viernes, 7 de diciembre de 2007

Gesta de Pizarro en Cajamarca

¿cuándo se vieron en los antiguos ni modernos tan grandes empresas de tan poca gente con tanta, y por tantos climas de cielo y golfos de mar distancia de tierra ir a conquistar lo no visto ni sabido? Y ¿quién se igualará con los de España? No por cierto los judíos, griegos ni romanos, de quien más que de todos se escribe.

Hace unos días David nos ofreció una pequeña reseña del último libro de José Javier Esparza, La gesta española, constituido por varias “estampas” de la Historia de España, de Roma a Bailén, dedicadas a “quienes han olvidado cuál es su nación”. En el libro Esparza “trata de explicar cuáles han sido los grandes hitos de la formación de España como nación histórica.”
Claro está que resulta imposible contar en un libro de 325 páginas todos esos grandes hitos que contribuyen a conformar dicha noción de España como nación histórica por lo que se entiende que el autor realiza una selección subjetiva, de 48 “estampas” concretamente, que por fuerza sólo pueden dar una imagen parcial y sesgada, pero no falseada necesariamente, de nuestra historia.

También en estos días hizo Pío Moa una referencia a esta obra ofreciendo un pequeño extracto de una de las estampas de Esparza referida a la colonización de las Indias.

Por mi parte quisiera aportar a esta iniciativa divulgadora el relato de otro episodio centrado en aquellas mismas fechas y latitudes.
Es esta una estampa realmente espectacular que eleva a lo más alto la idea de gesta o hito: la captura del emperador inca Atahualpa por el conquistador español Francisco Pizarro en la ciudad de Cajamarca el 16 de noviembre de 1532, “sin otras fortalezas ni otro socorro sino el de Dios, que socorre en las mayores necesidades a quien anda a su servicio.”

Pizarro tuvo encerrado a su prisionero durante ocho meses, mientras obtenía el mayor rescate de la historia a cambio de la promesa de liberarle. Después de la entrega del rescate —suficiente oro como para llenar una sala de aproximadamente 6,5 m de largo por 5 m de ancho y 2,5 m de alto—, Pizarro renegó de su promesa y ejecutó a Atahualpa.
El imperio Inca no le sobreviviría mucho tiempo.

El texto que enlazo corresponde al capítulo tercero del libro “Armas, gérmenes y acero” de Jared Diamond cuyas referencias bibliográficas proceden de Hernán Cortés, Pedro de Cieza de León, Pedro Pizarro, Francisco de Xerez, Cristobal Mena, Miguel de Estete y otros diversos autores e historiadores.

[Colisión en Cajamarca]

4 comentarios:

  1. “Di a tu señor que venga en buena hora como quisiere, que de la manera que viniere lo recibiré como amigo y hermano.”

    Nada que ver desde luego con la otra estampa tan autocomplaciente de Esparza.
    Esta de Pizarro sí que es una estampa bien ilustrativa.
    Gracias Antonio por recordarla.
    Qué tiempos!

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  2. Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Vasco Núñez de Balboa, tal como dijo Jacques Chirac, una horda de ignorantes piojosos cargados de enfermedades, se encargaron de destruir culturas florecientes, ciudades limpias y de calles espaciosas como Tenochtitlán, sucumben a golpes de espada y de peste. Esa España ignorante, esa nación que nada ha creado, que nada ha aportado, se marchó como llegó, dejándonos el recuerdo de su maldad y de su estupidez. Ahí están todavía los muros de los incas, recuerdos del paso de los incapaces ladrones españoles...

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  3. Tienes raz�n, Bodino. Siempre me ha llamado la atenci�n que Alemania tenga a Beethoven, a Bach y Espa�a no tenga a nadie. Tal parece que los espa�oles no piensan y no crean nada �til: Los anglosajones crean la m�quina de vapor, el autom�vil, el aeroplano... Espa�a no crea nada importante, es un pa�s, una naci�n de cerebros muertos. Los espa�oles son buenos para estafar, para robar con el timo de la estampita. La ciencia del espa�ol est� en la traici�n y la pu�alada trapera, naci�n de cerebros muertos. La gran desgracia latinoamericana es compartir genes con ese pa�s de in�tiles.

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  4. Algunos aun andan con la visión genética de los pueblos. Cuanta ignorancia.
    Pero bueno. Si lo dice Chirac.

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