertrechado de ideas. Lleva sólo una, a lo sumo dos, perfectas, desconcertantes y letales. Debidamente aliviadas, eso sí, de toda carga de solemnidad. El resto pueden y deben ser ocurrencias.

    7) No te conformes con convencer, conquista. La razón por sí sola nunca es suficiente, así que escóndela todo lo que puedas bajo el misterio, como si te avergonzaras de una ofrenda tan tosca. Nabokov compara la poesía con el arte de la prestidigitación. Ninguna verdad se propaga si no es por el misterio.

    8) Piensa en la masa y repudia los gremios. Si vas a convencer en política, piensa en el aquí y el ahora y desprecia la posteridad. No hay razón alguna para pensar que tus nietos adoptarán los elevados principios que tus contemporáneos desdeñan. Sobre todo, jamás confortes tu frustración sindicándote a un agregador de blogs.

    9) Si vas a decir algo que tenga sentido, dilo tú solo y con tu propia voz. El conocimiento eficaz en política lo transmiten francotiradores, no rebaños académicos. Empieza por colocar cualquier volumen de la biblioteca austriaca como cuña de la pata coja de la mesa.

    10) "Si no puedes convencer, al menos, confunde". La frase no es mía, sino de Patricia Conde, la presentadora buenorra de "Sé lo que hicisteis la última semana", de La Sexta. Ya me gustaría a mí ser tan claro como ella.


    PD.- He dado un respingo al ver invocado a Revel, en este post como un santón de la burbuja del conocimiento, refractario a la propaganda. ¡Revel, el periodista vocacional y enamorado del oficio, que importó de Estados Unidos a Europa el modelo de "news week" y lo aplicó al antaño sesudo y academicista L'Express! En fin, creo que la confusión surge del prejuicio de confundir "propaganda" con "máquina de mentir".

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  3. Esto es horroroso. El “Financial Times” diario conservador del capitalismo anglosajón se ha sumado al “Movimiento Stalin Vive”. El pasado dia 24 de agosto escrbía un artículo David Gardner que entre otros vómitos terroristas, estalinistas e islamoprogretarras decía:

    “(…) En Marzo de 2004, tras los atentados de Madrid (…), los españoles acabaron sumariamente con un Gobierno del PP (…). Desde entonces, el PP ha lanzado acusaciones de que no se jugó limpio, en un intento, estridente aunque confuso, de impugnar la legitimidad del Gobierno y presumiblemente, también del electorado. La cosa podría haber acabado ahí. (…) Pero como demuestra el reciente juicio de los terroristas supervivientes, no ha sido así. Los responsables del PP no sólo han seguido insistiendo en que los terroristas vascos tuvieron un papel; también han intentado introducir PRUEBAS FALSAS para demostrarlo. (…) Asímismo, es extraordinariamente reveladora la hostilidad del PP a dos leyes polémicas, la de la MEMORIA HISTÓRICA y la de la EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA.(…). Los españoles (…), merecen mejores cosas de sus líderes. Necesitan UNA DERECHA MODERNA, QUE CONTEMPLE ESPAÑA COMO UNA EMPRESA COMÚN, EN VEZ DE DEDICARSE A LANZAR UNA ACCIÓN DE RETAGUARDIA CONTRA LA ILUSTRACIÓN.”

    Hasta ahí podía llegar el Comunismo Internacional. Un diario tacheriano de las finanzas participansdo en el Contubernio Judeo-masónico-marxista contra ¡ESPAÑA!. Se impone la necesidad de un nuevo Centinela de Occidente.

    Yo propongo a Federico Jiménez Losantos.

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  4. En "La obsesión antiamericana" Revel lo explica justo al revés. En 1969, el conocido semanario Time (y no Newsweek), concibió el proyecto de producir una edición en francés. Al parecer, sigue contando, en la oficina del Time en París consideraron la factura de sus artículos en L'Express compatible con su concepción de la eficacia periodística (tipo news magazine) y propusieron a su casa matriz que preguntara a Revel si aceptaría probar la experiencia de una transposición en francés del inglés de dicha revista. La cosa no prosperó. [la anécdota continúa en el libro....]

    Ahora, un propagandista no necesitaría necesariamente contar las cosas tal como son y puede permitirse acomodarlas a su objetivo, que muy bien puede ser el de confundir, como dice la buenorra.


    En este caso, desgraciadamente, el "propagandista" ni convence ni confunde.

    Por otro lado, ¿a qué vino lo de la invocación a Revel "como un santón de la burbuja del conocimiento"?
    La misma acusación podría hacerse desde el otro bando señalando a Nabokov, Webber, Queneau y a Patricia Conde...
    Oh, oh, .... ah no! Quizá ahí es adonde quería ir a parar VG. Y hasta el propio decálogo hay que entenderlo más bien en clave pedagógica y no literalmente...
    Mal decálogo en cualquier caso, que pretendiera convencernos de que sólo se puede hablar "con la propia voz" y uno se debe abstener de citar jamás a nadie, aunque pudiera estar plenamente de acuerdo con algo que otros dijeran con anterioridad. ¿Acaso todo lo que dice cualquier persona (por ejemplo el propio VG) es siempre original, nunca dicho antes por otros? ¿O, simplemente, es que no los menciona? ¿O los menciona pero no lo llamaría "invocarlos en su apoyo"?

    Aparte de varios wanna-be-clichés que nos suelta (de los cuales creo que me quedo con "Ninguna verdad se propaga si no es por el misterio") le propongo este otro: Que un buen prejuicio no te estropee otro.


    Ahora, si bien Libelista expone lo que él cree que es básicamente la propaganda, lo cierto es que entiende, y está expresado explícitamente, que "hay mucha tela que cortar ahí". Y entendió perfectamente que el susceptible comentarista vendría a considerarla como un instrumento neutro que puede utilizarse tanto para el bien como para el mal; que contemplaría que puesto que los ciudadanos, los individuos, son manipulables por los mensajes simples o simplificadores de los demagogos que abrigan propósitos inconfesables, quienes deseen contrarrestarlos tendrán que hacer uso de la misma técnica, pero con fines "buenos".


    Lástima que el susceptible comentarista también sea de lectura rápida.
    Lo que no quiere decir que eso le provoque la más mínima confusión. Él lo ve claro.

    Muy buenos tus artículos, por cierto.
    (dicho sea de paso)

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  5. El decálogo de Victor Gago me confunde. ¿Era ese su propósito? ¿Será buen efecto que me confunda? El caso es también que sus "diez mandamientos", uno por uno, no me convencen ni me conquistan. Tampoco me parecen soluciones simples.

    No me parece un prejuicio "confundir propaganda con máquina de mentir". Es un juicio basado en la experiencia. ¿No será que el autor del decálogo confunde la propaganda con otra cosa?

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  6. A ver, sí. A mi también me gustaria saber como es una propaganda que no miente.
    Aunque lo que se diga sea siempre verdadero pero se ha hecho una selección deliberada o balanceada de los hechos a presentar, ya se está engañando con eso también, al ser selectivo.

    Comprendo que en algun caso alguna persona podria intentar dirigir el comportamiento de un grupo de gente diciendo estrictamente la verdad abiertamente hasta donde sabe. Si eso coincide exactamente con sus intenciones. Pero es que a ese caso concreto, si el propio orador se cree que está contando la version completa, nunca se le llamó propaganda.
    Creo.

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