domingo, 24 de agosto de 2008

Una chinita en el zapato

El representante del COI, Jacques Rogge, no recitó la clásica fórmula: "los mejores juegos de la Historia".
La cosa se quedó en: "unos juegos excepcionales."
A saber por qué.

El caso es que viendo en la sobremesa la clausura de los juegos no he podido evitar recordar algunas noticias sobre la inauguración y esta aguda observación de Girauta.

Para que la llamada "comunidad internacional" se lanzara a emitir algún mínimo juicio crítico sobre el contexto de lo que un amigo mío denominó "demostración de orgullo, imaginación y progreso", no era suficiente con estar enfrentados a "un régimen sin división de poderes y de partido único" (de facto), o bien que "para preparar los Juegos se haya trasladado a un número indeterminado de activistas a centros secretos de detención. Y que no se hayan depurado aún responsabilidades por la masacre de la Plaza de Tiananmen. Y que las familias de los ejecutados paguen la bala de su fusilamiento."
No. Fue necesaria la cagada de la niña que se ocultó por fea.
Orgullo, imaginación y progreso a tomar viento por una chorripifia.
Con lo bien que les iba todo hasta ese momento...

1 comentario:

  1. El Gobierno Chino que pertenece, no lo olvidemos, al Partido Comunista Chino, basa su legitimidad, una vez tirada por la borda la ideología que tan atractiva aún resulta para muchos de nuestros progres, en tres pilares: (1) control estricto de cualquier actividad política, (2) progreso económico, y (3) cultivo del nacionalismo en la población. Creo que estos tres pilares han sido bastante evidentes en los Juegos Olímpicos.

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