Valiente artículo hoy en el Faro de Vigo. En contra de lo habitual, un comentarista autóctono dice lo que hay que decir sobre el himno y nuestro vicepresidente, el fascista Quin de Allarico. Y le llamo fascista, porque uno tiene derecho a defender a la tribu sobre el individuo y a alzarse con el bastón de alcalde subvertiendo la ley e incitando a la violencia. Uno puede adorar himnos y banderas y alentar que niños de dos años entonen canciones patrióticas. También puede intentar que el estado vigile a toda la sociedad con el fin de que esta hable en vernáculo. Lo que uno no puede es defender todo eso, y rechazar que le recuerden que es un fascista integral. Álvaro Otero critica a Quintana y sus afanes y menciona en su artículo la palabra ultraderecha.
(....) El vicepresidente de la Xunta declaraba estos días, para defender su intención de enseñarle el himno gallego a los párvulos, que la efervescencia pondaliana "oficializa los sentimientos de Galicia como país", y que, "mientras haya himno, habrá país". Me he frotado los ojos varias veces para asegurarme de que estaba leyendo correctamente. Cuando los primeros escarceos estatutarios, ya Quintana había amenazado con su propuesta de Nazón de Breogán para definir a Galicia, y ahora comprobamos que su fiebre pondaliano-mesiánica, lejos de haber remitido, aumenta. Si ya la propia imagen de unos niños de tres años siendo instruidos en la letra de un himno, de cualquier himno, produce escalofríos, los argumentos pleistocénicos con los que Quintana pretende defenderlos dan ganas de salir huyendo. Se ve que el ridículo de la diferencia horaria no salió de cualquier chistera, sino de un mejunje nacional-simbólico que, sin duda, nos seguirá regalando curiosas perlas en el futuro. Algunos creíamos que las banderas, los himnos rimbombantes, las alusiones a la Heroica Historia Patria, eran ya, apenas, el refugio de la ultraderecha americana y de cuatro espabilados del tercer mundo. Un dudoso club al que algunos, por estos pagos, quieren sumarse a toda costa. Para seguir siendo rumorosos. Rumorosos de ronco son, pero con himno. Ya lo decía don Quijote: cosas veredes, querido Sancho, que te harán caer del caballo.
“Galicia es una nación natural y espontánea, heredera de la raza superior celta”
ResponderEliminarhttp://www.outono.net/elentir/?p=1627
Este Quin está desatado en su fascismo rancio...
ResponderEliminarVeremos más de aquí al 9 de marzo próximo, día de las generales (a falta de confirmación oficial).
Quin tiene que distanciarse y diferenciarse del socialismo gallego con el que ha estado confraternizando estos dos años.
Sabe que unos malos resultados le podrían poner en aprietos, precisamente, por parte de los más ortodoxos...
Las galescolas con granjas nacis para nacis e hijos. Apestan. Lástima que encima las tengamos que sufragar todos con nuestro dinero.
Se echa en falta, eso sí, que Núñez Feijóo anuncie que al día siguiente de ganar las elecciones en Galicia estas granjas nacis se convertiran en guarderías normales.
Igual es que ya ni cuenta con ganar las elecciones...o aspira simplemente a ser el Vicepresidente de Quin...
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ResponderEliminar"niños de tres años siendo instruidos en la letra de un himno"
ResponderEliminar¿Qué problema hay en que aprendan el himno?¿ Acaso les va a sentar mal? ¿Habría algo de malo si el que escucharan fuera el himno español? ¿En los USA, a qué edad aprenden su himno?
A mí la propuesta no es que me haga especial gracia, digamos que no lo veo una prioridad, pero tampoco le veo nada de malo...