Ya estoy en casita. Cómodamente sentada, me dispongo a ofreceros mi resumen de los últimos días del curso.
El jueves 3 de julio estrenó la mañana Teresa Giménez Barbat, directora del curso y promotora del concepto Humanismo Secular. Básicamente se trataría de una corriente de pensamiento que busca una respuesta ética no fundada en la supuesta revelación divina. El contenido de la conferencia fue muy similar al de este artículo que la misma Teresa escribió hace dos años.
Si rastreamos en los orígenes de la moral veríamos que en gran medida se funda en nuestro cableado neurobiológico. Separados en pequeñas hordas que han vagado por un planeta inmenso plagado de peligros, nuestros antepasados tuvieron éxito en progresar en tanto en cuanto optaron por aquellos valores que les permitían sobrevivir. Sobrevivir como tribu, como clan. El altruismo recíproco o el sentido de lo que es justo quedó circunscrito a "los nuestros", frente a otras hordas que competían por la misma caza o los mismos frutos, y a quienes ni siquiera se reconocía como humanos. Las religiones en su origen también han provisto de principios y valores a grupos étnicos de número limitado, y en nuestro mundo actual son fuente de fricciones.
En la actualidad el número de no creyentes en Occidente ha aumentado muchísimo, pero este fenómeno va muchas veces acompañado de una ética laxa, poco comprometida y circunscrita al "laissez faire". Se hace necesario, por tanto, buscar un código ético que se fundamente en la naturaleza humana y que, al margen de la creencia privada individual (o no creencia) pueda ser válido para toda la humanidad. Ese es el reto del Humanismo Secular.
La izquierda, que hasta el primer tercio del siglo XX parecía ir de la mano del progreso científico, en la actualidad ha quedado fuera de los avances de la psicología evolucionista. Quizás porque la psicología evolucionista parece dar sentido y razón a algunas conductas o hábitos humanos que la izquierda considera de derechas (la monogamia, el matrimonio, el cuidado maternal de las crías...). O sea, y digo yo, que antes de reconsiderar ciertos axiomas progres que están siendo cuestionados por la ciencia (el matrimonio es una imposición del patriarcado machista, por ejemplo) nuestra izquierda contemporánea prefiere adherirse al mito no demostrado. ¿Una izquierda teocrática? Me recuerda esa actitud la de quienes condenaron a Galileo, que no podían aceptar que se pudiera poner en duda el Libro de Josué, donde dicho rey de Israel, para poder ganar una batalla, ordenó al Sol que se detuviera. Si Josué mandó parar el Sol es que este se mueve, y no la Tierra. Mmmmmm, creo que a esa obsesión por agarrarse a la literalidad y negar la evidencia lo llaman fundamentalismo.
Tras la conferencia se produjo el turno de preguntas, que fueron creciendo progresivamente en frikismo, ante el asombro de la ponente.....pero, ¿no éramos todos los asistentes racionalistas?
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Sobre el posible origen no-sobrenatural de nuestra moralidad, remito al artículo de Pinker que ya cité en otra parte.
ResponderEliminarEn lo tocante a la religión, más concretamente la Biblia, como doctrina de grupo:
LOVE THY NEIGHBOR: The evolution of in-group morality
by John Hartung
MARCELA: EL HUMANISMO SECULAR CRISTIANO TOMA A CRISTO COMO EJEMPLO DE LO QUE ES LA TRASCENDENCIA HUMANA; POR ESO LO SIGUE, NO COMO DIOS, SINO COMO HOMBRE. El subdesarrollo espiritual de los pueblos cristianos se debe a los falsos valores del fideísmo bíblico que promueve la religión chatarra judeo cristiana en que hemos sido adoctrinados desde la infancia. Es hora de impulsar nuestro desarrollo espiritual, promoviendo los valores supremos de la trascendencia humana y la sociedad perfecta que promueve el humanismo secular cristiano: www.scribd.com/doc/17694382/EL-HUMANISMO -SECULAR -CRISTIANO -Y -EL -DESLINDE -OBJETIVO -DEL -CAMINO –ECUMÉNICO
ResponderEliminarATTE.RP