Hay un malentendido crucial ante los referéndums: se cree que sirven al pueblo. Cuando solo sirven al que gobierna. Tomado en serio, el referéndum es una llamada a que los ciudadanos se conviertan por un día en toreros o astronautas.
(...) Es significativo que, a diferencia de las elecciones libres, el referéndum conviva plácidamente con las dictaduras.
(...) «¿Quiere usted estar en el euro o no?» dicen que van a preguntarle al griego. Hombre, hombre. Si estos griegos fueran aquellos, en cada papeleta habría una sentencia de Delfos. Y así ibas a vértelas, Papandreu.
Aquellos griegos:
[Sócrates:] (...) Y observo, cuando nos reunimos en asamblea, que si la ciudad necesita realizar una construcción, llaman a los arquitectos para que aconsejen sobre la construcción a realizar. Si de construcciones navales se trata, llaman a los armadores. Y así en todo aquello que piensan es enseñable y aprendible. Y si alguien, a quien no se considera profesional, se pone a dar consejos, por hermoso, por rico y por noble que sea, no se le hace por ello más caso, sino que, por el contrario, se burlan de él y le abuchean, hasta que, o bien el tal consejero se larga él mismo, obligado por los gritos, o bien los guardianes, por orden de los presidentes le echan fuera o le apartan de la tribuna.
Así es como acostumbran a actuar en los asuntos que consideran dependientes de las artes. Pero si hay que deliberar sobre la administración de la ciudad, se escucha por igual el consejo de todo aquél que toma la palabra, ya sea carpintero, herrero o zapatero, comerciante o patrón de barco, rico o pobre, noble o vulgar; y nadie le reprocha, como en el caso anterior, que se ponga a dar consejos sin conocimientos y sin haber tenido maestro.
[Protágoras:] (...) [por eso] los atenienses, al igual que los demás pueblos, cuando deliberan sobre la virtud en arquitectura o en cualquier otra profesión, sólo a unos pocos les consideran con derecho a dar consejos. Y si alguien que no sea de éstos se pone a dar consejos, no le toleran, como tú dices, y con razón, añado yo. Pero cuando se ponen a deliberar sobre la virtud política, toda la cual deben abordar con justicia y sensatez, entonces escuchan, y con razón, a todo el mundo, como suponiendo que todos deben participar de esta virtud o, de lo contrario, no habría ciudades.
[Actualizado]
Ignacio Ruiz Quintano:
Defender el derecho de Grecia a votar lo que haga con su deuda nacional es defender mi derecho a votar en casa si le pago al Banco la hipoteca.
(...) Haciendo creer que la cultura ministerial es la verdadera cultura, Francia fundó una cleptocracia cultural que ha llevado a la quiebra económica y moral de Europa.
Fundación Heritage:
Los redactores de la Constitución fundaron una república porque reconocían que el mandato del populacho podía ser una amenaza tan grande a la libertad como el gobierno de un rey. James Madison explica en El Federalista LXIII que la representación "puede ser necesaria en ocasiones para defender al pueblo contra sus propios errores e ilusiones transitorias". Por tanto, el marco constitucional de Estados Unidos busca proteger al pueblo de los peligros de la democracia popular sin control. Los representantes del pueblo, por supuesto, son los últimos responsables y deben rendir cuentas a los ciudadanos que, con su voto, los pueden sacar del cargo cuando lo estimen oportuno.
La demagogia pura y dura, es una pregunta retórica (pura y dura). ¿Quién lo dijo? Yo, ahora mismo.-
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