jueves, 11 de octubre de 2007

La ‘otra’ Educación para la Ciudadanía

En las diversas lecturas que he hecho estos últimos meses de críticas a la asignatura de ‘Educación para la ciudadanía’ me ha parecido, no obstante, que una gran mayoría se mostraban muy favorables a aceptar, sin reservas de ninguna clase, dos cosas: la propia existencia de la asignatura y los contenidos de los llamados valores ‘constitucionales’ y de los ‘Derechos humanos’. Algo del estilo de esta frase:
"Vale que la asignatura verse sobre Derechos Humanos y Constitución, como en la mayoría de los países europeos, pero lo que no puede hacer es entrar en valores morales, en concienciar a los alumnos ni entrar en los asuntos personales, etc."

Bien, pues aun en esto es posible la discrepancia, y que distintos padres deseen para sus hijos una instrucción muy diferente sobre este tipo de cuestiones. Por ello quizás podríamos pensar en, bajo dos ideas centrales, la libertad del hombre y sus derechos reconocidos universalmente, proponer un currículo alternativo a la actual EpC. Eso sí, antes habría que aclarar un par de cosas.

Sobre los diferentes conceptos de libertad [1]:

Fue Isaiah Berlin, en su famoso ensayo «Dos conceptos de la libertad» (1958), quien marcó más claramente la diferencia entre liberty from, libertad «negativa» o formal, y liberty to, libertad «positiva» o posesiva. Berlin dividió la libertad positiva a su vez en dos: la libertad como posesión de medios para actuar a voluntad, y la libertad como posesión de un estatus social colectivo [2].
Para Berlin, la libertad personal consistía en no sufrir violencia ni coacción y no debía confundirse con el tener a disposición medios, oportunidades o capacidades de goce, ni con la participación de los individuos en las decisiones comunales que les afectan. El aumento de las oportunidades de funcionar a disposición de los individuos y su participación en un grupo social que decide su propio destino pueden ser aspectos positivos de una sociedad, pero vienen por desgracia muchas veces acompañados de invasiones de la esfera personal, definida por la libertad ‘formal’ o ‘negativa’, y a fin de cuentas preñadas de erosiones de la autonomía individual.

Los tres sentidos del concepto de libertad pueden clasificarse convenientemente con ayuda del lema de la Revolución francesa, 'Libertad, Igualdad y Fraternidad'. A la definición liberal clásica, que clama por una esfera de autonomía, se la ha designado con los calificativos de libertad ‘negativa’, ‘formal’ o ‘clásica’. A la interpretación igualitaria, basada en la igualdad de oportunidades o de posibilidades de funcionamiento de los individuos, se la ha designado como libertad ‘positiva’, ‘material’ o ‘posesiva’. A la visión fraternal de la autonomía, la de quienes, según nota agudamente Berlin, no concebían que la libertad fuera completa sin el reconocimiento de un status colectivo, la ha llamado Juan Urrutia la «interpretación fratricial de los derechos humanos» (libertad ‘colectiva’ o ‘comunal’).
Por supuesto, si tenemos que defender estas libertades tenemos que hablar de derechos. Cabría plantearse, por ejemplo, si una mujer en silla de ruedas que paga una entrada para ver un concierto de rock, donde todo el mundo está de pie, tiene derecho a que alguien le garantice que podrá ver el concierto tan bien como cualquier otra persona de la sala.
O bien si supone falta de libertad política la imposibilidad de dar un salto de diez metros o de entender alguno de los pasajes más oscuros de Hegel, como sugirió el propio Berlin.

La segunda cuestión que quería aclarar concierne a los orígenes de la Declaración universal de los derechos humanos de las Naciones Unidas (1948) que se nutre abundantemente de estos nuevos (respecto a la libertad clásica) derechos humanos positivos «económicos y sociales», para los cuales se reclama una dignidad igual o superior.
Según F. A. Hayek: [3]

Éstos [nuevos derechos humanos positivos] reivindican beneficios particulares a los que se supone que todo ser humano tiene derecho, sin indicar quién carga con la obligación de proporcionar tales beneficios, o a través de qué proceso deben proveerse. [4] Tales derechos positivos, sin embargo, requieren como contrapartida que se establezca quién (persona u organización) tiene el deber de proporcionar lo que los demás deben tener. Naturalmente, no tiene sentido describirlos como pretensiones frente a la «sociedad», porque la «sociedad» no puede actuar, pensar, valorar o «tratar» a nadie de ningún modo particular. Si hay que atender tales exigencias, el orden espontáneo llamado sociedad debe ser sustituido por una organización dirigida racionalmente: el mercado como cosmos debería ser sustituido por una taxis cuyos miembros deberían hacer lo que se les mande. Éstos no podrían servirse de sus propios conocimientos para perseguir sus propios fines sino que deberán seguir los planes designados por sus gobernantes para satisfacer las necesidades preestablecidas. De donde se sigue que los viejos derechos civiles y los nuevos derechos sociales y económicos no pueden alcanzarse al mismo tiempo, sino que más bien son de hecho incompatibles; los nuevos derechos no se pueden imponer por ley sin destruir al mismo tiempo el orden liberal al que tienden los viejos derechos civiles.
La nueva tendencia recibió su mayor impulso de la proclamación por el Presidente Franklin Delano Roosevelt de sus «cuatro libertades», entre las cuales estaban la «libertad de la necesidad» y la «libertad del miedo», junto con las viejas «libertad de expresión» y «libertad de culto». Pero sólo encontró su incorporación definitiva en la Declaración universal de los derechos del hombre adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948.
Hayek señaló, a la vista de quien formaba parte de la Comisión redactora, que ese documento buscó deliberadamente la fusión de los derechos individuales de la tradición occidental clásica con los nuevos derechos económicos y sociales derivados de la revolución marxista rusa:

Este documento es claramente un intento de fundir los derechos de la tradición liberal occidental con la concepción totalmente distinta derivada de la revolución marxista rusa. [5] Se añaden a la lista de los derechos civiles clásicos, enumerados en los veintiún primeros artículos, siete ulteriores garantías destinadas a expresar los «nuevos derechos sociales y económicos». En estas cláusulas adicionales, «a cada uno, en cuanto miembro de la sociedad», se le garantiza la satisfacción de exigencias positivas de determinados beneficios, sin que al mismo tiempo se imponga a nadie el deber o la carga de proporcionarlos. Además, el documento no define estos derechos de manera que un tribunal pueda determinar su contenido en casos particulares. Por ejemplo, ¿cuál es el significado jurídico de la afirmación según la cual todo individuo «puede exigir la materialización de ... los derechos económicos, sociales y culturales indispensables para su dignidad y el libre desarrollo de su personalidad» (art. 22)? ¿Frente a quién «cada uno» tiene derecho «a condiciones de trabajo justas y convenientes» (art. 23-1) y a un «empleo justo y adecuado» (art. 23-3)? ¿ Cuáles son las consecuencias de la exigencia de que cada uno tenga derecho a «participar libremente en la vida cultural de la comunidad y a compartir los progresos científicos y sus ventajas» (art. 27-1)? Se dice que «todos tienen derecho a un orden social e internacional en el que los derechos y libertades expuestos en la presente Declaración se realicen plenamente» (art. 28) -en el supuesto, al parecer, de que no sólo sea posible sino que también exista en la actualidad un método conocido con el que satisfacer estas exigencias para todos los hombres.
Es evidente que todos estos «derechos» se basan en la interpretación de la sociedad como organización constituida deliberadamente, de la que todos reciben un trabajo. No pueden ser universalizados dentro del sistema de normas de recta conducta basadas en la concepción de la responsabilidad individual, por lo que exigen que la sociedad en su conjunto se convierta en una única organización, es decir, se haga totalitaria en el pleno sentido de la palabra.


[1] Tomado del libro de P. Schwartz, ‘En busca de Montesquieu. La democracia en peligro.
También se puede echar un vistazo a:
Daniel Rodríguez Herrera - ‘La teoría de las visiones’.
Thomas Sowell - ‘La política del niño mimado (I y II)’ y ‘Spoiled brat media’.
[2] En realidad Berlin debería haber titulado su ensayo ‘Tres conceptos de la libertad’ puesto que habló de libertad negativa, libertad positiva y libertad comunal.
[3] Friedrich A. Hayek - ‘Justicia y derechos individuales’ (1966), publicado en la revista noruega Farmand, y reproducido como apéndice del capítulo 9 de ‘Derecho, legislación y libertad’. (Se encuentra también disponible aquí, pgs. 34-8)
[4] Véase la Declaración Universal de los Derechos del Hombre adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Las bases doctrinales de este documento están recogidas en el volumen titulado Human Rights, Comments and Interpretations, editado por la UNESCO (Londres y Nueva York, 1945). El apéndice de dicha obra contiene no sólo un Memorándum distribuido por la UNESCO sobre las bases teóricas de los derechos humanos (pp. 251-254), sino también un «Informe del Comité de la UNESCO sobre las Bases Teóricas de los Derechos del Hombre» (denominado en otros contextos «Comité de la UNESCO de los Derechos del Hombre») en el que se explica que sus esfuerzos se dirigen a conciliar dos conceptos distintos y «complementarios» de los derechos del hombre, «uno de los cuales parte de premisas inherentes a los derechos individuales, mientras que el otro se basa en principios marxistas», y a encontrar «un común denominador para ambas tendencias». «Esta común formulación», se dice a modo de explicación «¡debe de alguna manera conciliar los diversos enfoques contrapuestos o divergentes ahora existentes» (!). (Los representantes británicos en este Comité fueron los profesores H. J. Laski y E. H. Carr!)
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Véase también este extracto del libro de Richard M. Weaver, ‘Las ideas tienen consecuencias’ (1948).
[5] Ibid., p. 22. El profesor E. H. Carr, presidente del Comité de expertos de la UNESCO, explica que si la nueva declaración de los derechos del hombre debe incluir medidas sobre servicios sociales, sobre el cuidado del individuo en la infancia y en la vejez, en la incapacidad y en el desempleo, y a través de los servicios sociales, queda claro que ninguna sociedad puede garantizar tales derechos a menos que, como contrapartida, se le otorgue la capacidad de controlar y dirigir las capacidades productivas de los individuos que de ellos se benefician.


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Tampoco es necesaria una gran preparación sobre los asuntos humanos para advertir, con solo citar el Art. primero de la Declaración Universal de los Derechos humanos que la cosa empieza muy mal:
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

La Constitución Española, dice Schwartz, es también peligrosamente ambigua en cuestión de derechos humanos, por lo que la sociedad española ha inflado indebidamente derechos individuales. Los derechos humanos deberían ser sólo los formales incluidos en la sección 1ª del capítulo segundo del título primero: «De los derechos fundamentales y las libertades públicas». Incluso ahí aparece algún derecho material, como el derecho a la educación gratuita que no deberían ponerse al lado y en el mismo plano que los derechos clásicos de ‘auto-gobierno’; y no digamos los que aparecen en la sección 2ª.
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11 comentarios:

  1. Voy a volver a preguntar, directamente, explícitamente, uno solo de esos valores morales que se explicarán en EpC con el que alguien de ustedes no esté de acuerdo.

    Ya lo pregunté antes, y NADIE, repito, NADIE me dijo UN solo valor con el que no esté de acuerdo.

    "lo que no puede hacer es entrar en valores morales, en concienciar a los alumnos ni entrar en los asuntos personales"

    Sí lo puede hacer, si todos, repito, TODOS, estamos de acuerdo en esos valores morales. Y resulta que así es, todos estamos de acuerdo.

    De momento se reducen a poco más de una centena los padres que han "objetado" (en realidad son insumisos, y como le ocurría a los insumisos al servicio militar, con razón o sin ella, pagarán por su insumisión). Pagarán por dejarse arrastrar por las falsedades de la COPE (que llegó a decir el día del orgullo gay (fue César Vidal quien lo dijo en su programa de la tarde), que EpC quería educar a nuestros hijos "para que se convirtieran en gays". Yo también estaría en contra de EpC si eso fuera cierto, pero es que tiene tanto de cierto como yo de cura)).

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  2. Tampoco he oido en la COPE enunciar explícitamente ninguno de esos valores, por cierto. Ni en LD. Y es muy sencillo. Basta decir:

    A mí no me parece bien que se diga X (que se diga que hay que respetar a los homosexuales, que se diga que todos tenemos unos derechos y unos deberes en la sociedad, que se diga que en nuestro país deben respetarse la Constitución y el sistema democrático, que se hable del derecho a la libertad (religiosa, sexual, etc), etc, etc...).

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  3. Yo ya critico en esta entrada, queno has leído siquiera, la propia Declaración universal de los derechos humanos de las Naciones Unidas.

    Tampoco estoy de acuerdo en que se enseñe a los alumnos que las diferencias sexuales, más allá de las simplemente anatómicas, sean un producto cultural o que la especie humana sea claramente y sustancialmente algo diferente al resto de los animales, que nuestra sexualidad no tenga nada que ver con los instintos (libros de SM y de McGraw-Hill).

    Pero, más allá de eso, la cuestión de fondo que yo planteo, es que aunque la asignatura de EpC fuera exactamente tal como a mí me gustaría que se le impartiera a mis propios hijos, estaría en contra de establecerlo como un modelo único, obligatorio y puntuable para todo el mundo.
    Es decir, defiendo que los padres tengan mayor (simplemente eso 'mayor') capacidad de elección. Es decir, hay que liberalizar la enseñanza y, cuanto antes, quitar al Estado la potestad monopística de fijar los currícula.

    "La imposición, por parte del Estado, de la asignatura Educación para la Ciudadanía es una agresión a la libertad de educación; constituye una intromisión en un derecho que pertenece a los padres de familia: el de decidir qué educación moral quieren para sus hijos. Pero quizás haya llegado el momento de ir un paso más allá y preguntarnos por qué el Estado tiene que fijar el currículo. Mientras no podamos decidir si nuestros hijos tienen que hacer una hora más de Matemáticas o una menos de Educación Física, la libertad de educación no será plena en España".

    http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1276233857

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  4. "Yo ya critico en esta entrada, queno has leído siquiera, la propia Declaración universal de los derechos humanos de las Naciones Unidas"

    ¿Le parece mal a usted la Declaración Universal de los Derechos Humanos? ¿Por qué motivo? ¿Cuál o cuáles de los derechos humanos le parecen mal?

    Usted no concreta en absoluto. Usted hace afimaciones como ésta:

    "Tales derechos positivos, sin embargo, requieren como contrapartida que se establezca quién (persona u organización) tiene el deber de proporcionar lo que los demás deben tener"

    Que es, simplemente, ridícula. El derecho a la libertad de culto, por ejemplo, no significa que nadie deba a usted proporcionarle ningún culto, sino que usted tiene derecho a elegirlo libremente, y nadie tiene derecho a oponerse a su libre decisión.

    Mire usted, aquí tiene usted una lista de los derechos humanos:

    http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm

    Le enuncio alguno de ellos. Por favor, no deje de citarme con qué artículo no está usted de acuerdo:

    Artículo 1
    Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

    Artículo 2
    1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
    2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.


    Artículo 3
    Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

    Artículo 4
    Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

    Artículo 5
    Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

    "que las diferencias sexuales... sean un producto cultural"

    ¿? ¿Podría concretar? ¿Cómo, exactamente, va a enseñar EpC que las diferencias sexuales son un producto cultural? ¿Opina usted acaso que entre hombres y mujeres hay diferencias cruciales, por ejemplo, en el desempeño de una profesión? (que no sean, como usetd dice, las físicas).

    "o que la especie humana sea claramente y sustancialmente algo diferente al resto de los animales, que nuestra sexualidad no tenga nada que ver con los instintos"

    No consigo distinguir si usted quiere que se diga en EpC que el ser humano es sustancialmente "igual" o "distinto" a los animales, o si quiere usted que enseñe que nuestra sexualidad "no tiene nada que ver con los instintos" o que "sí tiene que ver con los instintos".

    "aunque la asignatura de EpC fuera exactamente tal como a mí me gustaría que se le impartiera a mis propios hijos, estaría en contra de establecerlo como un modelo único, obligatorio y puntuable para todo el mundo"

    ¿? ¿Por qué motivo? De verdad que no le entiendo. Si es exactamente tal y como a usted le gusta, entonces, ¿por qué oponerse a esa asignatura?

    "defiendo que los padres tengan mayor ... capacidad de elección"

    ¿Y si un padre quiere que no se enseñe matemáticas a su hijo? ¿O latín? ¿O castellano? ¿O gallego?

    "hay que liberalizar la enseñanza y, cuanto antes, quitar al Estado la potestad monopística de fijar los currícula"

    Eso es otro tema, que no tiene nada que ver con EpC. En los USA ya existe, y usted puede, por ejemplo, no llevar a su hijo al cole, y educarlo usted mismo. A mí me parece muy peligroso. En los USA los niños que educan sus padres en casa suelen tener muchas carencias. Pero tampoco me parece mal.

    Lo que no puede usted es pedir que un título oficial, reconocido oficialmente, pueda configurarlo cada uno como le de la gana, sin explicar cómo hace usted luego para evaluar ese título. Pongamos que yo no quiero que mi hijo estudie matemáticas. Una vez con el título bajo el brazo, ¿qué tendría mi hijo? ¿Bachillerato sin matemáticas? ¿Serviría ese título para entrar en la universidad? ¿En todas las carreras? ¿En unas pocas? ¿Serviría para aprobar unas oposiciones?

    "constituye una intromisión en un derecho que pertenece a los padres de familia: el de decidir qué educación moral quieren para sus hijos"

    Pero si todos los padres están de acuerdo con lo que se va a enseñar, entonces no hay problema alguno. Y lo que se va a enseñar son materias en las que todos estamos de acuerdo.

    "por qué el Estado tiene que fijar el currículo. Mientras no podamos decidir si nuestros hijos tienen que hacer una hora más de Matemáticas o una menos de Educación Física, la libertad de educación no será plena en España"

    Efectivamente. Pero entonces tiene usted que responder a todas las dudas que vienen asociadas con ese nuevo esquema. ¿A quién le damos una beca y a quién no? ¿Al que no estudió matemáticas le podemos becar si tiene un 6 de media, o becamos mejor al que tiene un 5 de media, pero hizo matemáticas?

    Demasiado complicado lo que usted sugiere. ¿Y cómo hacemos para configurar las clases? ¿Qué hacemos con los alumnos que no estudian matemáticas en la hora de matemáticas? ¿Sería posible configurar un colegio en la maraña de alternativas posibles que surgirían de su propuesta? (los habrán que quieran una hora más de matemáticas, los habrá que quieran dos, etc...).

    Espero que su solución no sea, simplemente, discriminar a la minoría dejando que la mayoría sea quien elija, a través del libre mercado, qué se enseña y qué no se enseña. Porque como la mayoría decida que las matemáticas no valen para nada (y no me parece descabellado que eso llegase a ocurrir), lo que usted o yo opinemos al respecto daría igual: Las matemáticas desaparecerían de la enseñanza.

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  5. "un derecho que pertenece a los padres de familia: el de decidir qué educación moral quieren para sus hijos"

    Por cierto, le guste a usted o no, los derechos de educación de un padre son limitados. Un padre no puede, por ejemplo, pegar una paliza diaria a su hijo, por mucho que él opine que "le viene bien para aprender lo que es la vida", y perderá su custodia si lo hace.

    Un padre no puede educar a su hijo en el odio. De hecho, está prohibido fomentar según que odio (así, usted no puede hacer apología del terrorismo, o del racismo, y puede usted ser sancionado por ello si lo hace).

    Yo le niego a un padre su derecho a educar a su hijo en el odio, en el racismo, en la xenofobia. Niego el derecho a fomentar el odio al vecino. Y no, el Estado no le va a quitar a su hijo por ello, pero sí va a poner su granito de arena para que ese hijo pueda tener una mentalidad más libre, para que pueda ver que hay otros puntos de vista, no basados en el odio al prójimo, y pueda decidir cuál de ellos es el correcto.

    Así que ojo con ese "derecho a educar a su hijo" como a uno le de la gana, que no es ilimitado.

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  6. Los gobiernos nacionalistas y el profesorado que profesa esa fe antes que la que compete a su oficio, educan YA a muchos niños en el odio y la xenofobia.

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  7. Hay mucho necio que sigue queriendo confundir el culo con las témporas, es decir, las matemáticas con una asignatura específicamente diseñada para infundir valores morales y políticos; ni siquiera para instruir en los diversos modelos de valores existentes, sino para los alumnos acepten, piensen, sientan y se comporten de acuerdo con determinadas pautas de orden político y moral.

    La Constitución señala que la educación en valores morales es un derecho de los padres. Evidentemente, no dice lo mismo de las matemáticas o la geografía. La educación moral y la enseñanza de conocimientos pertenecen a órdenes distintos.

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  8. Dice el primer comentario: "Voy a volver a preguntar, directamente, explícitamente, uno solo de esos valores morales que se explicarán en EpC con el que alguien de ustedes no esté de acuerdo"

    Otra vez la burrez, y perdonen el pareado. No se trata de si los valores que se van a enseñar son buenos o malos; pueden ser magníficos. Se trata de que no se puede moldear a la gente de acuerdo a un sistema de valores morales, sea cual sea éste, en la escuela. No es ya que choque con el derecho de los padres reconocido en la Constitución. Choca sobre todo con la libertad que en ese ámbito estrictamente individual, han de tener los alumnos.

    La obsesión por moldear a los individuos de acuerdo a un sistema equis de valores, viene siempre acompañada de la obsesión por moldear a la sociedad, y ambas son propias de las ideologías o cuasiideologías de tipo totalitario.

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  9. "Los gobiernos nacionalistas y el profesorado que profesa esa fe antes que la que compete a su oficio, educan YA a muchos niños en el odio y la xenofobia"

    ¿No me diga? ¿Podría usted poner un ejemplo? Se educa en el odio cuando se dice que los padres (o madres) homosexuales de una famila son unos pervertidos. Que su modo de vida es repugnante, o cuando se niega incluso que ellos y sus hijos formen una familia. Y eso es lo que hacen la derecha o los curas desde sus púlpitos, y todos lo sabemos.

    ¿Podría usted explicar qué hacen los nacionalistas para fomentar ese "odio" que usted dice tienen?

    "Hay mucho necio que sigue queriendo confundir el culo con las témporas"

    Muy clarificador su manera de iniciar, con un insulto, un argumento.

    "las matemáticas con una asignatura específicamente diseñada para infundir valores morales y políticos"

    No, perdone. Yo no confundo nada con nada. Si queremos libertad, hay que explicar claramente qué significa. Y si uno puede ser libre de no querer EpC, entonces también será libre de no querer las matemáticas, por ejemplo porque un padre haya decidido que su hijo va a ir por letras. No tiene nada que ver con EpC mi comentario, sino en respuesta a esa "completa libertad" en la enseñanza que pide Antonio.

    "los alumnos acepten, piensen, sientan y se comporten de acuerdo con determinadas pautas de orden político y moral"

    De orden político, nada de nada. Repito: TODOS, absolutamente TODOS, usted también, estamos de acuerdo en lo que se enseñará en esa asignatura.

    "la educación en valores morales es un derecho de los padres"

    Y se va a respetar ese derecho, pues no se va a educar en ningún valor que los padres no defiendan. A menos que usted considere el racismo, la homofobia, la xenofobia, etc... como valores morales, claro.

    "La educación moral y la enseñanza de conocimientos pertenecen a órdenes distintos"

    Pues entonces, fuera la religión de las escuelas. Pida que la religión no vuelva a entrar nunca más en las escuelas, pues no es una enseñanza de conocimientos sino de creencias, y yo le apoyaré en su petición.

    "Otra vez la burrez, y perdonen el pareado"

    ¿Hace falta soltar siempre un insulto, una descalificación, un desprecio al comentario, o cualquier cosa semejante antes de comenzar el argumento? ¿Tan poco seguros se sienten ustedes de sus argumentos, que necesitan recurrir al insulto para darle peso? En fin... paciencia.

    "No se trata de si los valores que se van a enseñar son buenos o malos; pueden ser magníficos"

    ¿Entonces? Si son magníficos, si todos estamos de acuerdo en que se enseñe Constitución, democracia, libertad, etc... ¿cuál es el problema?

    "no se puede moldear a la gente de acuerdo a un sistema de valores morales, sea cual sea éste, en la escuela"

    Pues ya me dirá usted lo que se hace en clase de religión...

    "Choca sobre todo con la libertad que en ese ámbito estrictamente individual, han de tener los alumnos"

    Si los padres están de acuerdo con lo que se enseña, no hay choque alguno ni con la libertad de los padres ni con la Constitución. Y, repito, TODOS están de acuerdo con lo que se enseñará en EpC.

    "ambas son propias de las ideologías o cuasiideologías de tipo totalitario"

    Dígaselo usted a la Iglesia Católica. Nadie desea más moldear los valores de los niños y adultos que la propia iglesia.

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  10. Martín Krause:
    "Igual que hizo Wharhol, yo reivindico mis 15 minutos de gloria como derecho fundamental ¿Y por qué no voy a tener derecho a darme una vuelta por Madrid en un autobús sin techo, con un millón de personas vitoreándome? ¿Por qué no podemos tener todos ese derecho? Que el Estado subvencione y que cada uno se de un paseíto de 15 minutos como si fuera Iker Casillas."

    Como imaginan, explicaba la tendencia inflacionista de los derechos fundamentales de nuestra época. Todo es un derecho fundamental y debe ser financiado por el Estado.

    http://marygodiva.blogspot.com/2008/07/fresas-de-aranjuez.html

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